El Supremo trata de aclarar esta semana el supuesto nexo de Moncloa con la causa contra el fiscal general

El juez Ángel Hurtado, quien instruye la causa contra Álvaro García Ortiz, interrogará ese día como testigos a Pilar Sánchez Acera, quien fuera asesora del exjefe de Gabinete de la Presidencia Óscar López, y al que fue secretario de Estado de Comunicación Francesc Vallés hasta su dimisión en diciembre pasado.

Esas comparecencias -y particularmente la de Sánchez Acera, hoy jefa de Gabinete de Óscar López en el Ministerio de Transformación Digital- aparecen claves para aclarar si Presidencia del Gobierno maniobró hace un año para que se filtrara el famoso mail sobre Alberto González Amador y si la Fiscalía pudo haber facilitado a Moncloa el correo para usarlo como munición contra Ayuso en la Asamblea de Madrid la mañana de ese 14 marzo de 2024.

La citación de Sánchez Acera está directamente relacionada con la confesión del exlíder de los socialistas madrileños Juan Lobato, quien aportó los whatsapps que demuestran que la mano derecha de Óscar López le remitió a las 8:29 horas del 14 de marzo el documento con la confesión del novio de Isabel Díaz Ayuso con el mensaje: «Cuidado con los datos personales. Se puede sacar. Sácaselo en la pregunta. Un ¿quién miente señora Ayuso? Usted o su novio. Parece que usted. La imagen con la carta es potente».

Ese intercambio de mensajes, en el que Lobato mostró sus reticencias a airear un mail confidencial, se produjo antes de que el ElPlural.com publicara íntegramente el mail a las 9:06 horas, por lo que Sánchez Acera no puede argüir que lo conoció por esa vía. Al comparecer como testigo tienen obligación de revelar quién le pasó el correo.

La exalto cargo de Moncloa, cuando el entonces líder de los socialistas de Madrid le preguntó cómo había llegado la carta a su poder, se limitó a responder: «La tenemos. La tienen los medios». Ese 14 de marzo Acera le mandó copia de la noticia ya publicada en El Plural a Lobato a las 9:29 horas con un «ya está» y anticipándole que «a las 11 AM ya lo tendrá todo el mundo».

Sobre Sánchez Acera, el pasado 4 de diciembre, y a petición del Colegio de Abogados de Madrid, personado como acusación popular en esta causa, el juez rechazó imputarla porque estaba pendiente de varias diligencias, como el volcado del móvil de Lobato. Ahora, tres meses después, va a interrogarla como testigo a petición de Manos Limpias para aclarar cómo llegó el correo al búnker de la Moncloa. Nadie en el Supremo descarta que pueda cambiar su situación procesal dependiendo de sus explicaciones y de las de Vallés.

Según concluyó la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tras analizar el teléfono de Lobato, Vallés tuvo «conocimiento» de ese mail «antes de ser publicado», como también la directora de comunicación de Vivienda, Laura Sánchez Espada, y el exdirector de comunicación del PSOE Ion Antolín, quien luego fue secretario de Estado de Comunicación en sustitución de Vallés.