Sánchez se lanza al ataque ante su duelo con Feijóo en el Senado

Estos ataques llegan cinco días antes de que Sánchez y Feijóo se vean las caras en el Senado con las espadas en todo lo alto. El presidente del Gobierno y el líder de la oposición no se dirigen la palabra desde su último cara a cara en la Cámara alta del pasado junio, un acto institucional circunscrito a las sesiones de control al Gobierno en la Cámara alta de apenas siete minutos. La única cita personal se celebró en la Moncloa y data ya del mes de abril. Entonces, el líder del PP presentó una carpeta con ofertas de pacto y el presidente del Gobierno le correspondió con once contrapropuestas, entre ellas la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

Hasta ahí llegaron las conversaciones y buenas intenciones. Ni el más mínimo resultado palpable y solo acusaciones de incumplimientos mutuos a partir del día siguiente. Uno y otro siguen enrocados en sus argumentos políticos y electorales. Ni PSOE ni PP parecen dispuestos a ceder en materia alguna, mucho menos ante poco más de un año en el que la ciudadanía acudirá hasta en tres ocasiones a las urnas: municipales, autonómicas y generales.

El jefe del Ejecutivo justificó su ataque a Feijóo por el voto en contra de los populares al decreto de ahorro energético que se aprobó en el Congreso la semana pasada. Poco después, el popular contraatacó a cuenta del anuncio de la rebaja del IVA para el gas del 21% al 5%, una propuesta que el PP ya había reclamado meses atrás. «El Gobierno lo hace a rastras tras insultarnos», defendió Feijóo antes de denunciar la campaña de difamación que, a su juicio, han lanzado los socialistas con el único objetivo de desacreditarle como aspirante a la Moncloa.

Las relaciones entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición se encuentran bajo mínimos. Más o menos como en los peores momentos de confrontación con Pablo Casado al frente del PP, tiempos duros ya de por sí. Por aquel entonces, desde la bancada del PP en el Congreso se tildó a Sánchez de «felón», «cínico», «cesarista», «curandero» o «incompetente». Al otro lado, se desdeñaron las aptitudes del por entonces líder de los populares, al que el Gobierno recordó reiteradanente que obtuvo los peores resultados electorales en la historia de su partido. En mayo de 2020, en lo peor de la pandemia del coronavirus, la exnúmero dos del PSOE, Adriana Lastra, llegó a contabilizar hasta 37 insultos hacia Sánchez en 15 minutos de intervención de Casado en el Congreso. Ahora es el PP el que denuncia las arremetidas hacia su nuevo presidente.

La ofensiva de Sánchez y el resto de dirigentes del partido contra la figura de Feijóo se ajusta a la estrategia ideada por la Secretaría de Organización del PSOE que dirige el número tres del partido, Santos Cerdán. El plan de los socialistas para remontar en las encuestas pasa por baños de masas de su candidato y por confrontar su liderazgo frente al del expresidente gallego. De cara al próximo lunes, Sánchez ya ha anunciado la apertura de la Moncloa a la ciudadanía «para que exponga sus inquietudes y propuestas al presidente de forma directa y pública». Se trata de «una decisión inédita», constataron ayer fuentes gubernamentales. Este será el primero de los 30 actos a pie de calle que el jefe del Ejecutivo planea protagonizar hasta diciembre. La otra gran apuesta socialista pasa por aceptar los choques frontales con Feijóo, como el del próximo martes en el Senado.

Sánchez aseguró ayer que la relación entre el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición debe ser «bidireccional» y que Feijóo nunca le ha llamado. El líder del PP mantiene que es el Gobierno el que le ignora. El martes deberán hablarse cara a cara en el Senado. Una baza que tanto uno como otro esperan rentabilizar en el largo camino hacia el 2023 electoral.