El PP carga a los barones del PSOE con la política de Sánchez para desgastarles

La también portavoz en el Congreso se ha afanado en subrayar que todo eso -las actuaciones que repercuten en el ámbito nacional, en definitiva- se dirime también en el tablero cuando los ciudadanos depositen su voto en las urnas que decidirán la dirección de doce autonomías y la suerte de miles de ayuntamientos. «No es el momento de que Sánchez coja oxígeno -ni »una gota«- cuando el resto de los españoles nos asfixiamos», ha advertido la dirigente popular en una declaración ante los medios de comunicación para recalcar la trascendencia de este 28-M, antesala de las generales de final de año. Y ante el intento de presidentes socialistas como Lambán, el barón que se siento más ajeno a las alianzas en las que su líder sostiene el Gobierno junto al castellanomanchego, Emiliano García-Page- de evitar contaminar su ámbito territorial con las contrivertidas decisiones del jefe del Ejecutivo, Gamarra se ha mostrado persuadida de que no va a ser posible «borrar en cuatro semanas» estos «cuatro años» de legislatura. Una legislatura tóxica, de atender a la dureza con la que se ha empleado la número dos del PP, que ha martilleado con la necesidad de «derogar el 'sanchismo'» que beneficia a los independentistas al suprimir la sedición, a «los corruptos» al atenuar el delito de malversación y a «los violadores» que han podido acogerse al resquicio en el contenido original del 'solo sí es sí'. «El Gobierno de la gente es el Gobierno que vive de la gente», ha ironizado utilizando uno de los eslóganes principales del PSOE para afeárselo, en alusión a lo que vienen recaudando de más Hacienda y el resto de administraciones públicas por efecto de la elevada inflación.

En la pugna que libran Sánchez y Feijóo por cada espacio de iniciativa, Gamarra ha vuelto a situar a los suyos del lado del pacto para subir los salarios un 10% en tres años alcanzado por la CEOE, CC OO y UGT el viernes. Desde entonces, donde el presidente ve otra evidencia del éxito de sus apuestas en la gestión de la crisis derivada en buena medida de la guerra de Ucrania, el PP interpreta ese acuerdo como la constatación de que la desidia de su rival en esta negociación y la constatación de que tiene «deberes pendientes». En especial, tres, según ha señalado: «mojarse» con un pacto de rentas con los agentes sociales para combatir el sostenido repunte de los precios y, ha reiterado, una rebaja del IVA en productos básicos como el pescado y la carne y la deflactación del IRPF para aliviar a las rentas medias. El PP, ha rematado Gamarra, se identifica con quienes llegaron a una entente hace dos días frente a un Gobierno que «insulta», una referencia que alude a los ataques al empresariado.