El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page EFE

Page acusa a Sánchez de «vender los valores» del PSOE tras el pacto migratorio con Junts

El presidente de Castilla-La Mancha replica al argumento del Ejecutivo sobre la legalidad de la delegación de competencias: «Puede ser constitucional y al mismo tiempo muy de extrema derecha». Las discrepancias entre las fuerzas de Sumar pone aún más cuesta arriba la aprobación del acuerdo

Jueves, 6 de marzo 2025, 12:47

Nadie dudaba de que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no tardaría en elevar la voz en contra del acuerdo suscrito por ... el PSOE con Junts para delegar a Cataluña las competencias de inmigración y así ha sido. Él es el único barón socialista abiertamente crítico con las cesiones de Pedro Sánchez al independentismo, tras la marcha del aragonés Javier Lambán. Y lo ha hecho tanto con argumentos similares a los que utiliza el PP como con reproches parecidos a los efectuados por Podemos y otras formaciones de la izquierda. Fuerzas que, tras el desmarque de Compromís -los nacionalistas valencianos votarán 'no' cuando la proposición de ley llegue al Congreso-, agudizan conforme pasan las horas el disenso dentro de Sumar y la fractura con los socialistas.

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Sin hacer ningún esfuerzo por ocultar su malestar ni suavizar su opinión acerca de la actuación del presidente del Gobierno, García-Page ha argumentado que el pacto, que entre otras cosas permitirá la presencia de los Mossos de Esquadra en la frontera junto a la Policía Nacional y Guardia Civil y gestionar las devoluciones, no solo es reprobable porque favorece la «competencia identitaria», sino que lo es porque también favorece la «competencia contra los inmigrantes».

«Realmente, en este país hemos llegado a un punto de sectarismo y de cainismo verdaderamente increíble. ¡Y alguien encima quiere celebrar el comienzo de la Transición política!» , ha ironizado en alusión a la decisión del Gobierno de celebrar los 50 años de la muerte de Franco, a lo largo de una entrevista en el IV Foro Económico Español de Castilla-La Mancha, organizado por El Español e Invertia.

«La realidad es que no se puede pactar lo que se está pactando sin vender tus valores sin caer en la hipocresía de haber hecho lo contrario de lo prometido», ha recriminado. «No fuimos a las elecciones con este planteamiento. Fuimos con un planteamiento contrario. Por consiguiente, cualquiera que se considere de izquierda no puede ni mucho menos tragar con una realidad que es el mejor Torra, el mejor Puigdemont», ha insistido acusando a ambos de racismo.

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Page ha dado por hecho que la dirección de su partido lo acusará de hacer el juego a la oposición. Pero, como ya hizo en el último congreso federal, celebrado en Sevilla a finales de noviembre, ha argumentado que su objetivo es seguir siendo un asidero para aquellos que ven con desconcierto lo que está ocurriendo y trabajar para que puedan vislumbrar un PSOE «reconocible». Un PSOE y un Sánchez a los que ha reprobado, incluso, uno de sus argumentos de cabecera, la bandera contra la ultra global. "Que no me vengan con cuentos chinos de muros frente al 'trumpismo', frente a la extrema derecha, sobre todo cuando se está pactando con la peor", zahirió.

A su juicio, «tiene razón« Carles Puigdemont cuando afirma que lo que ha logrado para Cataluña -si es que la ley llega a aprobarse, porque de momento no tiene apoyos suficientes en el Congreso- son «competencia propias de un Estado». Pero ha rechazado entrar en el debate de si se trata de una norma constitucional, como sostiene el Gobierno, o no. Entre otras cosas, porque ha llegado a insinuar que el actual tribunal de garantías, presidido por Cándido Conde Pumpido, determinará lo que convenga a Sánchez, pero también porque no es lo más relevante.

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«Es que la mayoría de las políticas de Vox entrarían en la Constitución, porque la Constitución española es incluyente, no tiene ideología concreta, acepta mucha variedad de ideología -ha remarcado-. Por consiguiente, yo lo que discuto como izquierda es que puede ser constitucional y puede ser al mismo tiempo muy de extrema derecha».

Page ha vaticinado que por este camino a los socialistas les irá mal. Ha advertido de que lo del 23 de julio de 2023 fue una «carambola», después de que «la política nacional» hiciera que el PSOE se «hundiera» en las autonómicas previas. Y ha censurado que por esa carambola, «se estén tomando decisiones que requerirían escuchar a la gente».

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Choque Nogueras-Belarra

García-Page ha añadido contundencia con sus palabras al malestar creciente que supura la izquierda a la izquierda del PSOE. Y dentro de ella, en Sumar, la coalición que se sienta con los socialistas en el Consejo de Ministros. La dirección no ha comprometido aún su voto cuando la propuesta legislativa llegue al Congreso, los comunes hacen equilibrios para no perder pie en una Cataluña donde la reivindicación de mayores cotas de autogobierno es mayoritaria, IU recela de los acordado sobre todo por el discurso con que Junts envuelve el pacto y Compromís -por boca de su diputado Alberto Ibáñez- ha dejado sentado ya que votarán en contra para no avalar los planteamientos "racistas" de los de Puigdemont.

El disenso en los magentas complica aún más que la cesión de las competencias migratorias salga adelante, dado que Podemos se opone frontalmente mientras prosigue su batalla cuerpo a cuerpo con Junts. "Deberían dejar de quejarse por todo y hacer propuestas", ha reprochado a los morados la portavoz independentista en el Congreso, Míriam Nogueras. "Propuesta número uno: no ser racistas", le ha replicado en X la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. Pero las discrepancias no se agotan ni entre ellas ni sobre este asunto. Junts ha aprovechado hoy una comparecencia parlamentaria de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para reiterarle que, hoy, continúan dispuestos a tumbarle en la Cámara baja su proyecto estrella para la legislatura, la reducción de la jornada laboral.

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Y mientras, los socialistas intentan apagar otro incendio, este relativo al contenido de lo pactado con los secesionistas. Aunque el articulado de la proposición de ley no hace alusión a la lengua, los de Puigdemont se aferran a la inclusión, en la exposición de motivos, entre los derechos y deberes de los inmigrantes el "respeto a los valores cívicos y conocimientos lingüístico y culturales que definen" Cataluña para aseverar que los permisos de residencia estarán condicionados a que el extranjero aprenda la lengua catalana. Una interpretación que han desmentido tanto el ministro de Justicia, Félix Bolaños, como la de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz. "No contiene ningún requisito en referencia a la lengua", ha intentado zanjar Bolaños sobre la iniciativa legislativa.

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