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P. Alcaraz/E. Rodríguez
Sábado, 1 de marzo 2025, 14:10
La quinta manifestación convocada contra la gestión política de la dana que el pasado 29 de octubre arrasó la provincia de Valencia y en la ... que se exigía la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón, fue sin duda la protesta en la que los sentimimentos estuvieron más a flor de piel. La impotencia y la rabia inmediatas a la catástrofe han dejado paso cuatro meses después al dolor, el llanto y el recuerdo por las 224 víctimas mortales así reconocidas oficialmente ya y las tres aún desaparecidas. Este sábado algunos de los familiares de los fallecidos y las asociaciones de afectados encabezaron la marcha más emotiva de las cinco que se han celebrado desde que la devastación se adueñó de la parte de la comunidad anegada el terrible 29 de octubre.
Con las cabezas agachadas, lágrimas en los ojos y miradas perdidas, la comitiva desfiló por la calle Colón de Valencia apoyados por los aplausos de los viandantes en señal de apoyo a un duelo que es colectivo. «Nuestros familiares han muerto por vuestra incompetencia. Asesinos», rezaba el lema, sin medias tintas, de la pancarta que encabezaba la protesta.
Pese a contar con todo el carácter reivindicativo propio de una manifestación, cánticos contra jefe del Consell incluidos como «El president, a Picassent» o «Mazón dimisión», la lentitud en las arrancadas de la marcha, los retratos de los fallecidos que portaban sus familiares y la pieza musical fúnebre que envolvía a los congregados resultaba por momentos más digno de una doliente procesión que de un acto público organizado para tratar de derribar al máximo responsable de la Generalitat valenciana. Y que apuntó también, en las voces de algunos participantes, a la responsabilidad atribuida al líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, por no remover a Mazón de su puesto, aunque éste tendría que renunciar al mismo o ser desalojado por una moción de censura. Rosa María Álvarez, la portavoz de la asociación de víctimas, expresó el sentir común de los familiares de la mayoría de las muertes podrían haberse evitado con una respuesta más diligente por partes de quienes tenían la capacidad de decidir en aquellas horas trágicas.
Al igual que sucedió en la convocatoria anterior, también este sábado hubo baile de cifras en cuanto al número de asistentes. La Delegación de Gobierno en la Comunitat cifró en 30.000 los asistentes a la manifestación mientras que la Policía Local de Valencia rebajó a poco más de la mitad, dejándola en 16.500.
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