EFE

Junts recula y da una «última» prórroga a Sánchez al retirar la cuestión de confianza

Puigdemont, que oxigena de nuevo al presidente, reta a los socialistas a que en «semanas» cierren el traspaso de inmigración

Lunes, 24 de febrero 2025, 13:22

La dirección de Junts decidió ayer por unanimidad retirar la proposición no de ley (PNL) que buscaba instar a Pedro Sánchez a someterse a una ... cuestión de confianza; o, lo que es lo mismo, retratar la debilidad del presidente con una iniciativa que, no siendo vinculante, habría adqurido un relevante peso político si el presidente perdía el debate fijado para este martes en el Congreso. Pero los de Puigdemont no atraviesan un buen momento de forma. La semana pasada mostraron fragilidad dando marcha atrás a la moción de censura contra Sílvia Orriols, la alcaldesa de la ultra Aliança Catalana en Ripoll, y ayer recularon en su nueva amenaza a Sánchez, que vuelve a oxigenar su trabajoso mandato.

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Puigdemont ha levantado el órdago y ha dado una prórroga al jefe del Ejecutivo, que coge aire con la enésima vuelta al redil de los postconvergentes y el buen clima con ERC. Tras unos meses en el ostracismo, los republicanos están sabiendo capitalizar sus acuerdos con los socialistas y adelantando a Junts en la carrera que disputan por aparecer ante la opinión pública catalana como el partido que consigue más cesiones del Gobierno. Oriol Junqueras, en una semana, ha cerrado con Moncloa la creación de la empresa mixta que sustituirá a Renfe en la gestión de Cercanías y ayer pactó la quita del 22% de la deuda autonómica. En un formato novedoso, el Gobierno central y el Govern negocian en las comisiones bilaterales y los anuncios de las reuniones los hace ERC, que se cuelga las medallas.

Junts, después de la ley de amnistía, quiere otro trofeo mayor.    Lleva tiempo amagando con romper con Sánchez, pero no acaba de hacerlo. No le conviene ir a un adelanto electoral y no quiere perder la posición central en la legislatura. La dirección postconvergente insistió ayer en que la confianza con los socialistas está muy deteriorada y que si ha dado marcha atrás con la cuestión de confianza es por el respeto que les merece el verificador internacional que media entre ambas partes.

El PSOE y Junts han celebrado ya 12 reuniones en Suiza bajo la supervisión del diplomático salvadoreño Francisco Galindo. Y ya hay agendada una decimotercera. Los de Puigdemont quisieron trasladar que están dispuestos a dar una «última» oportunidad al Gobierno para mantener vivo el diálogo y poder abrir una negociación sobre la resolución del «conflicto».

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Turull no negó que los socialistas les pidieran el viernes pasado en Suiza que retiraran la cuestión de confianza. Lo que ya es más difícil de entender es que los junteros hayan cedido a las presiones del Gobierno sin haber conseguido cerrar un acuerdo en el reconocimiento del catalán en la UE o en el traspaso de las competencias de inmigración a la Generalitat. Turull habló de un «último esfuerzo para evitar la ruptura», en línea con lo requerido por Galindo en su inusual comunicado del domingo. Pero los postconvergentes se salieron del libro de estilo con el que suelen redoblar los órdagos y en esta ocasión evitaron fijar plazos para que el Gobierno ceda con sus exigencias de perrogativas «integrales» en materia migratoria.

Junts concede así una «prórroga» a Moncloa para que materialice los acuerdos, pero no llega a ser ultimátum porque no va acompañado de un calendario. El Gobierno y los de Puigdemont llevan más de un año negociando este asunto. Los junteros, en cualquier caso, se mostraron confiados en que en las próximas semanas podrá comprobarse que el movimiento de echarse atrás «habrá valido la pena».

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Riesgo de ruptura

El mediador en las reuniones entre PSOE y Junts, que para los nacionalistas es fundamental pues concede a la mesa de Suiza una cierta pátina de proceso internacional de resolución de conflictos, hizo público este domingo un comunicado en el que pidió a los postconvergentes que consideraran retirar la cuestión de confianza ante el riesgo de «ruptura»; de un «retroceso difícil de superar» para el futuro de la legislatura.

Puigdemont se sacó de la manga el 9 de diciembre la propuesta para que el Congreso debatiera sobre la cuestión de confianza al ver que había negociaciones que no avanzaban. «No es de fiar», afeó al presidente. «No ha hecho lo suficiente para merecer nuestra confianza (...). Podemos afirmar que un año después las cosas no van bien», insistió.

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Fue una forma de presión al Gobierno para que acelerara con las concesiones, sobre todo en inmigración y en el reconocimiento del catalán. El dirigente nacionalista lleva meses amenazando con romper con los socialistas. Sánchez ha sufrido alguna derrota significativa en el Congreso, después de que Junts uniera sus votos a PP y Vox, pero los de Puigdemont se mantienen en la mayoría de la investidura. Si amenaza constatemente con el divorcio y no lo materializa, el problema de credibilidad puede pasar a ser suyo. «No vamos de farol», replicó ayer al respecto Turull. «Cuando votamos no es no. Si el PSOE se piensa que puede hacer lo que quiera, tendrá un disgusto», quiso incidir.

Horas antes de la reunión de la ejecutiva de Junts, el Gobierno anunció que el Consejo de Ministros aprobará hoy la adhesión de España al protocolo 16 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Permite a los tribunales de mayor rango españoles pedir opiniones consultivas al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). «Esta iniciativa es fruto de un acuerdo alcanzado a propuesta de Junts», señalo el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

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La decisión de Junts se produjo además en una semana clave en las relaciones entre el Gobierno y el Govern, que ayer celebraron dos reuniones de las comisiones bilaterales mixtas, la de Estado-Generalitat y la de transferencias, que llevaba 15 años sin reunirse. Ambas partes, con el apoyo de ERC a Illa como telón de fondo, aprobaron un consorcio para la gestión y ejecución de las inversiones en Cataluña, incrementar el número de jueces y el de los Mossos en 25.000 para 2030. El viernes estará sobre la mesa la financiación «singular» de Cataluña.

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