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C. Reino/D. Guadilla
Jueves, 19 de septiembre 2024, 21:29
Tras una semana en la que han dirigido sendos avisos al Gobierno de Pedro Sánchez por la vía de infligirle dos derrotas en el Congreso ... nada más iniciar un curso político cuesta arriba para el Ejecutivo de coalición, Junts y el PNV aprietan las tuercas desde distintas posiciones de partida y diferente intensidad. Tras haber perdido pie en Cataluña y con su líder sin amnistiar, a los de Carles Puigdemont les queda su poder de voto en la Cámara baja para hacer zozobrar la legislatura, como demostraron este martes por la noche votando con el PP y Vox contra la iniciativa gubernamental para acotar los alquileres de temporada. El PNV retiene el Gobierno vasco gracias a los socialistas y se declara alineado con Sánchez, pero la semana pasada impuso, apoyando la propuesta de los populares, el reconocimiento por el Congreso de Edmundo González como presidente electo de Venezuela contra el criterio de Moncloa.
Ayer, con los ecos de las votaciones en la Cámara baja y el Gobierno tratando de enfriar la inquietud sobre la continuidad de la legislatura, junteros y peneuvistas incidieron en sus advertencias. Los primeros, por boca de una de sus dirigentes más ortodoxas, Laura Borràs. La presidenta de la formación independentista, apartada del mando del Parlament por corrupción, dio por hecho que los siete diputados de su grupo en el Congreso no apoyarán los Presupuestos del Estado. En julio, antes de que el socialista Salvador Illa atara su investidura con el pacto con ERC para la financiación singular de Cataluña, el partido de Puigdemont ya lanzó un primer aviso al tumbar por sorpresa el techo de gasto que define el proyecto presupuestario –y que el Gobierno volverá a llevar, calcado, al Congreso la próxima semana sin garantía alguna de que vaya a prosperar.
«Cuando haya incumplimientos, habrá derrotas parlamentarias», recalcó Borràs en TV3, quien volvió a enviar el mensaje a Sánchez de que «no puede contar con Junts» si no ejecuta lo pactado para investirlo. La presidenta de Junts, cuyo grupo no se cierra, no obstante, a negociar, rebatió en pleno pulso con Esquerra que su partido se haya sumado al bloque de la derecha, como le imputa el portavoz republicano, Gabriel Rufián. Pero sí negó que tenga ningún complejo a votar con el PP y Vox y, llegado el caso, a respaldar una censura contra Sánchez.
El PNV, en pugna fratricida con Bildu y necesitado de hacer valer su histórico peso en Madrid sin amarrarse en demasía a nadie, advirtió ayer también a Sánchez de que «cada vez lo tiene más difícil» y censuró «la forma de trabajar» de un Gobierno que, zahirió, no tiene asegurado hoy ni el voto del exministro socialista José Luis Ábalos. La crítica echó a volar en puertas de que el nuevo lehendakari, Imanol Pradales, abra hoy la ronda del presidente del Gobierno con los líderes autonómicos.
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