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Plantón de última hora. Jésica Rodríguez, la mujer que compartió vida, andanzas y viajes con José Luis Ábalos al menos durante dos años (entre finales ... de 2018 y finales de 2020), presentó este lunes un informe médico ante la comisión de investigación del Senado sobre el denominado 'caso Koldo' para justificar que no iba a acudir a su cita en la cámara alta que tanta expectación había provocado después de que ella misma admitiera el pasado 27 de febrero ante el juez del Tribunal Supremo haber sido contratada y cobrar de dos empresas públicas, Ineco y Tragsatec, durante dos años y medio pero sin haber realizado trabajo alguno.
Sin embargo, junto a ese informe médico, Rodríguez entregó al Senado una carta en la que aseguró que se ratifica punto por punto en su versión ante el alto tribunal que pone en aprietos al exdirigente del PSOE. «Yo no cambio de opinión, no tengo dos versiones de lo que ya me fue preguntado ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo», apuntó la exnovia de Ábalos en su misiva.
«Lo que dije aquel día es rigurosamente cierto, y en ello me ratifico íntegramente, tanto en este escrito, como si hubiera acudido a esa Comisión Delorme (nombre oficial de esta comisión, más conocida como 'Koldo')», señaló Jésica Rodríguez, certificando la vigencia de aquella declaración ante el juez del Supremo Leopoldo Puente en la que confesó, además de no haber trabajado un solo día, que pasó su currículum a Ábalos para que lo entregara a las empresas públicas, que no sabía ni donde tenían su sede estas compañías o que nunca pagó un solo euro por el piso de lujo que ocupó durante su 'noviazgo' con el exministro.
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«Ha presentado una serie de documentación acerca de su estado de salud», fue la única explicación pública que dio el presidente de la comisión, Eloy Suárez, antes de que las bancadas de populares y socialistas se enzarzaran en un enfrentamiento después de que los primeros insinuaran que la ausencia de Rodríguez podría haberse debido a las presiones del Gobierno. «Ojalá no se haya producido por ningún tipo de presión coacción connivencia ni contraprestación ni por trama ni entorno de Ábalos ni por el PSOE ni por ningún miembro del Gobierno», afirmó el senador del PP Alejo Miranda. «Si usted tiene pruebas, a los tribunales. Y si no las tiene, el que va a ir a los tribunales va a ser usted», le espetó el socialista Alfonso Gil.
El plantón de Jésica Rodríguez no es el primero a esta comisión, cuyas herramientas legales para forzar las comparecencias no están demasiado claras. Patricia Úriz, la exmujer de Koldo García –ex asesor de Ábalos- no apareció la primera vez que fue citada el pasado 20 de febrero, ni tampoco el 7 de marzo cuando se le llamó por segunda vez. El Senado acabó citándola por edicto en el BOE, al tiempo que amagó con acusarla de desobediencia. Úriz finalmente compareció el jueves de la pasada semana en la cámara alta, aunque lo hizo embozada y con gafas oscuras y fue para anunciar que no iba declarar, acogiéndose a su derecho a guardar silencio ya que está imputada en la Audiencia Nacional en el caso que lleva el sobrenombre de su expareja.
Una situación parecida se vivió con el exceo de Globalia, Javier Hidalgo, quién finalmente acudió al Senado el pasado 29 de noviembre tras un largo tira y afloja con la comisión, que acabó también con un edicto en el boletín oficial.
Sea como fuere, el absentismo total de Jésica Rodríguez en esos empleos públicos, el enchufe para conseguirlos, el presunto pago por parte de la trama corrupta que lideraba Víctor de Aldama de su piso de lujo en Madrid o sus viajes dentro de las comitivas oficiales de Transportes a través de pagos que realizaba Koldo García, quien además de asesor de Ábalos y era el presunto contacto con la trama, eran algunas cuestiones claves que los senadores tenían previsto tratar en la sesión de este lunes (básicas también para afianzar las cargos contra el que fuera mano derecha de Pedro Sánchez) y que se quedaron en el tintero, a la espera de que la mesa de la comisión vuelva a citar a la expareja del ministro.
Su citación este lunes había tenido lugar después de que durante la última semana la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil haya remitido al magistrado Leopoldo Puente, instructor en el Supremo del 'caso Ábalos-Koldo-Aldama' nuevos atestados y anexos, incluidos todo tipo de documentos y audios, que apuntalan la confesión de Rodríguez de que, efectivamente, la mujer fue enchufada en la administración pública por su novio y que cobró sin trabajar por estar en nómina, primero desde el 1 de marzo de 2019 hasta el 28 de febrero de 2021 en Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco) dentro del ministerio de su examante y, luego, desde 2 de marzo de 2021 hasta el 1 de septiembre de ese año en Tragsatec, dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), aunque bajo la tutela de Agricultura.
En uno de esos mensajes entregados por la UCO Koldo García, el exasesor de Ábalos, urgió a la que fuera presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, a colocar como fuera a Jésica en Ineco: «Si no José me corta los huevos», escribió.
Los investigadores apuntan que el exasesor «se prevalió de su relación» con Ábalos para que la presidenta de Adif la contratara y señalan que «no habría asistido a su puesto en Ineco» por intermediación del exasesor.
Sin embargo, Ineco trasladó que con la ex de Ábalos siguió el proceso habitual de contratación, que solo la entrevistó cuando ya había sido elegida y que debía trabajar en «la localización indicada». Del mismo modo, Tragsatec informó al juez que contrató a la mujer entre 929 candidatos y que Adif avaló su trabajo, ya que estaba «adscrita» a la presidencia del ente ferroviario.
Ineco incluso envió al Tribunal Supremo un certificado en el que aseguraba que existen registros de control horario y partes de trabajo de Jésica Rodríguez que reflejan «3.684,23 horas trabajadas y asignadas a proyectos» durante los dos años en los que estuvo en plantilla.
«No constan evidencias de accesos indebidos ni de suplantación de identidad», añadió la empresa pública, aunque los mensajes aportado por las trama apuntan a que esos fichajes fraudulentos fueron realizados por Koldo García y su hermano Joseba.
Por su parte, el presidente del Grupo Tragsa, Pablo González Mata, reveló el pasado marzo en esta misma comisión del Senado la existencia de al menos dos mails desde de Adif a Tragsa y a Tragsatec en los que se exigía a los responsables de estas dos últimas empresas públicas que no «atosigaran» a la «sobrina del ministro». El director de Tragsa reconoció sin ambages que «así se referían a Jésica Rodríguez» en un «informe interno de gerencia» que en la actualidad está siendo investigado.
En cuanto al piso de lujo en uno de los rascacielos de la Plaza de España en Madrid en el que Jésica vivió sin abonar nada mientras estuvo con el exministro socialista, según la UCO, la trama corrupta, a través de Escolano, pagó 88.101 euros por 32 meses de alquiler del apartamento, hasta que en marzo de 2022 la red decidió no seguir costeándole el alojamiento cuando acabó su relación con Ábalos.
Jésica Rodríguez también fue acompañante asidua de Ábalos en sus viajes oficiales. Estuvo con el exministro, entre otras, en sus giras por Rusia, Emiratos Árabes y Canadá. El Ministerio de Transportes informó el pasado viernes al juez del Tribunal Supremo que la mujer acompañó a Ábalos en 13 viajes oficiales, entre junio de 2018 y julio de 2021, aunque desconoce quién pagó ocho de ellos. El exsecretario de Organización del PSOE siempre ha defendido que pagó de su bolsillo esos desplazamientos y que era Koldo García quien los abonaba en su nombre.
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