El Gobierno se compromete a celebrar el debate sobre el estado de la nación el próximo semestre

La llegada de los fondos europeos para acabar de revertir la situación económica y la futura vacunación de los menores –además de la llegada de la tercera dosis para adultos– dibujan, ahora sí, un escenario propicio para que el Gobierno se enfrente a la que solía ser una de las citas políticas más importantes del año.

La última vez que se celebró fue en 2015, con Mariano Rajoy en la Moncloa y Pedro Sánchez como jefe de la oposición. Se trata de un formato que no está incluido en el Reglamento del Congreso y que depende exclusivamente de la voluntad del presidente del Gobierno. Tras convocarlo Felipe González por primera vez en 1983, se convirtió en costumbre parlamentaria a excepción de los años de elecciones.

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Sin embargo, los motivos por los que no se ha celebrado en los últimos años tienen que ver con circunstancias ajenas como el desafío soberanista catalán y la declaración unilateral de independencia en 2017; la moción de censura que descabalgó a Rajoy del Gobierno en 2018 o la pandemia del pasado año.

El PP ha reclamado insistentemente al Gobierno la convocatoria de esta cita parlamentaria, pero hasta ahora en Moncloa se resistían. Esgrimían que el presidente se había sometido al control periódico y constante en la primera parte de la legislatura, cuando las seis prórrogas del estado de alarma le obligaron a dar cuentas cada quince días en el Congreso.

Mañana, en la sesión de control al Gobierno, Sánchez tendrá que responder por este asunto al líder de la oposición, que exige «poner una fecha ya» al debate para hacerlo cuanto antes. «Sánchez teme un cara a cara con Casado sobre los problemas reales de los españoles», escribió en Twitter el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos.