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A. Rallo
Valencia
Martes, 19 de noviembre 2024, 19:23
Francisco José Gan Pampols (Figueres, 1958) es el nuevo vicepresidente del Consell. El hombre que tendrá sobre sus hombros la responsabilidad de reconstruir la provincia de Valencia tras el descomunal desastre de la DANA. Hay quien ya barrunta que se trata de todo ... un presidente en la sombra en el nuevo organigrama de la Generalitat. La reflexión está justificada. Es la primera vez que se recurre a un militar para un puesto en el Gobierno autonómico, síntoma inequívoco de la situación de excepcionalidad en el territorio desde el pasado 29 de octubre.
Gan Pampols es también Curro para los amigos. Y entre ellos, sin duda, Sebastián Álvaro, veterano periodista de aquel histórico programa de 'Al filo de lo Imposible'. La producción fue el inicio de la colaboración entre la televisión y el grupo militar de Alta Montaña. Allí participó Gan Pampols que es una de las cinco personas en el mundo -el único español- que ha completado la gesta conocida como los tres polos. En 1992 subió al Everest, en 1994-95 hizo la Antártida y un año más tarde logró llegar al Polo Norte.
El carácter épico del nuevo vicepresidente permite pensar en una voluntad inquebrantable para el propósito que tiene por delante. «Tiene una gran capacidad de sufrimiento de aguantar en momentos extremos», señala Álvaro. Recuerda, como ejemplo, cuando se le congeló un dedo de la mano en el Shisha Pangma, uno de los ochomiles habituales de los amantes de la montaña. Esto fue en 1990 y en aquella expedición murió un compañero. Un experto cirujano de Zaragoza logró reconstruir buena parte de la zona afectada por la hipotermia.
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Otro de los momentos de mayo valor -cualidad está que sin duda le ha permitido aceptar el colosal reto de la vicepresidencia- ocurrió en Bosnia. «Había que quitar una batería militar... Y lo hizo. Se jugó los huevos y le salió bien», recuerda su amigo. «Hermano, es como un hermano», precisa.
Todas las fuentes consultadas coinciden en que su perfil es idóneo para la reconstrucción. «Estamos ante una de las cabezas mejor amuebladas del Ejército». Sólo una enfermedad, opina su compañero, le privó de haber llegado a ser el jefe del Estado Mayor del Ejército. Otro de los rasgos distintivos es su enorme capacidad intelectual. Por un lado, en su cultura. Un gran conocedor de Alejandro Magno y un estudioso de la Primera Guerra Mundial, por citar un par de apuntes. «Un amplio saber humanístico». Y, por otro, en la rapidez y exhaustividad de sus análisis. «Por eso lo han fichado». En el mismo sentido, apunta a «una visión estratégica global y una ejecución perfecta».
Los cursos de liderazgo son hoy una constante en las empresas. Gan Pampols escribió un manual, hoy de referencia en ese ecosistema: 'El arte de mandar bien'. Un contenido que, sin duda, aplicará en el siempre convulso mundo de la política. Álvaro rechaza las voces que subrayan la contundencia de Gampols o, sin eufemismos, su mala leche. «Él es de crear equipos y consigue ser muy querido por su gente». En ese libro, por ejemplo, contiene una de sus máximas, el hecho de que la autoridad no proviene de arriba sino de bajo. En definitiva, sólo cuando has conseguido ganar la autoridad y respeto de tu equipo puedes ordenar y ejercer un liderazgo.
Gan Pampols es una persona prudente por lo que antes de dar el sí a Mazón habrá consultado a quien corresponda -quizá a la Casa Real- acerca de la conveniencia de incorporarse al Gobierno.
El teniente general es una persona con un gran círculo de amistades. «Siempre consulta antes de tomar una decisión, pero una vez decide, una vez está eso claro, se hace». La decisión de Gan Pampols no resulta sencilla. De hecho, en ocasiones se habla de que los grandes profesionales rehúyen el mundo de la política por el juego sucio que se da en esas instancias aparte de los bajos sueldos en comparación con la empresa privada, un asunto que siempre es propicio para la demagogia. Pero Gan ha dado el paso «por servicio a nuestro país». Por eso se adentra «en el avispero de la política». La situación es extrema. La urgencia máxima.
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