Los candidatos socialistas protagonizan un debate tenso y sin contemplaciones

Como era de esperar, el debate de los candidatos de las primarias socialistas ha derivado en un cara a cara entre Susana Díaz y Pedro Sánchez con Patxi López de casco azul y exigiendo que cesaran los reproches mutuos y que hablaran de proyectos, que es lo que interesa a los socialistas. Sin embargo, no ha podido evitar que el pasado haya ocupado buena parte del debate.

El exsecretario general ha intentado en cuanto ha podido llevar el agua a su molino de la investidura de Mariano Rajoy, que no sirvió para nada, y para reprochar a la presidenta andaluza que promoviera esa operación. Díaz no ha querido dedicar mucho tiempo a la cuestión, pero ha subrayado que si el PSOE dio ese paso fue porque Sánchez sufrió las dos peores derrotas electorales de los socialistas en su historia, y se quedó en 85 diputados. Podemos dedicarnos a debatir lo que hicimos mal, pero ¿a dónde nos lleva?, preguntó el exlehendakari.

Sánchez ha querido marcar el tiempo del debate, pero se ha llevado dos severos reveses de sus compañeros de debate. Enredado en la discusión de si España es una nación de naciones, López le ha preguntado a bocajarro si sabía ¿qué es una nación?. Un sentimiento de muchos, ha respondido sorprendido el exsecretario general. Y López ha replicado si este es el debate que interesa a los socialistas o a los nacionalistas.

La presidenta andaluza también se ha enzarzado con Sánchez sobre si dijo o dejo de decir no se qué en cierto momento, hasta que se ha hartado: Pedro tu problema no soy yo, eres tú, y ha desgranado a continuación todos los que han abandonado a Sánchez en los últimos meses, desde los miembros de la comisión ejecutiva que dimitieron a Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Eres la candidata que conviene al PP, ha contestado Sánchez.

La discusión sobre el modelo de partido volvió a disparar las chispas. Sánchez ha respaldado una y otra vez que las consultas internas a los militantes que estén reguladas en los estatutos, y ha exigido que sean obligatorias para los pactos postelectorales. Díaz no se ha negado a esta fórmula, pero ha reclamado que no se vacíe de autoridad a los órganos de dirección del PSOE. López ha vuelto a quedarse en el terreno intermedio: Consultas a la militancia, partido asambleario, no.

Contarán con sus rivales

El exlehendakari, para muchos el ganador del debate, ha reclamado a los otros dos candidatos que no se empeñaran en buscar culpables porque se trata de buscar soluciones para el futuro. Pero Díaz y Sánchez no se han soltado y han mantenido el cuerpo a cuerpo basado en dos premisas. La presidenta andaluza se ha aferrado a que la raíz del problema que acucia el PSOE es los 85 diputados en los que no situó un PP tóxico e infame y con el liderazgo de Sánchez. El exsecretario general se ha enrocado en la abstención durante la investidura de Rajoy que ha lastrado a su partido para hacer la oposición.

Tampoco han desvelado mucho sobre sus planes. Los tres, como era previsible, han asegurado que contarán con sus rivales si ganan las primarias del domingo. En caso de derrota, López ha asegurado que se pondrá a disposición del ganador; Díaz ha dicho que se marchará sin hacer ruido y sin fracturar el partido; Sánchez no ha dicho nada.

El exsecretario general ha pedido el voto a los militantes socialistas para situar el partido a la izquierda, ser la primera fuerza y no languidecer a la sombra de la derecha. El exlehendakari ha pedido el voto a los suyos a favor de la unidad y de un proyecto de izquierda. La presidenta andaluza ha recordado a sus compañeros que el PSOE es mucho PSOE, y que tengan orgullo de partido.

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