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Jueves, 5 de enero 2017, 12:51
La muerte de Amaresh Fernández, la joven de Pravia que sufría obesidad mórbida y que llevaba cinco años aguardando por una operación de reducción de estómago en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), ha causado honda conmoción social y también política en Asturias. Asociaciones de pacientes y partidos de la oposición han exigido que se depuren responsabilidades y han reclamado al Gobierno regional qué explique por qué el caso de esta joven de 24 años, que llegó a pesar 125 kilos debido a su trastorno de obesidad, fue catalogado en enero de 2016 por el Servicio de Salud del Principado (Sespa) como «ni urgente ni preferente».
La postura más crítica llegó por parte de la Asociación del Defensor del Paciente, entidad que denunció la situación de Amaresh ante la Fiscalía Superior del Principado y que preveía iniciar una reclamación por la vía administrativa ante la Consejería de Sanidad de Asturias ante la elevada demora asistencial de la que estaba siendo víctima. Ayer, su presidenta, Carmen Flores, pidió la dimisión del consejero asturiano de Sanidad, Francisco del Busto, «por su incompetencia en el caso Amaresh» y extendió la responsabilidad de lo ocurrido al presidente del Principado, Javier Fernández (PSOE). «Ambos sabían lo que pasaba, ambos sabían que Amaresh llevaba cinco años esperando por una cirugía bariátrica para tratar su enfermedad, porque la obesidad mórbida es una enfermedad. Por lo tanto, ambos son responsables de lo que pasó». Y lo que pasó, según Flores, al margen de lo que determine la autopsia practicada de oficio la pasada Nochevieja, día en que Amaresh falleció mientras dormía la siesta, es que «esta niña murió estando en lista de espera. Lo ocurrido es una clara muestra de que las listas de espera matan y seguirán matando si no hacemos nada», insistió.
Esta es la carta que la joven escribió el pasado mes de septiembre al Defensor del Paciente:
«Llevo padeciendo obesidad mórbida desde mucho antes de 2010, sin que me dieran ninguna solución más que pastillas y dietas con las que no conseguí adelgazar. De hecho, he engordado cada vez más. Desde niña padezco obesidad. Concretamente, desde los 16 años se ha convertido en mórbida. Por supuesto, esto conlleva complicaciones con enfermedades que ya tenía, como la diabetes y otras nuevas, como fibromialgia, depresión, problemas con la tensión, problemas en articulaciones, etcétera.
En 2010, le propuse al endocrino del Hospital San Agustín que me hiciera una cirugía bariátrica. Me dijo que primero íbamos a probar por última vez con otra dieta y ejercicio. Así lo hice y, como no adelgazaba, ese mismo año me dijo que ya estaba preparándolo todo para que me realizara dicha operación en el HUCA. El médico empezó a pedir diversas pruebas y mientras él me confirmaba que ya me ha derivado al HUCA, me insistió en que tenía que esperar por la cita.
Como el tiempo pasaba y no me llegaba la citación, fui a Atención al Paciente, donde me informaron de que no tenía solicitada ninguna operación. Después de muchas vueltas, en 2013 dice que dejará hecha la derivación antes de irse de vacaciones de verano (julio-agosto). Finalmente me deriva en 2015.
Cuando acudí a la primera consulta en el HUCA, en el servicio de Cirugía General me informaron que la lista de espera era de tres años.
Después de varias reclamaciones, la última a través del Defensor del Paciente, a la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias, en noviembre de 2015 me dijeron que en un plazo máximo de un año me operarían, contabilizando desde agosto de 2015. De ser así, me tendrían que haber operado en agosto de 2016, que era cuando se cumplía el año, según me informó la Consejería de Sanidad. Pero no fue así. En la nueva cita que tuve el 6 de septiembre de 2016, a las 11 horas, en el Hospital Universitario Central de Asturias, la cirujana me dijo que, aparte del año que ya llevaba esperando oficialmente, me quedaban otros cuatro. Lo que haría un total de diez años esperando por una operación desde que empecé con todo esto.
Lógicamente, me parece que es intolerable.
Llevo esperando la cirugía mucho tiempo. Además, como indicaba anteriormente, no solo padezco obesidad mórbida, soy diabética, tengo fibromialgia, depresión con muchísima ansiedad, en parte producida por todo lo de la operación (voy mensualmente al psiquiatra, quien dio el visto bueno a la operación; es más, dijo que me beneficiaría muchísimo), problemas de tensión, leves del corazón, etcétera. Estoy intentando reclamar, pero solo me dan vueltas y me dicen que tengo que esperar.
Yo solo quiero que me operen, me da igual dónde. Pero ya llevo cinco años esperando, más todo el tiempo anterior en la misma situación, sin que nadie me dé una solución. De hecho, como ya digo arriba, la idea salió de mí. El endocrino no me intentaba ayudar en nada.
Espero que me puedan ayudar, porque la verdad que cada vez estoy peor física y psicológicamente. Esto es desesperante.
Mi salud, tanto física como mental, cada vez se deteriora más. Tan solo tengo 24 años y llevo una vida de una persona de 80... Hay infinidad de cosas que ni siquiera puedo plantearme hacer por la obesidad que padezco, y cada vez surgen más complicaciones.
Creo que diez años de espera por una operación que necesito tanto es inaceptable.
Gracias por su tiempo y atención.
Espero sus noticias.
Amaresh Fernández (23 de septiembre de 2016)».
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