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m. Sáiz-Pardo
Sábado, 31 de diciembre 2016, 00:37
Han pasado cinco años desde que ETA decretara el fin de su actividad armada. ¿Ha llegado el momento del acercamiento de presos?
No. Ha llegado el momento de seguir aplicando la ley por encima de todo. ETA tiene que cumplir cinco condiciones: disolverse, entregar las armas, manifestar su arrepentimiento, pedir perdón de las víctimas y resarcir el daño. A partir de ahí, empezaríamos a hablar. Mientras tanto, no vamos a cambiar la aplicación de la legislación vigente ni la ley penitenciaria.
El Gobierno vasco sigue reclamando ese acercamiento y ha incluido esta petición en el paquete de negociación con el Ejecutivo central. ¿Qué margen tiene el Gobierno de Rajoy? ¿Es una línea roja?
A mí no me gusta hablar de líneas rojas, pero en el tema del terrorismo sí que las hay y son las víctimas. Mientras ellas no hayan recibido esa petición de perdón y no hayan visto ese arrepentimiento sincero, difícilmente se puede hablar de otros temas. Hoy por hoy no se dan las circunstancias para que cambie la política penitenciaria o se plantee siquiera el estudio de acercamientos de presos de ETA.
¿La disposición del colectivo de presos de ETA a aceptar beneficios individuales, aunque sin colaborar ni delatar, no cambia nada?
Buscar atajos, utilizar medias verdades y pretender engañar a la sociedad eludiendo las cinco exigencias que he enumerado no va a tener un premio. Sin arrepentimiento, sin petición de perdón y sin la desaparición de ETA es imposible dar ningún paso con los presos.
¿ETA se ha desentendido de sus presos o los reclusos siguen siendo un pilar para la banda?
ETA está muy debilitada y los presos están pagando ese debilitamiento. Ha llegado ya el momento en que los propios presos le exijan a ETA su disolución y la entrega de las armas. Un gesto así sería importante. Hoy los grandes perjudicados de ETA, al margen de las víctimas que son los grandes sacrificados, son los propios presos.
Su antecesor enterró la llamada vía Nanclares para la reinserción de presos. ¿Hay alguna posibilidad de retomar una iniciativa similar?
El Gobierno popular ha sido muy claro: las premisas son las cinco que ya he dicho. Sin esas cinco condiciones no cabe hablar de otro tema.
¿La disolución de ETA no bastaría para un cambio de la política penitenciaria?
Vuelvo a lo mismo: disolución, desarme, arrepentimiento, petición de perdón y pago de las indemnizaciones.
¿Tampoco el desarme bastaría para un acercamiento?
No. Ni la disolución ni el desarme, por sí solos, provocarán un cambio de la política penitenciaria si no hay arrepentimiento. Partimos de una premisa: no cabe una verdadera disolución si no se entregan la totalidad de las armas. Y si la disolución de la organización terrorista y la entrega de las armas no lleva a sus presos a que reconozcan el daño y muestren su arrepentimiento es un contrasentido. Las cinco premisas están concatenadas, no se entienden las unas sin las otras porque forman parte de un todo.
Usted pidió la semana pasada unidad en el Parlamento para que ni ETA ni su entorno tengan «más atajos». ¿A qué se refería?
Pues precisamente a juegos de palabras y trampas como las del EPPK (colectivo de familiares de presos de ETA). ¿Pedir beneficios penitenciarios sin arrepentimiento y desvincularse de ETA? Oiga, no. No vamos a permitir atajos y medias verdades como las que propone el EPPK.
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