La guerra de las sombrillas en las playas

Se les reconoce fácilmente. Son animales de costumbres. Se caracterizan por levantarse sobre las seis de la mañana en vacaciones. Sombrilla o silla en mano acuden a las playas al alba. A partir de ahí empieza un ritual que consiste en plantar su bandera lo más cerca posible del mar, así, marcando el territorio. Compiten, pero se respetan.El depredador de la primera línea ha hecho presa, después se van a desayunar asegurando un sitio perfecto para su prole. La batalla ha empezado.

En Almuñécar, por ejemplo, se precintan y requisan las que se queden solas. Después, si quiere recuperarla, habrá de pagar 30 euros. Como publicaba Ideal de Granada, el Ayuntamiento no ha querido dejar pasar la ocasión para recordar a sus vecinos la obligatoriedad de no abandonar sus enseres en las playas del municipio. Colocadas estratégicamente desde primera hora de la mañana por los más madrugadores, se emplean para reservar el espacio en primera línea del litoral para, acto seguido, dejarlas desatendidas hasta horas más tarde. Con el fin de evitar una 'guerra de las sombrillas' que ya estuvo a punto de iniciarse el pasado verano, el Ayuntamiento ha decidido tomar cartas en el asunto para evitar mayores problemas.

Desde 2014, Torrox también ha dicho basta a los bañistas que usan sombrillas para coger sitio en la playa. La primera línea de playa es una franja de lo más cotizada. Torrox se convirtió en la primera localidad andaluza que aprobaba una ordenanza municipal en la que se contemplan sanciones por esta práctica tan habitual. La Policía Local patrulla las orillas retirando lotes de material playero.

Haya o no una ley, está claro que la batalla por un trocito de tierra ha comenzado. Un problema se extiende por las playas de España, como también se repite en las tumbonas de las piscinas de los hoteles. La guerra de sombrillas ha empezado y su sombra es negra y alargada.

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