El descuartizador de la mujer de Vitoria hizo tres viajes a pie con partes del cuerpo en una maleta

El detenido por el asesinato de una mujer, cuyo cadáver ha aparecido descuartizado en Vitoria, completó presuntamente un lúgubre trayecto para librarse de los restos de su víctima. Desde su hogar, en la calle Nueva Dentro, hasta el río Zadorra, a la altura del barrio de Abetxuko, según informa El Correo.

Según ha podido saber este periódico, recorrió esos casi cuatro kilómetros a pie. Y cargado con una maleta. En su interior, como reconoció el supuesto asesino, iban los restos de Marga, una alavesa de 60 años «rota por el consumo de drogas durante años y años», según todas las fuentes consultadas. El vecino del Casco Medieval, tras descuartizar el cuerpo en ocho partes, las envolvió en bolsas de plástico. Cargó varias en el interior de la maleta.

Salió a la calle y se dirigió hacia la zona de Abetxuko, donde vivió hasta que fue desahuciado. Un inciso. Reconoció a los investigadores que hasta pasó por delante de la comisaría de la Policía Local en la calle Aguirrelanda. Otra muestra más de una sorprendente sangre fría. El arma del asesinato. Se cuidó de que nadie le viera lanzar las bolsas al río. Luego retrocedió sobre sus pasos, cargado con la maleta. Repitió tan terrible maniobra otras dos veces más. Siempre por el mismo itinerario. Incluyó entre su mercancía el martillo con que presuntamente asesinó a su víctima, el serrucho usado para desmenuzar el cuerpo y un cable, cuya utilidad todavía debe certificarse. También arrojó la maleta.

Este martes, la Ertzaintza fue localizando en el Zadorra, entre Abetxuko y el barrio de Ibaiondo, los restos humanos que supuestamente pertenecen a la mujer asesinada. El primer hallazgo se registró hacia las once de la mañana en el cauce del río que circunvala el casco urbano de la capital alavesa, una zona que estaba siendo examinada desde primera hora de la mañana por dotaciones de buzos y perros adiestrados de la Policía vasca. Por la tarde, pasadas las cinco, se encontraron otras partes del cuerpo igualmente seccionadas y sobre las ocho se encontraron las últimas, con lo que se dio por finalizada la búsqueda y se procedió al levantamiento del cadáver. Además de los restos humanos, la Ertzaintza también ha localizado una sierra, un martillo y un cable en unos ramajes próximos al barrio de Lakua y al puente que da acceso a la autovía que conecta Vitoria y Bilbao.

Los investigadores disponen ya por tanto del cuerpo completo, lo que permitirá aclarar lo relatado a los agentes por el hombre de 43 años que ha confesado el asesinato de la mujer de 60, un brutal crimen que según la Policía vasca se llevó a cabo en la noche del pasado miércoles en la vivienda de la calle Nueva Dentro, 14 donde residía el varón. De momento no existe ningún indicio de que ambos mantuvieran relación sentimental o afectiva, aunque la Ertzaintza ha apuntado que ella dormía en ocasiones en esa vivienda. Vecinos e investigadores sitúan a ambos protagonistas de la historia en un mundo de alcohol y drogas, aunque a pesar de ello los residentes tampoco podían dar crédito a un desenlace tan macabro como el que ha tenido lugar. El hecho de que no existiera relación sentimental entre ellos hace que no se pueda considerar a efectos legales como un caso de violencia de género, ha indicado el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka.

El juez ha decretado el secreto de sumario sobre el caso, aunque antes de esa decisión la Policía vasca ha difundido un detallado relato de lo que ocurrió en la vivienda de la calle Nueva Dentro en las últimas jornadas. El pasado miércoles por la noche, según el testimonio inicial del presunto homicida, el hombre golpeó con un mazo a la mujer, ocasionándole la muerte. Tras ello, «habría decidido descuartizar el cuerpo, cortándolo con una sierra, para deshacerse después de los restos arrojándolos al río Zadorra», ha señalado la Ertzaintza. También se habría deshecho de la documentación de la víctima, arrojándola por una alcantarilla, agrega la Policía vasca. La cabeza de la mujer fue hallada por la Ertzaintza en primer lugar. Después, por la tarde, un perro de la unidad canina localizó el tronco y, a última hora de la tarde se hallaron las extremidades.

Llamada de un ciudadano

La operación que terminó con el hallazgo y la detención del autor confeso se desencadenó en la noche del lunes. La Ertzaintza, alertada por una llamada ciudadana, tuvo noticia a última hora de la tarde del presunto asesinato ocurrido en un domicilio del Casco Medieval de Vitoria, barrio en el que numerosas dotaciones se presentaron hacia las 22.00 horas, según los vecinos. En la casa se hallaron «sangre y restos humanos». También se localizaron instrumentos que podrían haber sido utilizados en el macrabro proceso narrado por el arrestado. La Policía vasca localizó al inquilino de la vivienda y lo detuvo como presunto autor de los hechos dado que el hombre confesó el crimen de forma inmediata. Se trata, según apuntaron fuentes de la investigación, de un vecino de Vitoria con «problemas sociales» y que ahora permanece detenido, a la espera de ser puesto en manos del juez. El hombre conocía a su víctima y al parecer, tras una fuerte discusión, la mató. Al menos eso fue lo que narró a los agentes.

Este martes, los buzos de la Ertzaintza, una unidad especializada, procedieron desde primera hora a la búsqueda del cuerpo para poder verificar la historia, mientras otros agentes trataban de arrojar luz al extraño y macabro suceso por otras vías. El hallazgo de restos humanos y de diverso instrumental que puede tener relación con el caso (al menos una sierra y un martillo) centran ahora las pesquisas de los agentes, que pretenden con ello esclarecer por completo lo ocurrido en el número 14 de la calle Nueva Dentro donde se cometió supuestamente el crimen.

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