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Con lupa. Jesús Lizcano, en su casa de Madrid.
«Ser corrupto ahora es una profesión de alto riesgo»

«Ser corrupto ahora es una profesión de alto riesgo»

Jesús Lizcano, presidente de Transparencia Internacional España, propone recortar los privilegios de los partidos políticos, «que controlan instituciones y poderes de todo tipo»

daniel vidal

Miércoles, 22 de octubre 2014, 02:02

El catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Autónoma de Madrid, Jesús Lizcano, no para ni un minuto. Entregado a sus clases y al cargo de presidente de Transparencia Internacional España, el día se le pasa en un abrir y cerrar de ojos. La lucha contra la corrupción no permite una tregua en un país donde no hay una semana sin escándalos. Y tampoco, en ocasiones, cumplir con los compromisos. Habíamos quedado en hablar por teléfono, pero nos devuelve el borrador que le enviamos para que preparara la entrevista con las respuestas escritas. «Se me ha hecho un poco tarde y en un momento vienen los de la tele... Así la entrevista quedará más clara». Después de un tira y afloja, conseguimos recuperar la confianza y la transparencia.

Y pensar que Rodrigo Rato pudo ser presidente del Gobierno...

Sin entrar a opinar sobre casos particulares, la corrupción también implica a personas de las más altas esferas institucionales, en nuestro país y en otros. Pero hay una gran diferencia: en los países de nuestro entorno, la dimisión suele ser natural cuando se descubren este tipo de actuaciones.

Políticos molt honorables, líderes sindicales, jueces, empresarios, futbolistas, el cuñado del Rey ¿De quién nos podemos fiar?

Lamentablemente, el espectro es muy amplio y diverso. Lo más importante es que están aflorando todos estos casos, y ello sirve para una mayor información y sensibilización de los ciudadanos. También como elemento disuasorio para potenciales corruptos. La transparencia y el conocimiento público de estos casos permitirá que disminuya la corrupción en los próximos años.

Hasta Isabel Pantoja va camino de la cárcel ¿Esto se ha convertido en un esperpento?

Esto consigue que la corrupción se popularice de forma negativa. Pero también que las personas de estos ámbitos sociales y artísticos se lo piensen bastante antes de incurrir en errores personales como los que se están viendo.

La sensación es que nos están saqueando el país

Puede existir esa sensación. Pero hay que tener en cuenta que, en relación con el PIB, no son cantidades tan grandes como para pensar que hay un saqueo generalizado.

Polonia, con un nivel de percepción de la corrupción similar al nuestro, dictó 3.000 sentencias contra estos maleantes en 2012. España, 90. En las penúltimas elecciones locales, el 70% de los cargos imputados volvieron a ser elegidos. ¿Hay impunidad judicial y social?

Efectivamente, en España ha habido hasta hace poco una alta permisividad social, y eso ha hecho que políticos sospechosos o imputados por corrupción hayan sido reelegidos. Los ciudadanos hemos sido muy laxos con las conductas corruptas, pero la situación ha cambiado. También es verdad que el sistema electoral establece listas cerradas que no permiten luchar contra este fenómeno a la hora de votar: ni cambiar el orden de los candidatos, ni excluir a algunos de ellos... Por ello hay una cierta dejadez de los ciudadanos en su tarea de informarse y votar a aquellos más capaces y menos corruptos. Y por ello es importante que cambie este sistema electoral. Por otra parte, los medios de comunicación también investigan más, hay jueces cada vez más beligerantes aunque la justicia sigue siendo muy lenta y las fuerzas de seguridad tienen personal altamente cualificado. Entre todos formamos un amplio frente social para que las cosas mejoren en el futuro.

Pues no vamos muy bien encaminados... Catar, Botsuana o Bután sacan mejor nota que España en ese informe sobre los niveles de percepción de la corrupción. De la zona euro, solo Grecia está por debajo de nosotros y solo Siria ha perdido más puntos...

Los resultados son bastante decepcionantes. Hemos descendido hasta el puesto 40 de un total de 177. El año anterior estábamos en el puesto 30. Todo es fruto de los numerosos casos que están saliendo a la luz.

«Hipocresía social»

Llamar al fontanero y pedir la factura «sin IVA»... ¿también es corrupción?

Algunos no veían mal cometer pequeños actos de fraude fiscal en la vida cotidiana e incluso se vanagloriaban de ello. Hasta eran aplaudidos por el resto. Esto también ha cambiado. Hay más concienciación, en parte debido a la crisis económica, que convierte en escandalosas algunas conductas. También hay más cultura y más educación, lo que contribuye a que vaya disminuyendo la hipocresía social que ha habido durante mucho tiempo en España.

¿Es suficiente la Ley de Transparencia aprobada hace casi un año?

Es un paso muy importante para que haya mayor información sobre las 21.000 instituciones públicas que tenemos en España y para que los ciudadanos puedan conocer presupuestos, cuentas, contratos... Esta ley va a marcar un antes y un después en la transparencia de partidos políticos, organizaciones sindicales y empresariales, de la Casa Real... Hará que la Administración pública pueda tender a ser una Administración de cristal.

Su organización denuncia que la descentralización es caldo de cultivo para la corrupción. ¿Sobran administraciones?

Es cierto que la alta diseminación del sector público resta eficacia a los mecanismos de control. Al margen del debate sobre el alto número de instituciones, lo que está claro es que sobran aquellos políticos que se sirven de ellas en beneficio propio. Lo primero que hay que hacer es expulsar y sancionar a todos esos políticos. Después parece necesario, también, simplificar el sector público y disminuir el número de instituciones.

¿Necesitamos 10.000 aforados?

Proponemos una reducción radical. No tiene sentido ni el número ni que se amparen las conductas privadas de los aforados.

¿Qué más hay que reformar?

Bastantes cosas. Una de las conclusiones a las que hemos llegado en Transparencia Internacional es la evidente existencia en España de una partitocracia que hace que los partidos políticos controlen los poderes y las instituciones de todo tipo, y es necesario que haya un mayor equilibrio entre los partidos y la sociedad. Hemos propuesto, además, otras 22 medidas en diferentes ámbitos.

Usted ha elogiado que el PSOE haya publicado sus cuentas, aunque no muestran la procedencia ni la cuantía de las donaciones. ¿Es un desnudo a medias?

Es positivo, aunque siempre se puede mejorar. Lo más importante es que todos los partidos vayan abriendo sus puertas a los ciudadanos. Así disminuiría el alto nivel de desafección social respecto a estas organizaciones.

Unió se negó a firmar el compromiso contra la corrupción que sí firmaron el resto de los partidos antes de las europeas...

Esperamos que en sucesivas ocasiones sean más proclives a darnos información y dejen de ser la excepción que confirma la regla.

¿Cómo ha afectado el fenómeno Podemos?

Es un fenómeno realmente nuevo e imprevisto. Sin valorar los contenidos de su programa, parece evidente que sus resultados electorales vienen a acreditar la falta de confianza de los ciudadanos respecto a los partidos tradicionales. Una señal inequívoca de que los ciudadanos no están satisfechos y manifiestan claramente la necesidad de un cambio.

Fuera de España, ¿tenemos fama de chorizos?

La verdad es que no. La imagen que se tiene de España en mi organización, por ejemplo, es de un país moderno y plural a pesar de los chorizos que pueda haber en el ámbito político.

¿Qué futuro nos espera?

Cada vez hay mayor información: de los medios de comunicación, de las fuerzas de seguridad, de los propios ciudadanos. Y aunque seguirá habiendo casos, todo ello hace que en el futuro pueda haber menos corrupción, ya que parece evidente que ser corrupto ha pasado a ser una profesión de muy alto riesgo en España.

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