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La familia MAX es sinónimo de éxito dentro de Yamaha. Desde la aparición de la Yamaha TMAX, la reina indiscutible de las maxi scooters de alto rendimiento, en 2001 y sus innumerables triunfos, la firma de los diapasones decide que la familia MAX debe seguir creciendo. Aprovechando la herencia genética (y comercial) de la T, Yamaha lanza al mercado la saga XMAX, con motores de menor cilindrada pero que pretenden reflejar el espíritu de la hermana mayor en un cóctel más reducido.
En 2006 nace la primera generación de la Yamaha XMAX 125. Una scooter que se convertiría en una de las reinas del mercado hasta la actualidad. Hoy, dieciocho años después, la XMAX se ha ido afinando hasta dar lugar a una de las scooters más refinadas y completas a las que podemos optar dentro del carnet A1. Siempre y cuando podamos pagarla, claro.
En SUR hemos probado su última evolución, cedida por el concesionario Navarro Hermanos, para contaros qué tal va esta pequeña superventas.
Es la pregunta más habitual que hacen los menos entendidos cuando se enteran de su cilindrada. Y con razón. Las formas y dimensiones de la XMAX 125 la hacen parecer de una cilindrada mucho mayor a la que pertenece en realidad. Estamos ante una moto que se va a los 2.180mm de largo, 1.410mm de alto, 795mm de ancho y una batalla de 1.570mm. Tales son sus dimensiones que me atrevería a decir que el chasis tubular de acero que conforma el esqueleto de esta moto es también la columna vertebral de su hermana mayor, la de 300cc.
El color negro hasta en la última esquina y las formas angulosas de la carrocería otorgan a la XMAX una visión traída de un futuro cercano. Su mirada frontal es agresividad en estado puro, con una delantera que parece estar desafiando al resto de vehículos presentes en la carretera en todo momento. Los intermitentes se trasladan a la parte superior, formando dos pequeñas alas que asoman de la cúpula (que puede cambiarse de posición de manera manual).
La trasera, dominada por sus dos grandes faros completamente en LED, pierde parte de la agresividad que caracteriza a la delantera. Dicho esto, se sigue viendo muy moderna, con unos pilotos traseros que le dan cierta sensación de estar viva al parecerse a un par de ojos cerrados. Con las luces de posición, los ojos duermen. Cuando pisamos el freno, los ojos se abren.
La rueda trasera es de catorce pulgadas, una pulgada menos que la delantera. Pero de mayor grosor.
Si algo ha definido a la XMAX a lo largo de todos sus años en el mercado es su versatilidad y ergonomía. Ofrece uno de los baúles bajo el asiento más grandes que he visto hasta la fecha. En este maletero entran dos cascos integrales e incluso nos queda hueco para meter una chaqueta entre los cascos. Sublime. Además, contamos con dos guanteras de generoso tamaño. La guantera derecha no tiene cierre, por lo que mejor no olvidarnos nada en ella. La izquierda cuenta con cierre y una toma de 12 voltios para enganchar un adaptador. A estos espacios podremos sumar si así lo deseamos un baúl trasero.
La posición de conducción es muy cómoda, con un asiento de buen mullido y materiales agradables al tacto. Dependiendo de tu altura y de si quieres aprovechar el pequeño respaldo que ofrece el asiento, los brazos te quedarán completamente rectos. En mi caso, prefiero colocarme un poco más hacia delante para poder flexionar ligeramente los brazos. Además, si mides menos de un metro setenta, te costará llegar al suelo con los dos pies, dificultando las maniobras a baja velocidad. Esto, más que por la altura del asiento (800mm), se debe al grosor del mismo. Está completamente supeditado a la comodidad, haciéndolo más grueso y dificultando el apoyo de los pies en parado.
A pesar de todo, encontrar tu posición es muy fácil y, una vez encontrada, su comodidad permite hacer viajes largos sin que se nos resienta la espalda o los lumbares.
Contamos con uno de los equipamientos tecnológicos más elevados dentro de su segmento, dejando a la XMAX como una de las referentes: apagado automático a ralentí, ABS en ambos frenos, luces completamente en LED, control de tracción, arranque y cierre sin llave y una pantalla TFT a color que permite la conexión con nuestro smartphone gracias a la aplicación My Ride de Yamaha.
Para mover al conjunto Yamaha opta por su conocida mecánica Bluecore. Un motor monocilíndrico de cuatro válvulas refrigerado por agua y su sistema VVA con control variable de válvulas. Es capaz de entregar 12 caballos y 11,2 Nm. Es una potencia justa para mover los 167 kilos de la moto por encima de los ochenta kilómetros por hora. Pero potencia más que suficiente para desenvolverse como pez en el agua por debajo de esa velocidad.
Según ciclo WLTP es capaz de conseguir unos consumos de 2,3 litros cada cien kilómetros. Durante nuestra prueba los consumos fueron de 2,8 litros. Una cifra irrisoria que podría acercarse a esos 2,3 litros anunciados con un uso más comedido y suave que el recibido durante la prueba. Con estos consumos y un depósito de 13,2 litros, alcanzar los 500 kilómetros de autonomía se antoja pan comido.
Una vez nos montamos a lomos de la XMAX 125 y empezamos a enlazar curvas queda patente un aspecto: el chasis es superior a su motor. Y esto no lo digo como algo malo, al contrario. Estamos ante una 125 cuyo aplomo es soberbio. Ofrece sensación de estabilidad en todo momento, ya sea una carretera revirada, ciudad o autovía.
En carreteras reviradas nos costará ir a cuchillo por las limitaciones propias de los motores de 125cc. Aunque si te olvidas de romper el crono y simplemente disfrutas del trayecto, podrás pasártelo muy bien conduciéndola: el chasis es sublime, la suspensión está francamente bien conseguida, ni seca ni blanda, y los frenos, con dos pistones delante y uno detrás, tienen una mordida por encima de la media en su segmento.
En ciudad es donde el motor puede hacer alardes, ya que tal y como comentábamos, por debajo de los ochenta kilómetros por hora, se muestra ágil y con contundencia de aceleración suficiente para ser los primeros en salir del semáforo. Sus dimensiones hacen algo más complicado el zigzag entre los coches en parado, pero nada imposible.
¿Y si entramos en autovía? Como buena 125, no es su hábitat natural. Dicho esto, la XMAX puede salir sin ningún problema a autovía y realizar largos trayectos por ella. El motor Bluecore está tan bien conseguido que para el piloto es prácticamente imperceptible ver que la moto va a su máximo régimen de revoluciones en autovía. Apenas transmite vibraciones a la carrocería, a pesar de estar dándolo todo. Podremos circular algo por encima de los cien kilómetros por hora de marcador. Velocidad más que suficiente para salir a autovía sin ningún miedo.
Su mayor pero, como ocurre con casi todos los vehículos últimamente, es su precio. La XMAX 125 2024 parte de los 5.499 euros, aunque para una unidad como la probada, con el acabado Tech Max, tendremos que estirar el presupuesto hasta los 6.099 euros.
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