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M.C
Martes, 13 de diciembre 2022, 17:50
Es habitual que, cuando salimos de compras, de viaje o acudimos a algún sitio intermedio entre el trabajo y nuestra casa, dejemos en el coche algunas de nuestras pertenencias mientras realizamos los recados o tareas pertinentes.
Una práctica habitual que puede salirnos muy cara. ... Si decidimos guardar nuestro ordenador portátil en el maletero mientras salimos, por ejemplo, a tomar algo después de la jornada laboral, es posible que a la vuelta a nuestro vehículo nos encontremos con que ha desaparecido.
El desarrollo de las tecnologías ha permitido también avanzar a los ladrones, que se las ingenian para evolucionar en sus métodos para acceder a nuestras pertenencias.
Una de las maneras que tienen para detectar si en un coche hay dispositivos electrónicos como portátiles, tablets o incluso teléfonos móviles tiene que ver con un elemento común entre estos: la batería de litio.
Además de poder saber si en el interior del vehículo hay dispositivos suculentos para ser sustraídos gracias al Wifi o el bluetooth, ahora existen detectores de litio que dan a los ladrones la certeza de que en ese coche hay algo que llevarse: ordenadores portátiles, teléfonos móviles o consolas portátiles, son algunos de los objetos electrónicos de valor que funcionan con baterías de litio.
Estos de dispositivos, emiten una señal sonora cuando se sitúan cerca de elementos que contengan este tipo de baterías, y requieren que el ladrón tenga que acercarse al coche, por lo que suelen merodear por zonas de aparcamiento.
Al saber exactamente en qué zona del coche se encuentra el dispositivo, la sustracción se realiza de forma rápida, por lo que hay que extremar la precaución para evitar ser víctima de este tipo de robos.
Para evitar llevarnos un disgusto, lo ideal es no recurrir a dejar en el coche este tipo de preciados objetos, que a menudo ascienden a precios por encima de los 1.000 euros.
Si no nos queda más remedio, un buen consejo es dejar nuestro ordenador completamente apagado o el móvil en modo avión para que las conexiones no puedan ser detectadas.
Esto, sin embargo, no excluiría en ningún caso la posible detección por los rastreadores de litio, una práctica creciente entre los ladrones más avispados.
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