Ponemos a prueba el Dacia Duster en el desierto de Agafay

Es más, la segunda opción es como si fuese su hábitat natural, sobre todo gracias a su capacidad 4X4, su altura libre hasta el suelo de 214 mm, su corto radio de giro y mejor ángulo de visión.

Así, el desierto de Agafay, en Marrakech, es el entorno más salvaje y perfecto que puede existir para salir de la zona de confort y conducir sin horarios ni objetivos. Sin normas, señalización y casi sin senderos, el Duster, en su versión diésel de 115 CV y tracción a las cuatro ruedas, ha superado cada bache, surco y pendiente sin despeinarse.

Y casi siempre sin necesidad de su electrónica porque su potencia y cambio manual ayudan a solventar cada situación.

De hecho, aunque el modelo cuenta con ayuda al arranque en pendiente y control de trayecto en descensos, su activación no fue necesaria en ningún momento a pesar de que en los más de 100 kilómetros de recorrido había múltiples obstáculos y dificultades.

Tampoco hicieron falta uno neumáticos específicos para superar ni siquiera las inclinaciones laterales en dunas.

Cabe resaltar que, tras la presentación de la nueva imagen de marca, el Duster ha adoptado un nuevo frontal en el que se puede ver el nuevo emblema, compuesto por una D y una C juntas. En la parte trasera, llantas y en detalles interiores como el volante, también la denominación Dacia, de diseño minimalista.

Y también se estrenan nuevos colores y equipamiento. Destaca el nuevo tono Naranja Arizona y la versión más equipada 'Journey', más orientada al ocio.