La estrategia de Mercedes parece haber dado un cambio de rumbo en el último lustro para retomar la ruta original de la marca. En la década anterior la firma de Stuttgart comenzó a realizar productos al alcance de un mayor número de bolsillos. Así pues, ... era frecuente ver a la clase media echando un ojo en los concesionarios de la estrella para adquirir alguno de sus modelos de acceso, como un Clase A e incluso un Clase C. Ya no es igual. La barrera de entrada en Mercedes es muy superior ahora. Un Clase A, por ejemplo, roza los cuarenta mil euros de precio de salida y, a la mínima que incluyamos un par de paquetes, ese precio se nos quedará por encima de los cincuenta mil. Así pues, podemos imaginarnos que los modelos más lujosos, dentro de una marca donde incluso los coches de acceso intentan aspirar a cierto nivel de exclusividad, será muy, pero que muy, elevado.
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El coche de esta semana el uno de esos vehículos halos de la estrella, una auténtica nave espacial que utiliza la tecnología como herramienta de lujo. El Mercedes-Benz EQS es la reinterpretación del lujo en el siglo XXI.
El coche es impresionante incluso en su primer vistazo. Sus dimensiones, más propias de un vehículo náutico que de un turismo, lo dejan en tierra de auténticos gigantes. 5,13 metros de largo, 1,72 metros de alto, 1,96 de ancho (sin contar retrovisores, por supuesto) y una batalla de 3,21 lo postulan como el segundo coche más grande que ha pasado por SUR al Volante hasta la fecha. Solo el Bentley Bentayga o el Ineos en altura son capaces de ensombrecer ligeramente a este auténtico portaaviones. Dicho esto, es bonito. En la delantera todo parece haber adquirido el tamaño XXL, con unos faros gigantes, que bordean la parrilla en su parte superior y se unen a la misma en los laterales, como si de una continuación de la misma se tratase. La parrilla está totalmente cubierta y en negro piano, con el símbolo de Mercedes replicado en su interior una y mil veces (aunque si sois más tradicionales no os preocupéis: instalad el paquete Exclusive Line y tendréis una parrilla más similar a la del Clase S a combustión). Dos grandes salidas de aireación falsas en el acabado AMG Line terminan de redondear una vista frontal musculosa e imponente.
En la vista lateral (uno de los grandes talones de Aquiles en coches de semejante tamaño) el EQS esconde con virtuosidad su auténtico tamaño. La imagen es suave, sin grandes recargos en la carrocería más allá de unos imponentes pasos de rueda. Aún así, el juego de volúmenes es capaz de crear un lateral armonioso, donde resalta un capó chato. Este último aspecto ha recibido sendas críticas por los amantes de la gama S, caracterizada por grandes e imponentes capós. Un servidor, sin embargo, no termina de estar de acuerdo, pues estamos ante un EQS, no un clase S. Se trata de ofrecer lujo bajo un nuevo concepto, no calcar el concepto de gasolina y cambiar la motorización.
La estampa trasera es la más discreta, recurriendo a distintas tendencias para otorgarle algo de presencia, como los pilotos traseros unidos por una tira LED, los embellecedores en la parte baja o pequeñas salidas de aireación falsas.
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El EQS SUV ofrece multitud de motorizaciones en su catálogo, tanto tracción trasera como a las cuatro ruedas, y potencias que van desde los 360 a los 658 caballos. Nuestra unidad monta la motorización 450 4MATIC. Es una de las motorizaciones de acceso, con dos motores y una potencia máxima conjunto de 360 caballos y 800 Newton metro de par, capaz de acelerar de cero a cien en seis segundos y alcanzar una máxima de 210 km/h.
Viene asociado a una batería de 108,4 kWh de capacidad neta, con un consumo medio según ciclo WLTP de 20,5 kW cada cien kilómetros. Con semejante batería, estamos ante uno de los pocos coches capaces de poder hacer un Madrid-Málaga, por ejemplo, sin necesidad de recargar. Recargas que, por cierto, admiten potencias de hasta 200 kilovatios en corriente continua.
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El interior del EQS es, cuanto menos, impresionante. Más aún si equipamos la pantalla opcional 'Hyperscreen' de sesenta pulgadas, que cubre todo el salpicadero con una gran pantalla (en realidad tres). Nuestra unidad opta por un diseño con un menor impacto visual, pero más elegante. Dicho esto, el nivel de funciones que ofrece el EQS sin la Hyperscreen no es menor. Aquí la cuestión reside en qué valoras más: impacto visual o elegancia.
Es un coche que, en cuanto a tecnología, no hay absolutamente nada que poder reprocharle (tal vez un poco más de velocidad en el comportamiento de su sistema de infoentretenimiento y navegación). Contamos con funciones de masaje, aireación y calefacción en los asientos, regulación eléctrica de asientos y volante, un sistema de sonido digno de salas de cine, y un larguísimo etcétera. Pero además, contamos con funciones mucho más raras de ver, como el aviso lumínico en las puertas en caso de que pasen coches o peatones al momento de abrir las puertas, que se ciña el cinturón cuando iniciamos la marcha (el cual también se utiliza para alertarnos de posibles peligros, dando al piloto leves tirones); unos faros que no solo luces al uso: son proyectores capaces de replicar las indicaciones del GPS en la propia carretera; un Head-Up Display con una cantidad de información que permite no apartar la vista de la carretera para ninguna función; un asistente inteligente que reconoce qué ocupante es el que le está hablando para realizar los cambios solo a la persona que le hable (por ejemplo, si el pasajero de la fila trasera derecha dice que tiene frío, solo subirá la temperatura en esta butaca); y un etcétera tan extenso que necesitaríamos todo un libro para mencionarlo todo.
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Ahora bien, no todo es tecnología. Los materiales y ajustes de este interior lo dejan en la parte alta de la pirámide. Cuero, alcántara y materiales se entremezclan con multitud de luces ambientes, creando un habitáculo espectacular. ¿Y los remates? He visto muchos vídeos en los que se critica la calidad de Mercedes por los crujidos de sus materiales. Ya os digo yo que en este coche nada cruje. Os invito a subiros a un EQS y comprobarlo por vosotros mismos.
El EQS SUV cuenta con un extra que no podremos en la berlina y que nuestra unidad además equipa: una tercera fila de asientos que nos permita llevar a siete ocupantes en el interior. El maletero, como era de esperar con estas medidas, es enorme. 880 litros con cinco plazas disponibles. Además, la segunda banqueta no solo se puede reclinar desde el maletero, si no que también puede devolverse a su posición original.
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Dependiendo de a qué rival nos dirijamos, encontraremos puestas a punto diferentes. La concepción de la estrella pone toda la carne en el asador a un solo aspecto: la comodidad. Cuenta con una suspensión neumática que se va adaptando a las condiciones de la vía en todo momento, engullendo las irregularidades de la vía sin que sean perceptibles en el interior. Además, está conectada vía GPS y se adapta a la velocidad y carreteras: aploma el vehículo en carretera abierta y aumenta la distancia libre al suelo en entornos urbanos, por ejemplo.
Lo mismo ocurre con la dirección, que se endurece conforme aumentamos la velocidad, o los faros, que van jugando constantemente con el haz de luz para no deslumbrar al resto de coches presentes y adaptarse a la carretera.
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El motor, pese a los 2.805 kilos del coche, mueven con enorme soltura al conjunto. Es, desde mi punto de vista, la motorización más racional. Se siente un coche potente, con mucha fuerza para realizar recuperaciones o adelantamientos, pero sin llegar a unos niveles de potencia fuera de todo sentido. Evidentemente, cuantos más caballos, más picante y por ende, más diversión (hablando, por supuesto, de coches con esta concepción), pero la versión 450 es más que suficiente para todas las situaciones imaginables.
El eje trasero direccional (que, por cierto, gira hasta 10 grados, pero si no pagas una cuota anual, se queda en 4,5 grados) hace que el coche parezca muchísimo más pequeño de lo que es a la hora de maniobrar, con un radio de giro excelente que facilita su uso en entornos urbanos.
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Es un coche al que cuesta (y mucho) sacarle peros. Algo lógico si atendemos a su precio, pues el EQS SUV 450 parte desde los 140.000 euros. Precio que podremos aumentar cuanto deseemos equipando el infinito catálogo de extras que Mercedes ofrece para su coche eléctrico halo.
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