Gamberra. Si tuviese que definir en una sola palabra qué es la Honda MSX o Grom, creo que pocas palabras se adaptan mejor a su concepto. La primera generación de esta pequeña moto a tamaño reducido aparece por primera vez en el mercado en 2014, ... con un diseño que ya nos sugería sus intenciones. Aunque sus antecedentes se remontan muchísimo tiempo atrás. Habrá quien los sitúe en la mítica y especial Honda Monkey, un símbolo del automovilismo con ruedas que ve la luz allá por 1961, concebido en un principio como un juguete para ser utilizado en parques de atracciones. Su popularidad fue tan grande que Honda decidió empezar a comercializarla y fabricarla también para calle. Otros, situarán a su antecedente más directo en la Honda Dax, la moto basada en un perro salchicha que se lanza al mercado en 1969. Muchas veces imitadas, pero nunca superadas, ambas motos se convirtieron en superventas mientras la firma del ala las mantuvo vigentes. Tanto es así, que hace poco menos de un lustro, la marca japonesa decidió resucitar el apellido Monkey (aunque eso sí, se les olvidó el concepto de vehículo económico en el precio de tarifa).
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Ambos antepasados recogen bien lo que la MSX pretende representar en el presente. Es cierto que las dimensiones de esta 125 se alejan bastante de los dos modelos citados, aunque podemos seguir considerándola una moto bastante más pequeña al resto que circulan por las calles (a excepción de aquellas que imitan su concepto).
La unidad probada, que además es mi vehículo personal desde hace casi cinco años, corresponde al modelo de 2019. O lo que es lo mismo, una MSX de segunda generación. En 2021 Honda presentó la tercera generación de esta pequeña, cuyas mejoras principales frente a la generación anterior residen en un nuevo cuadro de instrumentos y una quinta marcha.
Empezando por la estética creo que es una moto sumamente proporcionada, con un diseño único que no encontraremos en otras motos, ni dentro ni fuera de Honda. Es pequeña, compacta, con unas ruedas de 12 pulgadas y unos neumáticos anchos que le otorgan una imagen algo caricaturesca. Ofrece una visión muy ancha para sus medidas. Si la Honda Dax se basa en un perro salchica, no me extrañaría que esta lo hiciese en alguna clase de insecto.
Sus líneas geométricas y la óptica central dividida en dos secciones horizontales de distinto tamaño le otorgan un diseño muy futurista, que a pesar de sus siete años en el mercado se sigue viendo sumamente moderna y actual.
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En la parte trasera el neumático adquiere un enorme protagonismo, acompañado de un colín chato que corta temprano, restándole dinamismo y otorgándole una visión algo más bruta.
Un primer vistazo nos podría llevar a tomar dos conclusiones erróneas: que si eres alto mejor olvídate de ella y que dos personas ahí no entrarían. ¡Pues no! Aquí los de Honda parecen haber hecho alguna clase de pacto con el diablo para poner en jaque a la propia física. Más allá de las apariencias, lo cierto es que incluso personas de metro noventa pueden conducir la moto con una posición cómoda. Y lo más asombroso, pueden viajar en el asiento trasero y encontrarse relativamente cómodos. Eso sí, más te vale ser de esas personas que les dan poca importancia a las apariencias, porque la estampa es cuanto menos graciosa. Si el ocupante supera el metro ochenta, lo más probable es que parezca ir 'flotando'.
La posición de conducción es cómoda, permitiendo llevar la espalda erguida y los brazos estirados. Aunque la mejor parte se la lleva la irrisoria altura del asiento. Con una altura del asiento de 765mm pocas serán las personas que no lleguen con las dos plantas del pie por completo a tocar el suelo, lo que otorga mucha seguridad a la hora de realizar maniobras a baja velocidad si eres nuevo en esto de las dos ruedas. El mullido del asiento es algo escueto, por lo que si pasamos bastante tiempo aquí sentados acabaremos algo resentidos.
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Para mover al conjunto, de apenas 101 kilos, la Honda MSX recurre a un motor de 125 centímetros cúbicos refrigerado por aire con el cilindro en posición horizontal. Se trata de un bloque motor cuyo diseño es muy antiguo, más de medio siglo. A estas alturas estamos ante un motor súper probado y a prueba de bombas. Es una mecánica muy sencilla que ha evolucionado poco a lo largo de los años, manteniendo intacta su enorme fiabilidad. Alguna de sus innovaciones reside en reemplazar el carburador por una inyección electrónica o un sistema de filtrado de emisiones que le permita seguir funcionando con las nuevas normativas anticontaminación.
Es capaz de generar unos humildes 9,7 caballos y 10,9 Nm de par. Son cifras escuetas, pero suficientes para el uso urbano. El problema reside cuando salimos a carretera abierta, pues si bien no es su entorno ni de lejos, podemos hacerlo. Y cuando lo hacemos nos damos cuenta de lo justitas que son sus prestaciones. No es que quisiera meterle un motor de 25 caballos a un conjunto tan pequeñito, pero creo que tres caballos más le sentarían de maravilla. Pueden no sonar a mucho, pero con tan solo diez caballos estamos hablando de un aumento del treinta por ciento de potencia.
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Está asociado a una caja de cambios de cuatro relaciones con embrague multidisco bañado en aceite y sin anti rebote. Es un conjunto muy sencillo que, más allá de su enorme fiabilidad, apenas requiere de mantenimiento y los necesarios son muy baratos.
Dicho esto, es potencia más que suficiente para su filosofía de conducción y para permitirnos adentrarnos en cualquier camino, dentro y fuera del asfalto.
Para la frenada recurre a un disco de freno de 220 mm delante, con pinza Nissin de dos pistones y ABS, y un disco de 190 mm, con pinza Nissin de un solo pistón y sin ABS. Este último dato habrá a quien le resulte un punto negativo, aunque teniendo en cuenta su concepto creo que la ausencia de ABS en su rueda trasera juega a su favor, pues nos permite bloquear la rueda con suma facilidad y divertirnos un poco más si cabe conduciéndola. No me extrañaría que carezca del sistema antibloqueo a propósito.
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Aquí un servidor ha optado por la MSX como su vehículo personal de diario desde hace poco más de veinte mil kilómetros, lo que me permite hablar con bastante fidelidad de si realmente la moto puede ser un transporte de uso diario o si debería relegarse a vehículo de diversión para los fines de semana.
Lo cierto es que depende mucho de la persona. Si no eres un fanático del mundo del motor vete a por un scooter, no lo pienses dos veces. Ahora bien, si para ti el trayecto es tan importante como el destino, la Honda MSX puede que se ajuste a ti como un guante. Es divertida de conducir incluso en trayectos diarios como de casa al trabajo y del trabajo a casa. Esa mecánica algo 'desfasada' la hace sentirse viva, con uno de los mejores sonidos que he escuchado nunca en una 125 de cuatro tiempos. Además, siempre y cuando no cojas carretera, los consumos son irrisorios, con una media de dos litros a los cien kilómetros reales. El depósito es algo pequeño, con una capacidad de 5,5 litros, pero con esos consumos tendrás autonomía suficiente para no tener que preocuparte de volver a la gasolinera en toda la semana. Yo, que la uso prácticamente todos los días, le echo de media cinco euros semanales de combustible. Y eso ahora que no paran de subir los precios. Cuando la compre me bastaba con cuatro euros.
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Al ser tan desconocida aquí en España, (a excepción de Canarias, Ceuta y Melilla, donde tiene cierta popularidad), algunas aseguradoras ni siquiera la tienen en su lista. Pero cuando des con una que pueda asegurarla verás que los precios son muy bajos, al igual que su mantenimiento o impuesto de circulación.
Los mayores problemas de tenerla como vehículo diario residen en la capacidad de almacenamiento prácticamente nula, que te obligan a llevar una mochila siempre o tener que cargar el casco en todo momento. Y claro, no queda muy emperifollarte para luego echarte la mochila a la espalda y el casco a la muñeca. Es un engorro, la verdad. Aunque es el precio a pagar por tener un vehículo que, al menos para mí, es muchísimo más divertido que una scooter y al que acabas cogiendo hasta cariño.
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Una unidad como la probada nueva, en su día, tenía un costo de 3.400 euros. La MSX (Grom ahora también en el mercado europeo), se va por encima de los cuatro mil euros, 4.075 concretamente.
Como me ocurre con casi todos los vehículos que pruebo, me parece que el precio que piden por ella es bastante elevado. Pero si eso no te es problema o te ha enamorado tanto como lo hizo conmigo en su día, adelante. No te vas a arrepentir.
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