Antonio Contreras
Málaga
Jueves, 12 de octubre 2023, 00:28
En la fachada de su negocio, en Vélez, ni siquiera aparece el nombre del local. Quienes no conocen mucho sobre motor obviarían por completo que ... dentro de esa nave de color negro mate se fabrican algunas de las customizaciones más locas, originales y atrevidas a lo ancho de todo el globo. Auténticas joyas sobre ruedas, reliquias únicas e irrepetibles. Lord Drake Kustoms no ha colgado su logo en el exterior del establecimiento, porque no lo necesita. Al igual que cualquiera que no sea aficionado ignoraría la maestría que esconde el establecimiento, quienes se interesen por este mundo darán con su nombre en apenas unos minutos. El negocio de customización del veleño Francisco Alí Manen ha adquirido tal prestigio que sus clientes rebasan las fronteras españolas y se extiende a otros continentes, recibiendo encargos desde países tan lejanos como México o Arabia Saudita.
Publicidad
Alí Manen pertenece a aquella minoría de personas que persiguen sus sueños hasta que los vive despierto. Su pasión por el mundo del motor le viene desde que no era más que un chiquillo. Aunque, lejos de lo que uno podría pensar, el culpable de esta pasión es su fanatismo al rock y el heavy metal y no al propio mundo del motor. El artista veleño vive y se desvive por sus artistas favoritos, viajando por los continentes para verlos en directo. «Fanático no, lo siguiente», reafirma. En un principio, el pequeño por aquel entonces Alí Manen veía todos los videoclips de sus artistas favoritos. En estas composiciones audiovisuales se mostraban multitud de choppers pintadas con llamas que dejaron atónito al futuro customizador. «De ahí, aparte de la música, empiezo a sentirme atraído por esas motos. Esas Harleys me dejaron alucinado», recuerda Manen.
«Recuerdo que cuando éramos pequeños todos en el instituto llevábamos la Vespino AL. Blanca las chicas y negra los chicos. Yo cogí la mía y la pinté completamente con portadas de discos de Metallica, Iron Maiden…». Sin siquiera haberse dado cuenta, esta Vespino decorada con el cementerio de Master of Puppets, de Metallica, fue la primera moto que customizaría: «Aunque no me volvería a dedicar a ello hasta treinta años después».
Es un sueño que, según confiesa, descubrió un poco tarde. Y aunque no sea guitarrista de un famoso grupo de rock (su trabajo soñado en la infancia), puede decir orgulloso que se dedica a lo que realmente le gusta. «Yo no vengo a trabajar, vengo a hacer realidad mi sueño todos los días».
Publicidad
Esta pasión, cuyo germen fueron aquellos videoclips, empieza a echar brotes gracias a los programas televisivos como American Chopper. «Eso para mí fue una hostia en la cara. Me dejó totalmente impactado». Manen se trasladó a Estados Unidos, donde aprendió el oficio con soltura. «He hecho cursos, pero realmente soy una persona completamente autodidacta. Poco a poco he ido aprendiendo y, por supuesto, sigo aprendiendo». Manen lleva desde 2008 dedicándose al mundo de la customización.
Desde entonces no ha dejado de hacer creaciones, como la BMW R80 de 1979 que tiene delante durante la entrevista, rebautizada como 'Survivor'. Esta moto será la que presente en el próximo campeonato mundial de Alemania. Para ello Manen y su equipo la tuvieron que reconstruir prácticamente desde cero.
Publicidad
Y es que, a diferencia de lo que muchos creen, la customización va más allá de lo visual, aunque depende por completo del artista que se esconda detrás de cada obra y de las necesidades del cliente. «Yo soy un customizador más visual que mecánico. Realmente cuando alguien realiza una modificación de este tipo lo que busca es llamar la atención visualmente. Es cierto que en ocasiones nos vemos obligados a trabajar la mecánica por las propias necesidades del proyecto. También encontramos clientes que nos piden modificaciones del motor además del apartado visual», reconoce Manen.
Cuando se trata de customizar, la Harley Davidson es su marca predilecta. «Aunque no es cosa mía, es que es la moto por excelencia en el mundo de la customización, la que creó este género», añade. De hecho, según comenta, Harley fue la única marca que se customizó durante muchos años, aunque a partir de los sesenta o setenta empiezan a toquetearse también las marcas inglesas. «De ahí viene la moda del Café Racer».
Publicidad
Desde esos años setenta que empezaron a modificarse otras marcas ajenas a la americana hasta hoy el panorama ha cambiado mucho: «Hoy día se customiza todo».
Manen, por ejemplo, no tiene límites. Desde una Custom a una superdeportiva o una Trail, no le importa. Es más, sabe que gran parte de su éxito se debe a borrar sus fronteras: «El 95% de los customizadores, no de España sino del mundo, se pasan la vida haciendo choppers. Pero esto son modas y gustos. Si se pone de moda la Café Racer y tú, que solo trabajas chopper, no empiezas con las Café Racer, estás muerto».
A estas alturas Manen ha customizado innumerable cantidad de motos, con clientes tan extravagantes como expilotos de Fórmula 1, Ágatha Ruiz de la Prada o Antonio Banderas, realeza de Emiratos Árabes y muchos más.
Publicidad
Echando la vista atrás reconoce, con cierta melancolía, que le gustaría poder recuperar muchas de las motos que ha customizado a lo largo de su vida. «Como si de un museo se tratase», afirma con la mirada perdida. Pero si ha de quedarse con una lo tiene claro: 'Barón Rojo', la Harley Davidson que le lanzó al estrellato. Para él esa moto fue un billete de lotería ganador. «Es la moto que me dio un nombre, la que me permitió dar el salto y hacer lo que hago hoy día». Es la campeona de Daytona, un evento considerado como los Óscar de la customización.
Para Alí Manen la inspiración está presente en todo lo que le rodea, desde una conversación a un color en concreto, aunque reconoce que la mayor parte le viene cuando duerme. «En alguna ocasión he pensado en ponerme una libreta al lado de la cama, pero entonces no dormiría», dice risueño.
Noticia Patrocinada
Actualmente están filmando un documental en Estados Unidos de su historia, también se está escribiendo un libro de su biografía y Lord Drake Kustom está valorando abrir un nuevo taller en Emiratos Árabes. Sin embargo, a pesar de todos sus trofeos, su mayor logro es poder dedicarse día a día a lo que le gusta, levantarse por las mañanas y vivir de su pasión. «Vivo, trabajo y respiro algo que me apasiona. Y para mí la pasión es el 70 por ciento del éxito».
Son las nueve de la mañana. Manen aún tiene un duro día de trabajo por delante y su móvil no para de sonar. Está ajetreado, agobiado, incluso con la mente perdida. Cuelga el teléfono y, sin decir nada, se dirige hacia uno de esos sublimes motores que ocupan su taller y lo enciende. Da gas. Acelera. Sube las revoluciones y la sala se inunda de un ruido que hace temblar el propio suelo que pisamos. Cuando apaga el motor el rostro de Manen es otro: ahora su cara está dominada por una sonrisa y la mirada que tiene es otra. En su brazo, al compás de su rostro, puede leerse tatuado 'Todas las grandes cosas tienen pequeños comienzos'.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.