EBRO S800: el segundo hito de la resurgida marca española

Probablemente muchos de vosotros tengáis recuerdos de Ebro, aquella marca de automóviles que nace en 1954 para competir en el sector agrícola, de vehículos industriales y algún que otro todocamino. La marca española se convirtió en uno de los principales fabricantes en el territorio nacional como vendedor de tractores o camiones e incluso llegó a exportar parte de sus productos fuera del país. Lo que no hizo, a excepción de algún todoterreno, es entrar en el terreno del vehículo particular, hasta que en 1987 desapareció por completo.

Si bien su producción cesó por completo en 1987, el espíritu de la marca quedó latente en la sociedad española hasta la actualidad, con algún intento fallido de resucitar la marca. Hasta ahora. En SUR nos hemos desplazado hasta Madrid para probar el segundo modelo de la recién resucitada Ebro, una marca que, con el fin de salir a flote en este nuevo intento, se ha reinventado como una firma centrada en la creación de coches de uso particular.

El segundo lanzamiento de Ebro es el S800, un SUV del segmento D con tres filas de asientos y siete plazas. Para su resurgimiento la firma china se ha unido al gigante chino Chery, beneficiándose del músculo tecnológico y de componentes de la compañía. El resultado es un coche que, lejos de mirar desde abajo al resto de los rivales del mercado, se postula como de los nuevos enemigos a batir en relación calidad precio.

Estamos ante un coche de diseño completamente europeo, bien conseguido por fuera y mucho más por dentro, con una calidad de construcción y uso de materiales por encima a la media en su gama de precios, con materiales blandos en todas las partes de la zona superior del salpicadero. Lo mismo ocurre en el apartado tecnológico, donde el Ebro S800 cuenta con lo último en ADAS, infoentretenimiento y concesiones a la comodidad en general: techo panorámico, asientos eléctricos, funciones de masaje, volante y asientos calefactados, climatizador bizona, Head-Up display y un larguísimo etcétera.

Al volante del S800 nos encontramos una puesta a punto suave, que no pretende sacar emociones ni buscar deportividad en ninguno de sus modos de conducción. Estamos ante un coche con un chasis noble y un tarado blando, que lleve a sus ocupantes del punto A al punto B con la mayor suavidad y comodidad posible. El Ebro es un animal de carretera pensado para realizar trayectos largos principalmente, pero que también se mueve bien en la ciudad a pesar de sus dimensiones. El coche se va a los 4,72 metros de largo, 1,86 de ancho, 1,70 de alto y una batalla de 2,71 metros.

Para mover al conjunto EBRO opta por el 1.6 TGDi de 147 caballos a 5.000 revoluciones por minutos y 275 Newton Metro de par a tan solo 1.750 vueltas del grupo. El motor de cuatro cilindros en línea con bloque y culata de aluminio se muestra fino y suave. Muy bien conseguido. El problema es que para tirar del conjunto se queda algo justo. No es insuficiente en el uso diario, pero si queda algo escaso a la hora de realizar adelantamientos o recuperaciones. Según ciclo WLTP consigue un consumo mixto combinado de 7,8 litros cada cien kilómetros. Cifra que durante nuestra breve prueba de conducción no tuvimos tiempo de corroborar.

Por el momento es la única opción mecánica posible, aunque en un futuro llegará una versión híbrida enchufable de más de 300 caballos que debería de solventar los pequeños problemas que tiene tirar de un conjunto tan grande con 147 caballos.

Si bien la calidad de fabricación del Ebro S800 es excelente, la principal baza del nuevo modelo de la firma española es su capacidad de ofrecer más, por menos. Contamos con un total de siete plazas, un maletero de 889 litros (en configuración de cinco plazas), todo el equipamiento sin necesidad de pasar por la caja de los opcionales, buena calidad de rodadura y siete años de garantía por 36.990 euros en la versión Premium o 38.990 euros en acabado Luxury. Y en esa gama de precios entre los SUV 's de siete plazas, el S800 está prácticamente solo.

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