Cupra Ateca. A. C.
SUR al Volante

Cupra Ateca: un buen familiar con pinceladas deportivas

Probamos la versión 2.0 TSI de 190 caballos

Miércoles, 13 de marzo 2024

En 2018 SEAT (o mejor dicho Volkswagen) decide convertir a Cupra en una marca independiente. Una estrategia similar que ya vimos hace unos años con Fiat y Abarth. Para dar comienzo a su independencia, lejos de lo que todo el mundo esperaba, no eligió el ... León para comenzar sus andanzas, sino que optó por el Ateca, un SUV familiar al que incorporó tracción a las cuatro ruedas y el famoso 2.0 TSi de 300 caballos. El resultado fue excepcional, creando un SUV radical y con una capacidad de tracción sobrecogedora. Tras el lanzamiento del Ateca, se fueron incorporando distintos modelos a la incipiente marca, como el León, el Formentor o el Born (estos últimos únicos de Cupra, sin su homólogo en SEAT).

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Cupra se dio cuenta rápidamente de la necesidad de incorporar nuevas motorizaciones a sus modelos para dinamizar su oferta y atacar a nuevos clientes potenciales. Así, vemos como tanto el Formentor como el León, además de contar con sus versiones pata negra, cuentan con motores como el 1.5 TSi de 150 caballos o motorizaciones híbridas intermedias. Pero ni rastro de nuevas motorizaciones en el Ateca, que seguía contando únicamente con la versión prestacional dentro del catálogo. Hasta hace unos meses, en los que Cupra parece haber despertado de su letargo para incluir una versión algo más racional, que es la que hoy nos acompaña: la 2.0 TSi de 190 caballos. Esta no es una motorización nueva ni muchísimo menos. De hecho, ya estaba presente en el Ateca, solo que con el logo de SEAT y no con el de Cupra. A raíz de la incorporación de este motor bajo la nueva marca, desaparece del catálogo de SEAT. Pero ¿se trata únicamente de un cambio de logo, o estamos ante un coche con un carácter diferente al que ofrecía el SEAT Ateca de 190 caballos?

Estética Cupra casi hasta el último detalle

Cupra Ateca. A. C.

La genética de su hermano mayor está presente prácticamente en todos los detalles del vehículo. Comparten paleta de colores, diseños de llanta, diseño de paragolpes, etcétera. Incluso comparten el mismo diseño de paragolpes trasero. Lo único, que en esta versión no se alojan las cuatro salidas de escape que si vemos en el trescientos. Aquí los salientes que abrazan estas colas quedan huérfanos. En vez de ello, Cupra ha optado por ocultar las salidas y dejarlas escondidas en los bajos del coche. No es la mejor solución, pero mucho mejor esto que inventar falsas salidas de escape.

Es un coche cuya primera versión vio la luz hace ya ocho años. Sin embargo, la utilización de nuevos paragolpes y firmas lumínicas, unido a un juego de proporciones francamente bien equilibrado hacen que el Ateca no acuse el paso de los años en absoluto. No solo se ve actual, sino que se ve bien. El coche se ve gordo, con mucha presencia desde cualquier ángulo. Entremezcla a la perfección los rasgos asfálticos con su presencia todocamino.

Estamos ante un SUV del segmento C puro, con 4.381 mm de largo, 1.841 mm de ancho, 1.611 mm de alto y una batalla de 2.630 mm.

La mecánica racional para un conjunto que ya era racional

Cupra Ateca. A. C.

El Ateca siempre ha sido un coche fácil de recomendar. Tal y como veremos más adelante presume de un buen maletero, calidad de rodadura, buena habitabilidad y buen equipamiento. Sin embargo, en la versión Cupra 300 se antojaba algo más difícil recomendarlo si no eres un auténtico quemado. Ojo, ninguno mejor que ese, pero si lo que buscas es versatilidad, existen opciones más equilibradas. Ahora recomendar al Cupra se hace más fácil. Esta mecánica es perfecta para mover al conjunto, de 1.580 kilos. Ofrece 190 caballos de 4.200 a 6.000 vueltas y un par máximo de 320 Nm desde 1.500 a 4.100 revoluciones por minuto. Con estas cifras, lo que conseguimos es un motor lleno en prácticamente todo su régimen, que siempre responde cuando hundimos el pie, independientemente del rango de revoluciones en el que nos encontremos.

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Es un motor archiconocido dentro del Grupo Volkwagen, con bloque de hierro, culata de aluminio, inyección directa, turbo comprimido… que para la ocasión viene acoplado al también archiconocido cambio automático DSG de doble embrague y siete relaciones. Con todo, acelera de cero a cien en 7,2 segundos y es capaz de alcanzar una punta de 212 kilómetros por hora.

Según ciclo WLTP el consumo mixto cada cien kilómetros es de 8,1 litros a los cien. Como es costumbre en la gran mayoría de modelos y marcas, la realidad es algo superior. En nuestra prueba, el Cupra Ateca 190 ha hecho unos consumos medios de 10 litros a los cien kilómetros. Estas son cifras orientativas y varían mucho dependiendo del piloto encargado de manejar el conjunto.

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Interior a la última

Cupra Ateca. A. C.

El interior del Cupra Ateca destaca por varias razones: su buena sensación de amplitud, su buen equipamiento y por sus semi backets delanteros, cuyo diseño acapara todas las miradas de aquellos que echen un vistazo a su interior. Más aún en este tapizado de cuero opcional tintados en azul. Un color curioso que le otorga personalidad y lo aleja de los típicos interiores en color negro o marrón.

Son unos asientos cómodos, recogen bien el cuerpo, cuentan con calefacción y con regulación eléctrica (esto último únicamente en el asiento del piloto). Tenemos un buen sistema de infoentretenimiento, intuitivo, con buenas gráficas y Android Auto y Apple Carplay de manera inalámbrica. El cuadro de instrumentos también es digital, con multitud de opciones para configurarlo y cambiar su diseño.

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El nivel de equipamiento en este coche es sobresaliente. Además de lo mencionado contamos con multitud de sistemas ADAS de ayuda a la conducción, control de crucero adaptativo, techo solar y panorámico, volante calefactable, luces de carretera automáticas, luces de bienvenida, sistema de audio Beats, carga del teléfono inalámbrica y un larguísimo etcétera.

Las plazas traseras son amplias y bien equipadas, con muchísimo espacio para la cabeza y las rodillas, reposabrazos central, salidas de aireación y dos tomas USB.

El maletero, con portón eléctrico y manos libres, ofrece 485 litros con los asientos plegados. Sus formas son diáfanas y muy aprovechables, con una pequeña abertura en la plaza trasera central para portar objetos largos sin necesidad de abatir la banqueta de asientos. Banqueta que, por cierto, es abatible desde el mismo maletero. Bajo la bandeja del maletero encontramos una rueda de repuesto, nada de kit antipinchazos.

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Dinámica por encima de la media, pero no deportiva

Cupra Ateca. A. C.

El comportamiento del Cupra Ateca 190 es sobresaliente en cualquier escenario. Suave y ágil en el uso urbano, pero aplomado y firme en carretera abierta y de curvas reviradas. El motor es pleno en todo su régimen, lo que facilita su funcionamiento y hace que nos olvidemos de tener que cambiar de marcha (en modo manual) para poder exprimir su potencial. La dirección es algo más directa que la mayoría de sus rivales, pero sin llegar a ser un cuchillo. Es más directa que la de muchos de sus rivales, pero menos que la de su hermano mayor. La suspensión es confortable, tirando a blanda, sin embargo, recoge bien la carrocería en los cambios de apoyo en conducción dinámica. Su tracción a las cuatro ruedas otorga un plus de seguridad a la hora de entrar fuerte en las curvas y de pisar el acelerador con contundencia, pues el vehículo encuentra tracción en todo momento y no realiza ningún extraño.

El Cupra Ateca 190 parte desde los 44.360 euros, aunque una unidad como la probada con sus extras de equipamiento se acerca peligrosamente a los 51.000 euros.

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