Antonio Contreras
Martes, 12 de diciembre 2023, 00:32
Desde luego no hacía falta, eso está claro. Y tampoco parece que a Elon Musk y a Tesla en general les haya salido el negocio ... como habían previsto en un principio, pero aún así han seguido adelante para dar a luz al vehículo más incoherente y falto de sentido que ha iniciado su producción en los últimos años. Y es que, si bien han quedado lejos esos 39.900 dólares de tarifa inicial que iba a tener, según anunciaba la marca allá por 2019, el negocio les ha salido redondo. Eso sí, redondo para el futuro, pues actualmente el propio Musk ha reconocido que para que el Cybertruck se vuelva un vehículo rentable pasará, al menos, año y medio. Aunque las listas de espera para hacerse con una unidad de esta codiciada pick up se van a los cinco años, con una lista de reservas que roza los dos millones, por lo que parece que ese bache inicial lo tienen más que cubierto. Pero ¿cómo es esto posible?
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Parece que Tesla ha dado en la tecla: cuanto más alocado, mejor. Porque así es la Cybertruck en absolutamente todos sus sentidos.
Empecemos por su diseño, donde la frase que más se repite cuando enseñas la camioneta a los menos aficionados es que «parece dibujada por un niño pequeño». He aquí la primera genialidad. Bajo un boceto de diseño que a primera vista parecería dibujado por los más pequeños de la casa, la marca estadounidense ha conseguido integrar todo lo necesario para que este coche pueda circular libre y legalmente por las carreteras de multitud de países, entre los cuales no entran los europeos. Al menos por el momento.
De líneas exageradamente angulosas, que parecieran estar cortadas a cuchillo, la carrocería del Tesla Cybertruck está compuesta por paneles de acero inoxidable. En los distintos vídeos promocionales, podemos ver como los paneles de las puertas aguantan los disparos de distintas armas sin llegar a resquebrajarse o sin permitir la entrada de las balas en el interior del habitáculo. Durante el vídeo la camioneta es tiroteada por distintas armas, como una Tommy Gun del calibre 45, una MP5 o un revólver Glock de 9mm. Otro de los vídeos promocionales consiste en ganar en una drag race (carrera de aceleración) a un Porsche 911 mientras el Tesla Cybertruck carga con un Porsche 911. Lo típico que uno busca cuando se compra un coche, vamos.
Es extravagante, con un peso que supera las tres toneladas y una aceleración, según la marca, de 0 a 60 millas por hora (96 kilómetros por hora) en 2,6 segundos gracias a una potencia total de 857 caballos. El tema de las potencias es algo que con la llegada del vehículo eléctrico se nos ha ido completamente de las manos, dentro y fuera de Tesla. Que un vehículo destinado a circuito tenga potencias por encima de los seiscientos caballos o más tiene sentido, pero que un SUV familiar, que lo más probable es que jamás entre en circuito tenga las mismas cifras de aceleración que un superdeportivo no tiene ni pies ni cabezas. Pero es que incluso en los superdeportivos se nos ha ido de las manos. No son necesarias grandes dosis de aceleración para que un coche sea divertido (véase, por ejemplo, un GR86), menos aún en coches que no están destinados para correr, como el que nos ocupa.
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Cuenta, también, con unas dimensiones colosales, con 5.680 milímetros de largo, 2.200 milímetros de ancho y 1.790 milímetros de alto.
Lo mires por donde lo mires es un vehículo irracional, y ahí es sin duda donde reside su encanto para la mayoría de sus compradores. Se trata de un coche que no pretende vender funcionalidad, que también la tiene, todo sea dicho, si no imagen. Recuerda enormemente a los comienzos de cierta marca de móviles, donde la compra de uno de sus dispositivos no se hacía únicamente por la funcionalidad de este, sino por lo que representa tener uno de esos smartphones. Tesla, con la Cybertruck, vende eso: imagen.
En términos de funcionalidad tenemos un cajón trasero enorme, con una capacidad de 2.832 litros. En el interior nos encontramos con cinco plazas totalmente funcionales y muchísimo espacio y luminosidad gracias a su techo de cristal. Además, Tesla ofrece uno de los sistemas operativos de infoentretenimiento más avanzados y rápidos que podemos encontrar en el mercado, que en el caso del Cybertruck se acoge dentro de una pantalla central de 18,5 pulgadas y una trasera de 9,4 altavoces. Y es que, si bien el exterior es muy llamativo, el interior sigue el lenguaje de diseño propio de la marca, reducido al minimalismo más extremo, donde prácticamente todas las operaciones se realizan a través de la pantalla central. Por no haber no hay ni cuadro de instrumentos.
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Esta falta de sentido común, por fortuna, no parece que vaya a llegar a España ni Europa en general. Y es que aquí tenemos la suerte de anteponer la seguridad de los viandantes a tener una carrocería a prueba de balas. Imagínese atropellar a alguien con esta mole de más de tres toneladas cuya carrocería, de líneas afiladas, no se deformaría ni lo más mínimo para amortiguar el impacto. Las consecuencias serían horrorosas. Y esto dejando de lado sus dimensiones y la enorme cantidad de problemas que tendría para circular por algunas calles más céntricas. Pero oye, vendría con etiqueta 0, así que si quieres, puedes probar.
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