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Bernardo Quintero y su DeLorean DMC-12. SUR
Bernardo Quintero se compra el coche de 'Regreso al futuro'

Bernardo Quintero se compra el coche de 'Regreso al futuro'

El experto en ciberseguridad se hace con una unidad del mítico DeLorean, restaurada por el taller veleño Lord Drake Kustoms

Miércoles, 5 de marzo 2025, 00:25

«Ya tengo el que muchos consideran uno de los peores coches de la historia», publicaba hace unos días Bernardo Quintero en su cuenta personal de Twitter. El gurú de la Málaga tecnológica, fundador de Virustotal y director de ciberseguridad en Google, acompañó el texto de una foto de un DeLorean DMC-12. Y lo cierto es que, a pesar de su enorme fama gracias a la saga de 'Regreso al futuro', de sus puertas en alas de gaviota o de sus formas que sugieren estar ante un buen deportivo, a Quintero no le falta razón.

Pero entonces, ¿por qué hacerse con un DeLorean? Lo cierto es que uno no elige de qué se enamora y seguro que desde su salto a la gran pantalla hay muchos más enamorados de este 'deportivo' estadounidense. Además, según datos de la casa de subastas Bonhanms, para 2019 se estimaba que el número de unidades aún con vida del DMC-12 se reducía de las 9.000 que salieron originalmente de fábrica a apenas 6.000, número que seguirá reduciéndose, por lo que tampoco es una mala inversión dada su popularidad. Pero bueno, vamos a la miga, a la historia del DeLorean en general y del de Quintero en particular.

La historia de este particular automóvil tiene sus orígenes en John DeLorean, un exejecutivo de General Motor que decidió lanzarse a la piscina y crear su propio deportivo de manera independiente, fundando así la DeLorean Motor Company el 24 de octubre de 1974. Su objetivo era crear un deportivo rompedor y futurista, que chocase con todo lo visto hasta la época y, al César lo que es del César, lo consiguió. John DeLorean encargó el diseño de este peculiar deportivo al famosísimo carrocero Giorgetto Giugiaro y a Colin Chapman (fundador de Lotus Cars) para el chasis. Hasta aquí sus aciertos.

La prensa se cebó con esta creación rompedora y con razón. En primer lugar, el DMC-12 se fabricó en Dunmurry (Irlanda del Norte). El Gobierno ofreció numerosas subvenciones para que situase su fábrica en la zona con el fin de acabar con los suburbios y reactivar la economía de la región. Pero la mano de obra local no contaba con los conocimientos necesarios para fabricar el vehículo, lo que acabó repercutiendo en la calidad de fabricación final, con puertas que no cerraban correctamente, elementos de la carrocería mal alineados y problemas de fiabilidad en general. A todo esto se sumaba una puesta a punto que no funcionaba en sintonía con el chasis del vehículo, haciendo del conjunto inestable en las curvas y a altas velocidades.

Para hacer mover al conjunto, la firma estadounidense optó por el corazón V6 PRV, un motor que nace de la colaboración entre Peugeot, Renault y Volvo. El V6 atmosférico de 2,8 litros de cilindrada no era un mal motor en sí, pero se mostraba escaso para lo que debía de ser un deportivo. Era capaz de ofrecer 130 caballos a 5.500 vueltas y 207 Newton metro de par al mismo régimen de revoluciones por minuto. Estas cifras le permitían hacer el cero a cien rozando los diez segundo y alcanzar una punta de 207 kilómetros por hora. Además, la utilización de acero para crear la carrocería encarecía el precio final, subía el peso y dificultaba las reparaciones.

Con todo, el precio que la compañía pedía era demasiado alto para el producto que el cliente recibía, haciendo que muchos medios del momento calificasen al DeLorean DMC-12 como uno de los peores vehículos de la historia. Un vehículo con apariencia de lobo y comportamiento de cordero.

El de Quintero en particular

Interior DeLorean DMC-12. SUR

Hace ya más de dos años que Bernardo Quintero realizó una encuesta en su perfil de Twitter sobre qué coche comprarse. Los candidatos eran tres: un Mercedes-Benz EQS, un Tesla Model S y un DeLorean. Entre cero y nada que ver con los dos anteriores, pero su comunidad habló a favor del mítico coche de Doc y a Quintero no pareció desagradarle la idea. Es aquí donde entra en juego el también veleño Francisco Alí Manen y su taller de customización Lord Drake Kustoms.

Hace unos años Ali Manen publicó en sus redes un recordatorio de otro DeLorean con el que había trabajado años atrás y, para sorpresa del customizador, Bernardo le escribió: «Buenas, paisano: ¡felicidades por tus éxitos! Ya sé que lo tuyo son más las motos, pero si alguna vez te encuentras con un DeLorean que pueda venir para España, avísame; es de los pocos coches que me llama la atención». A partir de aquí comienza una historia que vuelve a enlazar los caminos de ambos veleños, un viaje en el tiempo a través del DeLorean, pues Quintero y Manen habían sido compañeros de instituto en el pasado y, de alguna manera, ambos han tomado caminos similares en su sector. Manen se trasladó a Estados Unidos para desarrollar su carrera como customizador de motos y Quintero acabó encontrando su hueco en el gigante estadounidense Google. Poco después de recibir el mensaje, el customizador dió con una unidad de un DMC-12 propiedad de un conocido suyo para comenzar con la restauración. Un proceso largo y tedioso que, finalmente, termina con el sueño de Quintero en su garaje.

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