Coches de la marca Volkswagen estacionados en una campa.

¿Qué pasa con los coches 'trucados' de Volkswagen?

La marca y la DGT están llamando a revisión a los motores diésel afectados

Ignacio Lillo

Domingo, 5 de marzo 2017, 00:38

Miles de propietarios de automóviles de la marca Volkswagen y su grupo (Audi, Seat y Skoda, entre otras) con motores diésel afectados por el escándalo del trucaje de las centralitas están siendo llamados a revisión en la provincia. El grupo alemán y la Dirección General de Tráfico (DGT) invitan a los conductores a llevar los coches al taller, donde, básicamente, reprogramarán la centralita para que marque los niveles reales de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx), en caso de prueba. El problema surgió porque los motores afectados emiten más contaminación de este gas del que el fabricante declaraba oficialmente para los test de homologación.

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Aunque sólo en Málaga pueden ser miles los afectados (esta es una de las marcas más vendidas históricamente en la provincia, y los motores de gasóleo, los favoritos) lo cierto es que la asociación de consumidores Facua tiene en su haber un total de 1.730 reclamaciones por este tema en la provincia, de los que 304 están personados en la Audiencia Nacional como acusación particular a través del colectivo.

Un portavoz de Volkswagen explica a SUR que las cartas se están enviando con la colaboración de la DGT porque es la garantía de llegar a todos los clientes (después de posibles transferencias) y esta es la única institución que sabe a ciencia cierta quien es el titular. En cuanto al tratamiento, pone de relieve que sólo se hace una actualización del software para desactivar el anterior, que era el que camuflaba los resultados en los test. La campaña de reposición va adelante con la solución aprobada por la Autoridad Federal del Transporte Motorizado de Alemania (KBA): «A su conveniencia, de forma gratuita y con la disponibilidad de un coche de sustitución si es necesario, se hace la actualización de software», comentan estas fuentes. En dos de los modelos solo es necesario este tratamiento informático, mientras que en los motores 1.6 también hay que colocar un estabilizador del aire.

Estos cambios no conllevan ni menos potencia ni más consumo de combustible, según el portavoz de Volkswagen, que recalca que todo el proceso tarda de 30 minutos a una hora en el taller. La compañía no aporta datos sobre cuántos malagueños se han sometido ya a estas revisiones.

En cambio, asociaciones de consumidores como Facua y expertos independientes consultados por SUR lo desaconsejan mientras no se garantice por escrito que el motor no perderá potencia ni aumentará el gasto de gasóleo, lo que todavía no ha ocurrido. De momento, recomiendan esperar acontecimientos.

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En este punto, lo primero que hay que saber es que la revisión no es obligatoria sino optativa. Otra duda habitual es qué pasa con la ITV. En este punto, hay que decir que los actuales sistemas de control de gases no contemplan los óxidos de nitrógeno, por lo que no influye. Más bien estaría recomendado para cuando estas pruebas cambien en el futuro.

Juan Antonio Auñón, profesor del Área de Máquinas y Motores Térmicos de la Escuela de Ingenierías Industriales de la UMA, lo tiene claro: «Si me llegara a mí, solicitaría antes de que actuaran sobre mi vehículo un informe técnico de lo que se le va a hacer. Conforme a la homologación, dígame qué va a pasar para decidir. Es mejor esperar a ver».

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Según este experto, cambiar el software afecta al coche, y con el nuevo hay que conocer la potencia, el consumo y la vida útil del motor. El profesor critica que la marca no está contando qué le hacen al coche, «sólo hablan de la reprogramación de la centralita, pero hay que ver cómo queda el motor. Nunca se ha aclarado qué consecuencias técnicas tiene esa reprogramación y tampoco te la dicen». El profesor reconoce que el conductor no llegaría a notar una posible pérdida de prestaciones, aunque recalca: «El propietario compró un coche con esa potencia, el de menos caballos era más barato».

La presidenta de Facua en Málaga, Lola García, coincide: «No recomendamos pasar el arreglo del coche que modifica el software porque no nos han sabido explicar qué le hacen y qué consecuencias tiene. Dicen que ninguna, pero antes emitía más óxido de nitrógeno». A lo que añade: «Nuestro consejo es que hasta que no se garantice que el coche no pierde prestaciones no se haga, y es algo que no nos han querido decir nunca».

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