Sandra García-Sanjuán: «Cada vez que hago realidad un sueño, me viene otro mucho más grande»

–¿Cómo es un día de verano en la vida de Sandra García-Sanjuán?

–Es muy intenso, la verdad es que le faltan horas al día. Disfruto muchísimo, pero son tantas las cosas que van surgiendo… Lo peor que llevo es recibir tantos Whatsapp, tengo más de 500 sin leer y no me da tiempo a gestionarlos. Luego lo que me encanta es disfrutar con amigos, recibirlos en el palco de Starlite Occident, cada día viene gente maravillosa. Y siempre tengo gente en casa, nos encantan los desayunos y la tertulia de la noche en la cocina cuando llegamos del festival. Un montón de artistas que pasan por Starlite Occident se han quedado aquí en casa.

–¿Hay alguna anécdota que se pueda contar?

–Siempre comentamos la noche, porque pasan cosas que el otro no ve. La verdad es que cada día es diferente, son 10 horas de espectáculo, pero distinto. La gente viene a vivir la experiencia porque no tiene nada que ver un día con otro.

–Vive a pocos minutos del festival.

–Es una casa que alquilamos durante el verano, que tiene mucho de la tradición y el encanto de Marbella, está a tres minutos de la cantera. El equipo pasa a ser una gran familia, al igual que nuestros clientes asiduos y los artistas, entonces la casa se convierte en un punto de reunión donde continua el ADN Starlite Occident.

–¿Qué les recomienda a sus amigos cuando quieren visitar Marbella?

–Esto es un paraíso, yo veraneo en Marbella desde chiquitita. Es parte de la historia de mi vida, le tengo un cariño enorme a Marbella, es como mi segunda casa y al final paso mucho tiempo aquí. A mí me encanta que descubran este paraíso, un destino se forma por distintos atractivos que ofrece un lugar. Hay chiringuitos de playa divertidos, luego te vienes a ver un concierto a Starlite Occident, restaurantes, tiendas... Sobre todo lo que tiene es alma, eso te lo da la experiencia y la gente. Cuando vienes a Marbella te tienes que sentir importante, 'celebrity', sentir glamur por todos los poros, magia pura, música. Quiero lo mejor para Marbella, y de lo que más orgullosa me siento es de haber contribuido a impulsar la zona. Según un estudio que encargamos el año pasado, Starlite Occident genera un impacto anual de 315 millones de euros. Eso suena muy frío, pero son muchos puestos de trabajo, restaurantes abiertos, tiendas abiertas, taxis que tienen clientes... Es mi mayor orgullo, haber traído a Lenny Kravitz, Elton John o Andrea Bocelli es algo que ya han conseguido otros en el mundo.

–¿Qué le une a Marbella?

–Llegué a Marbella de pequeña porque mi padre era empresario, y la única forma que tuvo mi madre de hacerle desconectar era poner mar de por medio. Somos de Canarias, y pasábamos las vacaciones a 40 minutos de nuestra casa en el sur de Tenerife, en el primer hotel que se creó en playa Las Américas. Al final mi padre siempre volvía a la oficina y no desconectaba. Teníamos muchos amigos que veraneaban en Marbella y empezamos a venir a la urbanización Aloha.

–Ha visto la evolución de Marbella a lo largo de los años...

–He seguido viniendo durante toda mi vida, he visto cómo ha ido creciendo. He vivido la época de Gunilla, Los del Río, Cari Lapique, la duquesa de Alba o Isabel Preysler... por aquel entonces yo tenía 15 años.

–¿Y cómo surgió el proyecto de Starlite Occident?

–La verdad es que nunca planteamos un proyecto empresarial. Empezamos Antonio Banderas y yo haciendo las galas benéficas, y nos dimos cuenta de que para mantenerlas necesitábamos un proyecto que le diera sostenibilidad. Lo que no esperábamos es que se hiciera tan grande, luego acabamos haciendo un festival porque había muchos artistas que querían venir. En 12 años, lo que empezó siendo corto ha acabado teniendo tres meses de duración. La semilla y el arranque de Starlite Occident fue hecho desde el corazón y desde el alma, con miras a la fundación. No surgió como un proyecto para ganar dinero.

–Este año han aumentado la oferta de restauración de Starlite Occident. ¿Cuál es su plato preferido?

–Tengo debilidad por el Sandra's Caviar Bar, lleva mi nombre. Servimos un caviar maravilloso, del Tíbet, con etiqueta personalizada. Es el que se sirve en todos los restaurantes de tres estrellas Michelin. Yo soy muy de Japón, pero el mexicano también está buenísimo, y también se come muy sano en Temazo. Este año hemos hecho una apuesta mayor porque nos damos cuenta de que tenemos una clientela muy fiel, que viene muy a menudo y al final tienes que darles cosas nuevas.

–En sus ratos libres, ¿qué le gusta hacer?

–Para desconectar del mundo, lo que quiero es ver una película con mi marido. Pero me encanta viajar y descubrir, me encanta sorprenderme, por eso siempre busco sorprender a los demás. En mi vida busco constantemente el 'guau', la magia, la chispa de la vida. La vida es fascinante, hay que aprovecharla.

–¿Qué le queda por conseguir?

–De todo. Cada vez que hago realidad un sueño, me viene otro mucho más grande. Siempre estoy inventando. Creo que el gran milagro de la vida es poder hacer tus sueños realidad, pero a veces el miedo paraliza, es la mayor enfermedad de la humanidad. Yo nunca quiero llegar a la meta, siempre pienso en la siguiente. Cuando me preguntan «¿A dónde quieres llegar?», les respondo que al infinito, al cielo, no hay límites, ahora solo se ve la punta del iceberg de lo que va a ser Starlite Occident, la gente no tiene ni idea de a dónde va a llegar esto.