La Justicia da la razón al restaurante de dos estrellas Skina en su litigio con la Hermandad del Rocío de Marbella

Un final que ha dejado a Marcos Granda, propietario del establecimiento que cuenta con dos estrellas Michelin, un sabor agridulce ya que no borra el tortuoso recorrido que ha tenido que hacer hasta llegar a este momento. «Yo solo quiero un perdón público», ha expresado a este periódico después de conocer la sentencia. Eso era lo único que busca después de haber invertido tiempo, miles de euros (casi 26.000) en informes y años de espera. «Lo que yo siempre he pretendido es un perdón público por el daño a mi mujer, a mi hija, a mis trabajadores, a mis comensales y a mí», subraya.

«Esto es lo que yo siempre les he transmitido en privado pero nunca han accedido y me he tenido que gastar un dinero en costas», lamenta. Fue en 2016 cuando Granda decidió presentar una demanda por contaminación acústica ante el juzgado de guardia tras no conseguir llegar a un acuerdo con la hermandad.

Tras admitirse a trámite, se celebró una audiencia previa en noviembre de 2018, en la que no hubo acuerdo, por lo que se celebró el juicio en junio del año siguiente. Fue entonces cuando quedó demostrado, según señala la sentencia que la Hermandad del Rocío generaba ruido que superaba el límite legal tanto en el exterior como en el interior de la casa hermandad. Unos ruidos que provocaban molestias a los vecinos.

El juez constató también que la Hermandad del Rocío carecía de licencia de bar y de autorización para ocupar la vía pública, así como para poner música. De ahí que el juez determinara que «la parte demandada debe adoptar las medidas y obras necesarias de insonorización en sus nuevas instalaciones a fin de realizar en dicho espacio las actuaciones y actividades propias con el fin de evitar producir ruidos que excedan los límites legales».

Además, prohibía a la hermandad «realizar dichas actividades en la zona interior de sus instalaciones contigua a la fachada de la Casa de Hermandad a fin de evitar que el ruido afecte a la parte demandante» y establecía que «en caso de no proceder a reducir las emisiones de ruido y continuar las molestias por la parte demandada, se acuerda el cese de las actividades molestas en dichas instalaciones».

Ante esta situación, y mientras recurrían a una instancia superior que ahora ha desestimado la pretensión, los hermanos rocieros solicitaron la colaboración del Ayuntamiento, con Ángeles Muñoz como alcaldesa, que les facilitó un local en municipal en la Plaza de Toros. Un gesto que Granda entiende como un respaldo implícito a la hermandad en este litigio.

«Desde que se marcharon en 2019 solo han vuelto al local como centro de reuniones», reconoce el propietario de Skina que se muestra francamente decepcionado con el comportamiento de los políticos «que se han puesto de perfil, y eso es lo que me duele». «Ni los partidos que gobernaron en el tripartito, con José Bernal como alcalde, ni los que gobiernan ahora, con Ángeles Muñoz, dieron la cara», reprocha, razón por la que decidió no prestarse «nunca» a ninguna consideración pública con ellos. Ahora solo espera las disculpas públicas, «a mi familia y a mí», de hecho, no ha solicitado indemnización alguna durante el proceso.