Jaime Álvarez, psicólogo y director de los programas Horizonte Proyecto Hombre. Juan Carlos Domínguez

Jaime Álvarez, psicólogo y director de Horizonte Proyecto Hombre

«En el día a día, lo que menos me planteo es que el problema sea el consumo de drogas»

El próximo 3 de mayo la asociación celebrará su gala benéfica y su director

David Lerma

Marbella

Lunes, 15 de abril 2024, 00:08

Lleva mucho años ayudando a curarse de las adicciones a los marbelleros que lo necesitan. Jaime Álvarez es optimista y considera que las adicciones son solo un síntoma de un transfondo mayor en la persona. Horizonte Proyecto hombre, que el próximo 3 de mayo celebra ... su gala benéfica lleva 43 años desarrollando una labor para afrontar un problema que ya no causa alarma social como antaño.

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-A grandes rasgos, ¿cómo está Marbella en relación al problema de las adicciones?

-La situación es que está activa. Es un fenómeno que ha existido y que existirá. Es importante alejarnos de los mensajes tremendamente optimistas que están lejos de la realidad. Hay que decir que esto es lo que hay, por múltiples factores. Es un tema muy complejo. Lo que tenemos que hacer es estar preparados para las situaciones emergentes.

-En 2023, por Horizonte Proyecto Hombre pasaron 62 personas que recibieron ayuda directa. ¿Qué tipo de situaciones os habéis encontrado?

-Un gran porcentaje de adultos vienen con adicciones a sustancias, sobre todo cocaína, cannabis y alcohol. En otro programa que tenemos, enfocado más a mujeres con un perfil dependiente, cuyo germen del problema está en los trastornos emocionales. En el grupo de adolescentes, vemos otro perfil que se inicia en el consumo de alcohol y, en menos medida, en el consumo de cannabis. Muchos adolescentes vienen con conductas disruptivas, con falta de aceptación de la autoridad de sus padres, absentismo, fracaso escolar…

-¿Cuánto marca en este problema la procedencia social?

-Esta lectura es transferible a cualquier otro lugar. Al ser humano tenemos que analizarlo desde todos sus frentes. Mi modelo, que es el biopsicosocial, entiende que la persona está influenciada por procesos biológicos, que es lo que tiene que ver con su estructura cerebral y los genes. Cada persona tiene una serie de pensamientos, de creencias y procesos psicológicos. Luego está la parte social, que es el contexto, tu lugar en la sociedad. Una persona que viva en un lugar donde se venden drogas, Las Albarizas, por ejemplo, la evidencia científica sugiere un relación directa entre accesibilidad y consumo. Si vives en una cabaña en Los Pirineos va a ser más difícil, porque en las grandes ciudades se pueden encontrar sitios donde se compran drogas a diez minutos andando. En las adicciones hay un origen multifactorial. Suele haber una concatenación de circunstancias biológicas y sociales. Un trama infantil no siempre acaba en una adicción.

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-¿Ha repuntado el consumo de heroína en Marbella?

-Me consta, leo en noticias, un repunte de esta nueva heroína, que al parecer es potente y muy barata. Esto lo digo como ciudadano, pero como director de Horizonte Proyecto Hombre no he notado la prevalencia de este tipo de sustancia. Es minoritario comparado con la cocaína, el cannabis o el alcohol. No es alarmante a nivel de dispositivo.

-¿Cómo llega una persona al convencimiento de que necesita ayuda?

-El Proyecto Hombre no es un programa en torno a las drogas, sino de enriquecimiento y desarrollo personal. Si se me permite decirlo, es como viajar por el universo: un planeta es la adicción. Hay que tener consciencia de que tengo un problema y motivación para cambiarlo. Suele ser cuando esa conducta empiezan a alterar otros aspectos de la vida. Fíjate qué mensaje voy a dar: en el día a día, me planteo para mis adentros que lo de menos es el consumo de drogas. Son las múltiples consecuencias que ha obtenido a nivel personal, familiar y profesional. Cuando tengo una serie de estados mentales, de pensamientos automáticos que empiezan a dar la lata, a olvidar mi rol de padre, empiezo a ser ineficaz en el trabajo o soy incapaz de estar en soledad, eso suele activar la alarma. Al final buscamos los orígenes y otras estrategias adaptativas para lo que pueda surgir.

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-Para reconfigurar el sistema.

-Hay que reeducarnos. Buena parte de nuestro método no es tanto fijarnos en el síntoma, que sería el consumo, sino que vamos a la causa. ¿Qué le ha ocurrido a esta persona en todas sus dimensiones para que se haya adaptado hasta el día de hoy a través del consumo? Es un viaje muy bonito, pero en ocasiones muy duro. Hay que limpiar pozos, como digo yo. Queremos que construya otra realidad.

-Alemania acaba de legalizar el consumo de cannabis. ¿España está preparada?

-No lo tengo muy claro. Pero basándome en hechos objetivos, veremos lo que ocurre aquí y ya pasa en Estados Unidos. Hay argumentos que la defienden en términos productivos. Es un análisis complejo y hay que hacer una lectura muy a posteriori. Debemos apartarnos de las generalidades y entender cómo es cada país y su contexto. Se ha vulgarizado mucho el tema del cannabis. En Andalucía, por cercanía a Marruecos, hay unos consumos muy importantes. Los adolescentes no conocen lo que supone fumarse un porro, porque piensan que es más sano que fumar un cigarrillo. Aparte de las psicosis por consumo en jóvenes de forma puntual, muchos acaban desarrollando esquizofrenia. Encontramos muchos jóvenes con enfermedad mental grave.

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