Chefs for Children, el sabor de la solidaridad

Este año, después de cuatro en Marbella, el evento se ha trasladado a Benahavís, localidad conocida por su amplísima oferta gastronómica, tal como ha recordado su alcalde, José Antonio Mena que ha agradecido a los profesionales de la cocina su colaboración altruista.

La cita cuenta con dos acciones destinadas a cumplir sus dos objetivos de promoción de la alimentación sana y la colaboración con una entidad filantrópica, que en esta ocasión ha sido la fundación Pequeño Deseo.

Así, por la mañana, cien alumnos del CEIP Daidín y del colegio internacional Atalaya junto a 50 usuarios de la fundación se han remangado para elaborar recetas junto a los afamados chefs. «La experiencia de vida que nos llevamos es impresionante. Siempre que hay encuentros nos cargamos de emociones. Somos unos privilegiados», ha dicho Jesús Sánchez. En la misma línea, Mario Sandoval ha puesto de relieve que «lo más importante es que la gastronomía se viste de solidaridad». «Chefs for Children es un momento para sentir y compartir con los compañeros», ha reconocido. «Un oasis de paz que abre los ojos de manera colectiva», lo ha definido Elena Arzak.

Y con esa entrega y entusiasmo se han encontrado con los pequeños pinches que les esperaban ansiosos. Algunos, como Maia, de 11 años, que además de preparar una ensalada de patatas con los chefs, iba pertrechada con papel y boli para pedirles autógrafos. Mucho más pequeñas, Lidia y Elena, de 6 y 7 años, se quedaban boquiabiertas y saltaban de ilusión mientras les explican cómo preparar unas tartaletas de frutas.

Una jornada que ha sido especial para todos, pero mucho más para Miguel, de 10 años, uno de los niños de la fundación. Ha ido con sus padres, Ana y Javier, para cumplir su deseo de conocer a Ángel León, toda una sorpresa para él. «Le encanta cocinar... y comer», dice su madre entre risas. «Estamos en una situación un poco delicada y la fundación da esta oportunidad de ilusión y de vidilla en estos meses complicados».

Mientras sus padres sonríen desde un discreto segundo plano, Miguel se afana concentrado en seguir las instrucciones del chef del mar. «¡Es un pedazo de pinche y lo está dando todo!», dice sobre él el prestigioso cocinero encantado de poder cumplir el sueño del pequeño.

Ya por la noche, el turno de los adultos, con una cena de gala preparada por los chefs malagueños en la que todo lo recaudado está destinado a sufragar la labor de la entidad invitada, Pequeño Deseo, que como ha hecho solo unas horas antes con Miguel, ofrece apoyo emocional a niños con enfermedades graves o crónicas que requieren de fuertes tratamientos para que se tomen un respiro de su dolencia ayudándoles a cumplir un sueño.