Medusa gigante que se ha visto este jueves en Marbella. Salvador Salas

Alerta en Marbella por la presencia de medusas gigantes

Pertenecen a la especie Rhizostoma luteum, son cada vez más frecuentes en Málaga y a pesar de su gran tamaño no son peligrosas para los bañistas

Ignacio Lillo

Málaga

Jueves, 12 de septiembre 2024, 18:24

La presencia de ejemplares de medusas gigantes ha alertado a los bañistas que se daban cita en la playa de Cabopino, en Marbella, este jueves, 12 de septiembre. Algunos de los testigos enviaron a este periódico fotos y vídeos, que SUR puso en manos de biólogos marinos para identificarlas.

Publicidad

Los expertos la identificaron como ejemplares de la especie Rhizostoma luteum, que pueden superar los 50 centímetros de diámetro, los 40 kilos de peso y con brazos de hasta tres metros de longitud. Y su llegada a las playas de la Costa del Sol es cada vez más frecuente, según explica Jesús Bellido, experimentado biólogo marino y actual coordinador de la Oficina Técnica del Comité Español de la UICN.

Salvador Salas

«Es una especie que desde que comienza el siglo XXI se ha hecho mucho más frecuente en las costas de Málaga», relata Bellido. La Fundación Aula del Mar y el proyecto Infomedusa lleva años de seguimiento de su evolución. «Nos hemos dado cuenta de que suele ser mucho más frecuente en el último mes del verano, desde mediados de agosto y sobre todo en septiembre».

«Agua que pica»

A pesar de ser muy llamativa, por su gran tamaño y sus largos tentáculos, la realidad es que la picadura es «muy leve»: «Se presenta, más que como un dolor, como una sensación de escozor o de molestia en zonas del cuerpo donde tenemos la piel más fina».

Además, los Rhizostoma luteum son los causantes de un efecto que el investigador define como «el agua que pica»: «Estas medusas van soltando células urticantes, como un moco que se mezcla con el agua, y que al contacto con partes blandas, como la cara interna de los muslos, produce picor, aunque no se vea el animal». Por lo demás, Jesús Bellido anima a los visitantes a las playas a admirar la belleza de estas grandes medudas: «Cuando están en su apogeo son preciosas».

Publicidad

Denominada coloquialmente en algunos sitios como «medusa de barril», por la forma de sus tentáculos, desde su descubrimiento a finales del siglo XIX hasta fechas recientes había dudas en la comunidad científica sobre su existencia como una especie en sí, por la escasez de testimonios ni evidencias. En cambio, en el verano de 2012 fueron observados unos 50 ejemplares en la costa española del Mediterráneo, concretamente en las playas de Murcia, Almería, Granada y Málaga, lo que hizo patente su presencia cada vez más frecuente en el litoral mediterráneo español, según la información disponible en Wikipedia.

Su función ecológica es clara, ya que acostumbra a servir de protección frente a depredadores para los alevines de varias especies de peces comestibles, como el jurel. Por lo general, es un animal pelágico que vive en aguas abiertas y que, hasta fechas recientes, raramente se veía en aguas costeras, hasta donde suele llegar arrastrada por corrientes o temporales. Son más frecuentes en la costa del Atlántico oriental, desde el Cantábrico hasta Senegal, aunque se dejan ver de manera cada vez más habitual en playas del Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad