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Marbella
Martes, 16 de noviembre 2021, 00:23
Los vecinos del número 2 de Nuestra Señora de Gracia llevan años sufriendo los inconvenientes de albergar una discoteca en los bajos de su edificio. Se trata de un local ubicado en el patio que hay entre los edificios Altamira I y II. Para acceder ... es necesario pasar por un pasillo y un rellano comunitario que da acceso a ese y a otros locales y que algunos vecinos tienen como trasteros. El establecimiento estuvo cerrado durante años y en 2012 volvió a abrir sus puertas. Casimiro Martín es uno de esos vecinos afectados que explica que cuando pidieron autorización a la comunidad para poder abrir, «ellos nos decían que no iba a haber molestias ni nada pero ha sido todo mentira». Abrieron la discoteca y «desde entonces es un sinvivir».
«No podemos descansar por las noches cuando la discoteca está abierta por las voces, las riñas, las peleas, los cánticos», relata. Algo que se ha incrementado en los últimos meses ya que desde que se eliminaron las restricciones al ocio nocturno por la pandemia, el establecimiento abre a diario. Este año el verano se ha alargado con una alta ocupación y gran movimiento económico hasta este mes y lo que para la ciudad ha sido una muy buena noticia, para los vecinos de este edificio se ha convertido en un suplicio. «Coches que se ponen a toda pastilla con la música en la calle, gente que sale a fumar al patio que pertenece a la comunidad, etcétera».
La semana pasada, sin ir más lejos, Casimiro cuenta cómo el jueves, «de madrugada empezaron las voces y al asomarme estaban llegando cuatro coches de policía», recuerda. «No tengo ni idea de lo que habrá pasado pero en ese patio, que es de todos los propietarios, ha habido discusiones, peleas, vómitos, suciedad, vasos, de todo», detalla.
Desde la Policía Local explican que la discoteca tiene su licencia en orden. Los agentes pasan a la hora del cierre, como hacen en todos los establecimientos, para comprobar que se cumple con el horario y que no se producen aglomeraciones que puedan causar problemas de ruidos, si bien reconocen que el problema viene precisamente por su ubicación.
Sergio Gómez, secretario del Colegio de Administradores de Fincas a la para que abogado explica que estas cuestiones son muy complejas de resolver dado que se trata de «limitar el derecho de la propiedad».
Gómez puntualiza que podrían acogerse al artículo 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal: «Al propietario y al ocupante del piso o local no les está permitido desarrollar en él o en el resto del inmueble actividades prohibidas en los Estatutos, que resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas». Aunque reconoce que son procesos largos y costosos.
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