San Isidro vuelve a bendecir las calles de Estepona

Desde primera hora de la tarde los tractores acicalados con hierba y cestos repletos de frutos se dirigían hacia la Iglesia de San José, donde San Isidro esperaba paciente la devoción de todos los feligreses. Camisetas blancas y pañuelos, trajes de campesinas (que cada año pierden protagonismo a favor de la comodidad de los pantalones vaqueros y las camisetas). Desde mediodía las familias y grupos de amigos comparten el almuerzo de sopas camperas en los numerosos chozos y locales donde disfruta quien está y quien pasa de visita. El día se dedica a compartir y a honrar a San Isidro.

Antes de las seis de la tarde, las diferentes familias y agrupaciones se afanaban en terminar de preparar sus carrozas. Entre ellas, la familia de Cristina de la barriada del Velerín. «Este año estamos muy ilusionadas porque llevamos dos sin poder salir. Además, mis hijas y mis sobrinas son la reina y las damas de San Isidro de 2020 que no pudieron salir pero la hermandad ha decidido respetarlas y salen este año». «Vamos vecinas, familiares y amigos», comenta. Unas 20 personas que llevan más de un lustro saliendo «con mucha ilusión». En total, trece tractores con sus carrozas se pasaban por delante de la Iglesia de San José con vítores de ¡Viva San Isidro!

Para los más pequeños es la primera vez que se colocan el 'pañuelo de hierba', típico de campesino, azul y blanco. Ese es el caso de Javier, que con 21 meses corretea de un lado a otro admirando las carrozas. «Nació en plena pandemia, en agosto de 2020», explica su madre, Cristina. «Está vestido de aldeano, como sus primos y hoy es un día en el que se anima todo el pueblo y se decora para disfrutar todos juntos», dice emocionada.

Mayores y pequeños se echaron a las calles para seguir la procesión que abría la Agrupación Musical de Marbella. A la salida del santo emoción y lágrimas entre algunos de los congregados y ofrendas en recuerdo de los que se han quedado en el camino y que fieles devotos no han podido volver a reencontrarse con su santo.

A las puertas de la Iglesia de San José, una yunta de vacas espera la salida de San Isidro mientras una panda de verdiales le dedicaba la tradicional música malagueña. Una veintena de músicos de Almogía. «Nosotros venimos todos los años y llevábamos dos años por la epidemia maldita y ahora volver es muy especial. Vinimos para la romería y ahora para la procesión», su alcalde, Paco Ruíz, alcalde de la panda Raíces de los Moras. En la procesión, también la Banda Municipal de Ronda y al cierre la de Estepona, haciendo los honores.

Recorrieron las calles del centro de la ciudad, cubiertas de helechos, repletas de altares y chozos donde la juventud se refugiaba del calor del viento de poniente. Especialmente emotiva fue la salida y la petalada en el chozo Llano Los Negros así como su paso por la calle Casares, una de las más tradicionales del municipio. También fue muy llamativo, especialmente para los niños y para los visitantes, el paso de las ocas, que saludaron al santo antes de seguir su camino en la procesión.

Una vuelta a la normalidad en la feria de Estepona que sus vecinos vivieron con la emoción y el agradecimiento de haber podido dejar atrás tantos meses de restricciones.