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El empresario granadino Carlos Sánchez, propietario hasta el pasado 9 de diciembre de la pintura de Joaquín Sorolla 'Antes de la corrida', deberá entregar el dinero obtenido por la venta del cuadro. La obra fue subastada en aquella fecha en la casa londinense Sothesby's ... por un precio de 890.000 euros, la oferta más alta de las tres recibidas.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Málaga, que recuperó la obra cuando había sido sacada del país para su venta en una feria de arte en Holanda, autorizó posteriormente que se vendiera, aunque con la advertencia de que el dinero debía ser utilizado por Sánchez para afrontar sus responsabilidades pecuniarias reflejadas en la sentencia del 'caso Malaya', por el que fue condenado a una pena de cuatro años y cuatro meses de prisión, que ya cumplió, y al pago de una multa de cuatro millones de euros por los delitos de blanqueo, cohecho y fraude.
El tribunal de ese proceso emitió el pasado 9 de diciembre, el mismo día en que se concretó la subasta, una providencia en la que comunicó a una sociedad que se arrogaba la propiedad de la obra que no correspondía acceder a su petición de que paralizara la venta, ya que se había comprobado que el dueño del cuadro era Sánchez, y que el mismo estaba «afecto al pago de la responsabilidad pecuniaria derivada de la condena impuesta al mismo» en esa causa.
Se da la circunstancia de que este mismo año se abrió un proceso contra el empresario por un presunto delito de insolvencia punible después de que él mismo declarara ante la policía que había vendido otras cuatro obras de arte que, al igual que la de Joaquín Sorolla, fueron intervenidas durante la 'operación Malaya'.
De hecho, 'Antes de la corrida' fue intervenida judicialmente después de que el hijo de un antiguo socio de Sánchez, el también condenado en ese procedimiento Andrés Liétor, se presentara en noviembre del año pasado en una feria de arte de Nueva York, donde el cuadro había sido puesto a la venta, y reclamara la propiedad de la obra para la sociedad CCF 21, cuya titularidad compartieron antiguamente Sánchez y Liétor y que tras la ruptura quedó bajo control de este último.
El cuadro no se vendió en Nueva York y fue trasladado a otra feria de arte, en la ciudad holandesa de Maastricht, pero para entonces ya había intervenido la justicia española, ya que al igual que otras, se trataba de una obra intervenida en la 'operación Malaya'.
La pintura fue recuperada por la policía, entregada en la Embajada de España en Bruselas y trasladado posteriormente a España. Tras comprobarse que efectivamente pertenecía a Sánchez, ya que inicialmente se llegó a sospechar que en realidad formaba parte del patrimonio oculto de Juan Antonio Roca, la Audiencia Provincial de Málaga autorizó su venta, aunque con el condicionante de que el dinero obtenido fuese destinado a satisfacer la deuda que Sánchez aún mantiene con Hacienda como consecuencia de la multa impuesta en la sentencia de 'Malaya'.
El cuadro, que Sánchez aseguró haber adquirido en 1988 como parte de una operación inmobiliaria, fue protagonista de un episodio policial en 2008, cuando Juan Antonio Roca se encontraba aún en prisión. Ese año, el juez instructor de 'Malaya' tomó conocimiento a través de un testigo de maniobras del círculo más cercano a Roca, que tenía sus cuentas bloqueadas, para captar dinero para el entorno familiar de éste.
Al frente de la maniobra se encontraba Carlos Sánchez, antiguo socio del principal imputado en el caso. Como parte de ese operación, varias obras de arte, entre ellas 'Antes de la corrida', fueron trasladadas a locales en la ciudad de Córdoba del empresario Rafael Sánchez 'Sandokán', también condenado en esa causa, para intentar su venta y socorrer de esa manera financieramente a Roca. La policía inmovilizó las obras ya que los propietarios de la pintura, Sánchez y Liétor, no habían respondido por la fianza fijada en su contraen el procedimiento.
Posteriormente, al ordenarse el desprecinto de los cuadros, algunos de ellos quedaron intervenidos, aunque bajo custodia de Sánchez, para hacer frente a una posible responsabilidad civil derivada de 'Malaya'. Sin recibir autorización judicial alguna, el empresario los vendió, según reconoció ante la policía, motivo por el que fue objeto de una nueva imputación.
Las obras en paradero desconocida son cuatro pinturas de gran valor. Se trata de 'Retrato de William Cavendish', de Anthony Van Dick; 'Biblioteca', de Manolo Valdés; 'Fusilamiento del Alcalde', de Ismael de la Serna, y 'Figura con mariposa', de autor desconocido. Todas están requeridas por la Audiencia Provincial de Málaga. Sánchez aseguró ante los policías haberlos vendido a diferentes personas, cuyos nombres dice no recordar.
Sólo se ha recuperado el 'sorolla', valorado por el Ministerio de Cultura en tres millones de euros pero vendido finalmente en 890.000.
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