Primark retoma las obras de su tienda de La Cañada, que tiene previsto abrir a lo largo de 2021

General de Galerías Comerciales (GCC), empresa propietaria de La Cañada, está a punto de terminar la adaptación de los locales en la zona donde había funcionado un gimnasio, en la parte superior, para que la marca los recepcione. La propietaria ha llevado a cabo la entreplanta, el gran escollo que durante años paralizó la apertura y que en 2019 autorizó el Ayuntamiento.

Javier Moreno, gerente de La Cañada, explica que la tienda contará con tres plantas: dos para venta y una tercera como almacén, de 1.000 metros cuadrados. Dispondrá de dos ascensores y dos escaleras mecánicas.

Primark invertirá unos 11 millones de euros en esta tienda, que generará más de 300 puestos de trabajo. Se trata del primer contrato de nueva apertura a nivel mundial que la firma irlandesa gestiona tras la pandemia.

Una vez que Primark recepcione el local, tardará unos seis meses en acondicionar el establecimiento, por lo que está previsto que la apertura se produzca en 2021, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre generada por la pandemia.

Moreno apunta que la multinacional, que no dispone de venta on-line, ha sufrido economicamente durante el confinamiento «por lo que su prioridad ahora es abrir las tiendas que permanecían cerradas, aunque está muy interesados en La Cañada».

Para el centro comercial la firma no es «un revulsivo» pero si «una locomotora del consumo«.

La llegada de la multinacional Primark a La Cañada se frustró en 2014 cuando demandó un espacio diáfano en el centro comercial de 6.500 metros cuadrados. Para satisfacer ese pedido, GCC liberó espacio en su planta superior. Contó para ello con un local de grandes dimensiones donde previamente había funcionado un gimnasio y trasladó además a algunas marcas que alquilaban locales contiguos. Sin embargo, el espacio disponible no era suficiente, por lo que se proyectó la construcción de una entreplanta de 2.000 metros cuadrados y de 121 metros más en la planta superior.

La marcha del proyecto se bloqueó cuando el Ayuntamiento de Marbella denegó la licencia de obras solicitada al considerar que la ampliación no se ajustaba al Plan General vigente. El centro comercial inició las obras sin que se le concediera la licencia, por lo que el área municipal de Urbanismo decretó la paralización y una sanción para GCC.

La empresa recurrió ante los tribunales al entender que la superficie del centro comercial no se había colmado y por lo tanto le asistía el derecho de construir la entreplanta, pero los jueces acabaron dando la razón al Ayuntamiento.

El Ayuntamiento aprobó en pleno en diciembre de 2018 una modificación en las normas urbanísticas del PGOU vigente en ese momento, el de 1986, que permitía incrementos de la superficie construida que, sin alterar la configuración exterior de los inmuebles, facilite su mejor aprovechamiento y modernización. Se trataba de una petición de los empresarios de los polígonos industriales de Marbella, San Pedro y Nueva Andalucía.

Este cambio abrió la puerta a la construcción de entreplantas en las naves industriales y comerciales en los polígonos sin que ello compute a efectos de edificabilidad. Y allanó también el camino a La Cañada.