'Personal shopper' para embarazadas: un servicio prepara todos los detalles para la llegada del bebé en Marbella

«Habíamos comprobado que a la tienda llegaban asistentes o empleados de embarazadas que venían a comprar todo lo necesario: la ropa para el bebé, la cuna, el carrito», recuerda María José. «Ellos no tenían idea de lo que era más importante y en qué se tenían que fijar así que nosotras les asesorábamos en todo. Por eso decidimos seguir en ese camino», explica. Ahora son ellas las que ofrecen ese servicio directamente con 9 meses, 9 lunas.

«Hay gente que está muy bien económicamente y que prefiere que otra persona haga las compras por ellas», puntualiza. Aunque también acompañan personalmente a las embarazadas si lo prefieren. Una vez contactan con ellas, mantienen una entrevista con la clienta para conocer sus necesidades y gustos. «Tenemos que conocer su estilo de vida, donde vive y sus intereses para luego elegir los productos que mejor se adapten. Por ejemplo, hay muchos tipos de carritos y se puede elegir según si a la mamá le gusta mucho pasear, suele ir en coche o usa el transporte público», detalla.

Una canastilla completa incluye la bolsa del recién nacido para el hospital, «con el gorrito, las manoplas y los patucos de algodón, y la ropa para el día del alta, pero también preparamos la ropa para los primeros meses del bebé teniendo en cuenta los gustos de la madre», enumera. Junto a esto, se encargan de preparar la habitación y el baño, con la decoración, la cuna, la bañera y otros detalles como el jabón o las toallas.

Además, la canastilla tiene en cuenta todo lo que le hará falta a la madre tanto en el hospital como de regreso a casa. Aunque no solo de comprar se trata. Uno de los servicios que tiene más éxito es el de la asesoría tanto presencial como online. «Podemos hablar de productos pero también de cómo vestir un carrito, una cuna o de cómo afrontar la hora del baño», abunda. «Una de las dudas más importantes es sobre las sillas para el coche», precisa.

«La mayoría de los clientes son extranjeros, muchos de ellos rusos y árabes», reconoce. «Suerte que yo hablo francés y Carmen, inglés perfectamente», sonríe. Sobre los precios, se trata de un servicio personalizado pero prefieren no hablar de cifras porque depende de lo que cada clienta plantee.