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Ni en los peores momentos Miguel Díaz pierde la sonrisa y las buenas formas. Tras sufrir una derrota inesperada que vuelve a dejar a Izquierda Unida fuera del Ayuntamiento de Marbella tras 12 años de presencia ininterrumpida, realiza su balance, lamenta que la división del ... voto progresista haya dejado sin representación a las tres formaciones que compartían un mismo espacio y anuncia que dejará el liderazgo de la coalición de izquierdas en Marbella.
-¿Cómo valora el resultado de las elecciones?
-Desde el punto de vista de Izquierda Unida en los dos puntos de vista, el particular al perder la representación y que cayera la mayoría absoluta en el Partido Popular, es un resultado lamentable, pésimo. Incontestablemente una derrota
-¿Por qué se llega a estos resultados?
-Es indudable que ha habido una fragmentación del espacio a la izquierda del PSOE, de la izquierda transformadora, con Izquierda Unida, Podemos e Impulsa Ciudad. En un contexto, además, donde se ha apostado por el bipartidismo, con el llamado voto útil al PSOE y por el otro la llamada de Ángeles Muñoz a la unidad de la derecha han hecho que se polarice hacia el bipartidismo. Eso también ha hecho que el espacio donde está Izquierda Unida, donde había otros dos actores más, se haya reducido. En nuestro caso, ha habido tres procesos electorales en seis meses y a todos hemos ido con marcas distintas, Adelante Andalucía, Unidos Podemos e Izquierda Unida. Eso también ha podido generar confusión.
-¿Por qué no hubo confluencia en ese espacio?
-Nosotros estamos seguros de haber hecho todo lo posible para intentar concentrar el voto del espacio de la izquierda. Con Podemos lo intentamos. Tuvimos antes de las andaluzas unos encuentros con lo que era antes la dirección con las que queríamos cerrar las heridas que se habían abierto cuando nosotros estábamos en el gobierno y ellos, en la oposición. Con las elecciones andaluzas eso se paralizó. En enero nosotros elegimos nuestra lista para la confluencia y en Podemos empezaron las divisiones, las tensiones, una olla a presión con la que era imposible. Si no se ponían de acuerdo ellos nosotros no podíamos converger. Fue imposible, de hecho su candidato presentó la candidatura sobre la bocina, una lista sin garantías y sin arraigo.
-¿Y con Impulsa Ciudad?
-Cuando surge la idea también tuvimos encuentros con ellos, como los habíamos tenido con los que expulsaron de Costa del Sol Sí Puede. Con ellos compartimos una afinidad personal y un proyecto de ciudad, pero su única insistencia era que tenía que ser una agrupación de electores. Nosotros como Izquierda Unida podemos ir a una coalición, ser generosos, ceder lo que haya que ceder, pero no podemos renunciar a nuestras siglas porque sería dejar de existir. Ellos hacían el análisis de que iban a mover votos de la abstención, de otros sectores, y nosotros les explicábamos que podía ser mortal que nos quitaran aunque fuesen 300 votos, que fue lo que ha sucedido. La abstención, desde luego, no la movilizaron, hay tres votantes menos que hace cuatro años. También la moción-traición trastocó todo
-¿Por qué?
-Nosotros, trabajábamos con los sectores de Impulsa Ciudad, que eran Marbella Activa, Marbella By Civic. Ellos en el movimiento asociativo y nosotros desde el gobierno impulsando un modelo de ciudad. El plan estratégico, que estaba metido en un cajón, nosotros lo activamos desde el gobierno y pusimos al frente de este proyecto a Javier Lima. Con Marbella By Civic pusimos en marcha la movilidad ciclista. Ellos estaban cómodos ahí. Nosotros en Marbella teníamos el gobierno, no el poder, pero estábamos construyendo un bloque de alianza cívica entre el gobierno municipal y el tejido asociativo. Es así como se transforma. Pero llega la moción-traición, salimos del gobierno y ellos se aventuran. Si hubiéramos seguido trabajando juntos no hubiese existido Impulsa Ciudad.
-¿Qué va a hacer para recomponer ese espacio en el que no sólo está Izquierda Unida?
-Lo primero que tenemos que hacer todos, unos con más responsabilidad y otros con menos, es una autocrítica. Y después intentar concentrar al máximo. Con Podemos, aunque ahora es una incógnita porque no sabemos cómo va a quedar, porque está hecho trizas y ha tenido un malísimo resultado, habrá que sentarse. Y con Impulsa va a ser más difícil, porque lo que veo en las valoraciones que hacen es que han tenido un buen resultado. Lo que hay que ver es que en Marbella no hay más que un 10 por ciento de lo que podríamos llamar el reducto de la conciencia. Y ese 10 por ciento, o lo movilizamos todo y lo convertimos en tres o cuatro concejales o vamos a seguir fragmentados. El trabajo para Izquierda Unida y para el liderazgo que haya es buscar esa confluencia. Lo que tenemos que reflexionar es que los tres que veníamos a transformar Marbella estamos fuera. Lo que se ha hecho con Impulsa es apuntillar a Izquierda Unida y apuntalar la mayoría absoluta del Partido Popular. Eso es lo que se ha conseguido. Por eso ahora hay que trabajar por la unidad. Hay cuatro años para hacerlo. Pero también hay que generar conciencia. La mitad de la ciudadanía no vota y en la otra mitad sólo hay un diez por ciento. Hay que ampliar eso. Hay que ganar la batalla cultural, generar espacio de pensamiento crítico, trabajar con los jóvenes.
-Ahora IU comienza una travesía del desierto como la que sufrió durante el gilismo, cuando también estuvo fuera del Ayuntamiento.
-Estamos mejor que entonces. Hemos perdido la voz en el Ayuntamiento, pero no vamos a perder la representación en la ciudad. No toda la política está en las instituciones. Ahora tendremos que hacerla más en el terreno, en la calle, en el activismo, en la movilización, creando conciencia. Por ahí vamos a seguir. No vamos a estar 12 años fuera como en la época de Gil. En cuatro años Izquierda Unida volverá a estar en el Ayuntamiento. De hecho, yo creo que con la experiencia de este domingo si las elecciones fueran la semana que viene Izquierda Unida no perdería sus dos concejales. La gente se está dando cuenta de que se ha pasado en el castigo. Sé que vamos a estar ahí. Nosotros nos crecemos en este tipo de momentos. Tenemos que apoyarnos en el compromiso de la organización y nosotros, a diferencia de otros grupos, no somos un partido con sólo presencia local. Tenemos diputados autonómicos y en el Congreso y eso es muy importante. Esperamos que tengamos influencia también en el nuevo gobierno de España y eso lo vamos a poner en valor. Es verdad que es doloroso porque era el momento en que mejor estaba el proyecto.
-¿Usted seguirá al frente de Izquierda Unida?
-No. Yo ya me he presentado tres veces. Yo pensaba que estos iban a ser los últimos cuatro años y mi idea era ir haciendo una transición armónica. En este momento ha habido un resultado muy claro y me he replanteado la situación. Hay que hacer un proceso para que haya un nuevo liderazgo de Izquierda Unida en Marbella. Yo seguiré con mi compromiso, como militante, pero alguien tendrá que asumir la coordinación y la futura candidatura. Esa derrota tiene consecuencias. Personalmente, mi compromiso me ha hecho aparcar mi trayectoria vital y profesional y esto acelera el momento de retomarla.
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