JOAQUINA DUEÑAS
Marbella
Domingo, 4 de septiembre 2022, 00:01
Con sus 27 kilómetros de costa, la ciudad de Marbella es un destino ideal para iniciarse en el buceo ya que cuenta con algunos enclaves muy cerca de la playa y a poca profundidad que resultan perfectos para sumergirse por primera vez aunque también tiene ... zonas que harán las delicias de buceadores más experimentados. Algunos de ellos aúnan naturaleza e historia. La biodiversidad es una de las principales particularidades de estos puntos recomendados por Salvador Galdeano, presidente del COIS (Centro Oficial de Investigaciones Subacuáticas), un club de buceo sin ánimo de lucro que cuenta en la actualidad con unos 125 socios.
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«Cualquier persona que esté bien físicamente puede practicar buceo», asegura. «Nosotros impartimos cursos a partir de los 14 años y no hay edad límite. Lo que sí tiene que pasar es un reconocimiento médico por un profesional especializado», matiza. Las aguas de Marbella tienen unas características particulares: «Son frías y hay mucho fitoplancton lo que hace que estén habitualmente turbias pero también favorece la biodiversidad porque el alimento de muchas especies, por eso tienen mucha vida».
La torre del mineral es una zona perfecta tanto para buceadores que comienzan como para los más expertos. Con tan solo 12 metros de profundidad máxima, se puede acceder desde la playa lo que la convierte en un lugar iniciático. La estructura, utilizada en el siglo XIX para cargar mineral procedente de las minas de Ojén en las embarcaciones, sobresale de la superficie marina con lo que favorece que se adhieran en ella numerosos moluscos.
«También hay dos pesqueros hundidos en sus inmediaciones por lo que hace que haya todavía más fauna», detalla Galdeano. «Hay sargos, sepias, calamares en temporada, incluso hay caballitos de mar aunque son difíciles de ver porque se camuflan muy bien entre las gorgonias», enumera. «Todo lo que es la fauna mediterránea está acumulada ahí», termina.
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Cerca de allí había una zona de cría de doradas en la que se hundió el barco que se encargaba de su mantenimiento. Era conocido como el Vivero. Durante un tiempo se convirtió en un lugar interesante, sin embargo, con el paso de los años, las estructuras de madera desaparecieron y ya apenas queda nada. «Además, el agua se enturbia con mucha facilidad con el lodo del fondo», precisa el presidente del COIS, con lo que perdió la mayor parte de su interés.
A la altura de Puente Romano es otro de los lugares de los que pueden disfrutar los buceadores de una sola estrella. Con una profundidad que va de los 13 a los 15 metros.
«Esta es una zona en la que se crían mucho los congrios y la frecuentan mucho», destaca. «También se pueden observa los nudibranquios, unos moluscos muy pequeñitos, y los pulpos, aunque cada vez hay menos», matiza. Una buena representación de fauna aunque menor que en el Cable.
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Se llama las Bóvedas porque está frente a las termas romanas y los pescadores también la conocen como el banco», expone. «Ahí hay una montaña que se queda a unos 20 metros de la superficie a seis millas de la costa y es muy interesante», abunda.
Lo que hace especial este punto es que «es una zona de tránsito de peces que van por encima del fondo y como es una zona de acantilados y de rocas altas, los peces se pasean por ahí». «Tenemos brótolas, morenas y coral blando, con una gran cantidad de gorgonias». Es fondo empieza en 20 metros y llega hasta los 35 por lo que «personas con una estrella (hasta 25 metros) pueden bucear ahí, siempre que las corrientes lo permitan», concreta.
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Se trata del mejor de los puntos de buceo, según las recomendaciones de Galdeano. Con grandes piedras de entre tres y cuatro metros de altura y una profundidad que va de los 33 a los 35 metros aproximadamente, está a una milla de las bóvedas por tierra en sentido Málaga.
«Es muy interesante porque tiene restos arqueológicos, con anclas fenicias, ya que era una zona frecuentada por esta civilización, como natural!», expone. «Aquí tenemos el coral mediterráneo: el coral rojo y la dendrofilia ramea, que es un coral muy bonito con ramificaciones de color amarillo y esta es una de las pocas zonas en la que quedan», aclara.
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«Es un galeón francés que encalló frente a San Pedro Alcántara huyendo de una de las batallas contra los ingleses». Está a siete metros y se puede acceder a él desde la costa, lo que lo hace muy accesible. Además, «es recomendable para todos los públicos ya que es un pecio al que se acerca mucha fauna y es muy divertido también para los que tengan un buen nivel de buceo».
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