Marbella homenajea a Paquita Jesús, maestra de danza

Estaba nerviosa Paquita Jesús, sí, porque ayer por la noche era su homenaje en la plaza de la Iglesia, donde se reunieron más de una decena de academias de baile. Maestra de varias generaciones de alumnas, Paquita dice que se retira, mientras es interrumpida cariñosamente por una ex alumna y su hija. Lo de enseñar siempre lo tuvo claro. «Soy como una muralla del castillo».

Un día se puso a practicar en una habitación que daba a la calle en casa de sus padres. «Y me llevé a dos vecinas que querían aprender y a unas amigas. Venid que así hacéis un poquito de bulto». Y así empezó su larga trayectoria como maestra de danza. Más tarde vendría su decisiva etapa con su maestras Carmita Romero y Mercedes Canto.

En el año 1991, el grupo de baile de su academia se convierte en el oficial de los festejos de Marbella. «Y de muchos carnavales, pastorales y belenes vivientes», recalca. No le preguntamos por su edad, pero por su ánimo parece una chiquilla. Sigue «inquieta y con afán de aprender». Hace poco ha realizado un curso para pulir «la técnica de bata de cola».

Este año le ha pasado el testigo a una compañera, Charo Martín, de la que habla maravillas. «Es el primer año que estoy de espectadora». Así que está más relajada, porque ahora ya no tiene tantas responsabilidades, asegura. Pero no dejará nunca de bailar. «Ayer llegué medio coja a casa». De la feria de este año destaca «las ganas que teníamos de vernos después de la pandemia, el reencuentro y, sobre todo, las ganas de disfrutar». Ya al final, le preguntamos por qué los hombres bailan menos. «Porque sois tontos», concluye con una sonrisa inexpugnable.