Dice Gema que el cambio llegó con el inicio del curso, que significaba el paso del colegio al instituto. «Ella antes aprobaba todas, solo cojeaba en inglés, pero este primer trimestre ha ido muy mal. Incluso provocó su propia expulsión. Mi hija llegaba todos los días a casa llorando. Y al final ha querido quitarse la vida», afirma la madre de la adolescente que estaría siendo víctima de un supuesto caso de acoso escolar que ahora investigan las autoridades.
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El viernes, Gema había ido a recoger al colegio a su otro hijo, que tiene siete años. «Mi pareja había salido de casa, pero se le olvidó unas lijas y se encontró a la niña en el suelo, a todo lo largo de la habitación. Ya estaba inconsciente [había intentado suicidarse]. Si ella no llega a darse la vuelta, y yo tardo 10 minutos en llegar... No quiero ni imaginar lo que habría pasado», relata la madre. La menor fue evacuada en ambulancia, donde sufrió una parada cardiorrespiratoria. Tras ser asistida primero en Marbella, fue trasladada posteriormente a Málaga, dada la gravedad.
Según la madre, estuvo un día en coma. El sábado recuperó la consciencia, pero fue el domingo cuando pudo contar a su familia el «calvario» que asegura estar sufriendo en el instituto por parte de un grupo concreto de alumnos. Las vejaciones, los tocamientos, los insultos, explica Gema. «Decía que estaba muy cansada, que ya no podía más, y que nadie le hacía caso, por eso dice que lo hizo», añade.
La familia denunció los hechos en la comisaría de la Policía Nacional en Marbella, que abrió una investigación para identificar a los supuestos acosadores. Gema asegura que son cuatro, «aunque uno de ellos es el cabecilla». Pero los investigadores no adoptaron medida alguna contra ellos, ya que tienen 13 años y, por tanto, son inimputables. Aun así, se ha remitido un oficio a la Fiscalía de Menores para dar cuenta de lo sucedido.
También la dirección del instituto ha activado ahora el protocolo establecido contra el acoso, como ayer informó la Delegación de Educación de la Junta, que envió un comunicado con este literal: «De estas actuaciones se deduce, por el momento, que no existe evidencia de que se haya notificado al centro educativo previamente ninguna situación de acoso escolar. No obstante, en el preciso momento de tener conocimiento de la hospitalización de una alumna, el centro ha abierto el protocolo». La madre de la menor niega tajantemente que fuese la primera noticia que tenía el instituto y asegura estar en posesión de un documento, fechado el 31 de enero, donde ella solicita un cambio de grupo debido a que su hija llegaba todos los días llorando a casa porque «en clase se metían con ella», dice el parte. «¿Por qué han tenido que esperar a que pase esto?», se pregunta Gema. «Mi hija no es la culpable, no voy a permitir que la traten así. Hoy ha sido la mía, pero mañana puede ser la de otro».
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El comunicado de Educación, en el que llama a la «cautela y al respeto» en las informaciones, se destaca que la actuación del centro educativo ha sido «correcta y diligente», ya que ha aplicado en todo momento lo establecido en la normativa. «Incluso está impartiendo una asignatura de libre configuración para gestionar las emociones y mejorar las habilidades sociales del alumnado», apostilla la nota.
La hija de Gema ya no va a clase. «Antes no quería ir al instituto. Ahora no quiere ni salir a la calle. No quiere comer y tiene miedo. Nos turnamos las 24 horas para que no esté sola. Ya tiene cita para el psicólogo», afirma su madre, que insiste en que la menor necesita un «cambio de centro urgentemente».
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La alarma generada por el presunto caso de acoso escolar en un instituto de Marbella ha motivado la reacción de las asociaciones de padres y madres de alumnos. «Ante las dimensiones desproporcionadas que ha tomado [el caso] en diferentes redes sociales, grupos de WhatsApp y medios de comunicación, desde la Agrupación Independiente de AMPAS apelamos a la responsabilidad, empatía, solidaridad de todas las familias para no difundir y terminar con bulos, rumores y suposiciones en ningún caso contrastados que solo están haciendo más daño a las partes implicadas», indicaron desde el colectivo de padres mediante un comunicado remitido a los medios de comunicación.
«Estas informaciones son siempre delicadas por a quienes implican, menores de edad, y debe ser tratada con un respeto exquisito. Nuestra responsabilidad como familias es no dar pábulo a dichas desinformaciones y no participar en la bola de nieve que generan estos casos en redes sociales y multitud de grupos de whatsapp que lo único que suscitan a la postre es una mayor desazón y preocupación en la comunidad educativa y en las familias implicadas. Si nuestros hijos o hijas se vieran implicados en un presunto caso de acoso escolar grave… ¿Cómo nos gustaría que se tratara?», insistieron desde las ampas. «En nuestra voluntad no está quedarnos de brazos cruzados, sino ser proactivos como agrupación».
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