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Tranquilo. Más de lo esperando. Así afrontó José Bernal su turno de palabra durante el pleno extraordinario donde se votó la moción de censura que lo desaloja de la Alcaldía tras dos años largos de mandato. «Hoy no vengo ni a poner en duda ... la moción ni a descalificarla. Ha existido un acuerdo entre dos grupos políticos y aunque no comparta la fórmula me merece el máximo de los respetos. Hasta en esto me quiero diferenciar de los que cuestionaron la legitimidad y descalificaron el pacto que conformó nuestro gobierno hace dos años», afirmó el socialista.
La nostalgia irrigó el discurso del regidor saliente que habló de sentimientos y sensaciones. Y fue aplaudido por ello. «Para mí haber sido alcalde de Marbella ha sido el mayor honor de mi vida», dijo un emocionado Bernal, que recordó a su padre fallecido el pasado noviembre. «Un hombre –señaló– que no sabía ni leer ni escribir pero que vio a su hijo de alcalde. Fue el día que más orgulloso de su vida se sintió, estoy seguro que hoy, donde esté, se sentirá aún más orgulloso. Por eso me voy agradecido a los que me disteis la oportunidad. Me voy sin reproches y sin lamentos», aseveró el líder local del PSOE desde el atril de oradores, donde agradeció el trabajo realizado, nombrando por sus nombres de pila tanto a los ediles de IU, socios de gobierno, como a los dos concejales de la oposición de CSSP-Podemos.
Bernal, que realizó un repaso de la tarea realizada, hizo un punto y aparte para hablar de San Pedro, donde, afirmó, se ha recuperado la autonomía con la que contaba en los años 80 y que fue en regresión hasta quedar desmantelada en los últimos años. Tampoco se olvidó de citar expresamente a los ediles de OSP, «Rafa y Manolo», nuevos socios de gobierno del PP, a los que incluyó como cooperadores de los éxitos de su gobierno.
El socialista, que hizo suya la bandera del joven Pablo Ráez al compartir las palabras de ánimo escritas por el padre de éste al enterarse de la moción, se remontó a los orígenes para hablar de lo que «quisimos llamar el gobierno del cambio». Una etapa que, afirmó, se construyó sobre una base sólida: el diálogo. «Por eso, hoy –dijo– no sólo se cambia a un alcalde, hoy se le da la espalda a lo que en su día construimos todos nosotros». Bernal se cuidó de no hacer sangre, aunque no obvió que desde el PP, al que se refirió como ‘la caverna’, «gritaban o continuidad o el caos». «En estos dos años –prosiguió–, ni ha habido caos ni hemos continuado con las políticas de 25 años atrás. Tengo la impresión que Marbella es ahora una ciudad con menos miedo y mucho más libre».
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