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Antonio Garrigues Walker es un optimista militante. «Sólo» tiene 86 años, afirma, por lo que está seguro que le queda «muchísimo tiempo por delante». En un encuentro virtual organizado por CIT Marbella y Diario SUR, y que ha sido conducido por el director de este ... periódico, Manuel Castillo, el veterano jurista e intelectual, presidente de la Fundación Garrigues, ha señalado al enemigo a batir en esta pandemia (aparte del virus): el pesimismo. «Lo que no podemos hacer es perder el optimismo y enfangarnos en el victimismo y el pesimismo. No tenemos derecho a transmitir dramatismo, que es algo que gusta especialmente a algunas personas en España. España está pasando esto como otros países, no peor. Comprendo que el turismo es especialmente sensible y en regiones como Andalucía ha afectado mucho, pero tengamos la seguridad de que vamos a superar esta pandemia pronto, antes o después del verano«, ha afirmado.
Garrigues está tan seguro de que la pandemia pronto empezará a quedar atrás que ha pedido a las empresas que se preparen para «la ola de euforia que va a venir después», que será «tremenda», en su opinión, y generará un fuerte crecimiento. «Estos periodos negativos hay que utilizarlos para regenerarse, planificar... Hay que recordar el famoso refrán: no hay mal que por bien no venga. De todo esto tenemos que sacar lecciones provechosas», ha asegurado.
Entre los deberes que considera que tienen que hacer las empresas marbellíes, malagueñas y andaluzas figura el de potenciar, repensar y diversificar el modelo turístico. «Andalucía tiene que empezar a pensar que además del turismo hay otras actividades industriales, comerciales y servicios que debe pone en marcha también. Éste es un lugar milagroso, atractivo, lleno de posibilidades, un lugar que para los europeos es maravilloso y eso tiene que saberse utilizar para atraer otro tipo de actividades. Creo que en otros sectores Andalucía podría dar una campanada tremenda porque muchas empresas estarían encantadas en instalarse aquí«, ha argumentado el abogado, que está convencido de que el «factor belleza» también influye en decisiones empresariales.
Por eso Garrigues ha exhortado a las empresas, a las instituciones que las representan, como CIT Marbella, y a las Administraciones locales y regionales a «salir» a vender el destino, pues no se se debe dar por sentado que todo el mundo conoce Marbella o Andalucía. «Hay que hacer una continua labor de atracción: ir a Europa, ir a Asia, a decirles a sus empresas que merece la pena instalarse aquí. Estamos compitiendo con Italia, con Grecia, con Portugal, así que hay que tomar la iniciativa«, ha afirmado, recomendando a las empresas tener »una mente global« porque »estamos en un mundo global«. El jurista sabe de lo que habla, pues es un reconocido experto en inversiones extranjeras en España y ha asesorado a grandes multinacionales y a gobiernos, como el de Estados Unidos y Japón, en sus relaciones con España. De hecho, es patrono de las Fundaciones Consejo España – Japón y China, y patrono de honor de las Fundaciones Consejo España-Estados Unidos, y Australia. »Como dijo Kissinger, hay que ver el mundo redondo«, ha citado.
Antonio Garrigues se ha mostrado muy crítico con el papel que están desempeñando los políticos españoles en la pandemia. «El estamento político tiene que hacer autocrítica profunda. Es un estamento muy importante y sus peleas artificiales y enfrentamientos permanentes no favorecen la actividad del país. En una época como ésta, los políticos tienen la obligación de entenderse y comunicarse. Deberían dar una lección pública y mostrarse unidos en lo que es crucial: cómo favorecer el tejido empresarial, la convivencia, la lucha contra el virus«, ha argumentado. Por ello, ha concluido que la política »no está dando la talla«. »La ciudadanía no quiere en este momento enfrentamientos ni sectarismos, ni que los políticos se aprovechen de la situación de crisis para buscar sus intereses. La ciudadanía lo que quiere es verles hablar y buscar salidas«, ha señalado.
La situación en Cataluña preocupa especialmente a Garrigues. «Lo que vemos en Barcelona no es aceptable bajo ningún punto de vista», ha sentenciado, recordando que siempre ha visto a Cataluña «como una comunidad culta, rica y sensata». «Creo que volverá a darnos ejemplo, pero lo que vemos ahora es profundamente negativo», ha insistido.
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