El Starlite más filántropo

Tras nueve años al pie del cañón, la Gala Starlite se ha convertido en algo «mucho mayor». Son las palabras de su promotor, Antonio Banderas. Y es cierto. El evento filantrópico, enmarcado en un festival «conocido en todo el mundo», ha ido creciendo año a año hasta convertirse en un referente de solidaridad y en una de las citas ineludibles de Marbella, ciudad que puede jactarse de acoger en su seno más de un evento solidario con miras globales a lo largo del verano. Un esfuerzo mutuo y constante entre Banderas, promotor incansable de su ciudad natal y su provincia, y de Sangra García Sanjuán, directora del festival Starlite y filántropa.

La cantera de Nagüeles acogió ayer a toda una miríada de celebridades convocadas por Banderas y por Sandra García Sanjuan, para participar en este evento solidario. Como viene siendo habitual, Anne Igartiburu inauguró el evento con una presentación del modelo donado este año por la marca Ford, que en este caso se trata de un Mustang antiguo remodelado y sobre el que Antonio Banderas puso su rúbrica. La presentadora apareció con un atrevido vestido con transparencias en el torso y falda blanca larga.

Banderas acudió a la cantera acompañado de su actual pareja, Nicole Kimpel y de la hermana de esta, Bárbara. Ellas, con dos elegantes vestidos; él, de smoking, como marca la etiqueta, a pesar de que, como él mismo confiesa, «no me gusta nada, pero lo tengo que hacer». El actor y el resto de promotores venían ayer mentalizados para trabajar y que el resto de asistentes disfrutaran de una noche llena de diversión. «Y que así estén más inclinados a colaborar», puntualizaba Carlos Latre. Él, junto a la modelo Valeria Mazza, repiten un año más como conductores del evento. «Prepárate, Antonio. Vamos a aprovechar tus dotes artísticas», le advertía el presentador a pocas horas de que empezase la gala, aludiendo al papel que Banderas ha representado recientemente en la grabación de la miniserie 'Genius:Picasso', de National Geographic, en la que encarna al polifacético pintor malagueño.

Numerosas caras conocidas han acudido a esta nueva edición de la gala Starlite. Figuras del mundo de la música, como David Bisbal, que ha aprovechado su paso por Marbella para grabar el videoclip de un tema inédito que saldrá a la luz en otoño. Le acompañaba Rosanna Zanneti, con la que contrajo matrimonio el mes pasado. La feliz pareja fue de las últimas en pasar por la alfombra roja. Antes de ellos habían pasado por el 'photocall' otras figuras Arancha de Benito, Irene Villa, o el presentador Agustín Bravo.

Igartiburu no fue la única que lució vestidos con transparencias, que triunfaron entre muchas de las asistentes. Cabe destacar a algunas como Nuria Fergó, a la que hemos visto en la mayoría de eventos de este verano, o la actriz Bo Derek.Pero sin duda la elección más llamativa fue la de Simona Gandolfi, la pareja de Hubertus de Hohenlohe, cuyo vestido se componía casi por completo de tela de gasa.

Hacia las diez de la noche hizo aparición Sara Baras. La bailaora, que esta noche tiene su propia actuación en el festival, amenizó la velada junto a otros nombres de peso del mundo de la música como Juanes, uno de los galardonados de este año, y Miguel Ríos.

Tampoco faltaron caras de la política en este evento. El más destacado, el expresidente José María Aznar, que acudió junto a Ana Botella. Ambos posaron junto a la alcaldesa marbellí, Ángeles Muñoz.

Como cada año, los beneficios de esta edición irán destinados a sufragar los gastos de las fundaciones benéficas que dirigen SandraGarcía-Sanjuán y Antonio Banderas, 'Niños en Alegría' y 'Lágrimas y favores', respectivamente.De este modo ambos, explicó Banderas, cumplen con «la obligación que nos hemos impuesto al fundarlas».

La Gala Starlite, cuya semilla está en una conversación entre Banderas y García Sanjuán en la casa del actor en Los Ángeles, lleva funcionando desde 2010. En este periodo ha logrado recaudar más de dos millones de euros, con lo que han favorecido la escolarización de 22.000 niños y ayudado a 120.000 familias. Unas cifras que, para sus protagonistas, suponen un auténtico motivo de orgullo.