Expedición al Nanga Parbat: de San Pedro al Himalaya

Un reto de mucha altura que los sampedreños afrontan con ilusión y con la seguridad de que no será su primera experiencia en el Himalaya. De hecho, llevan desde 1988 organizando expediciones para desafiar a las catorce montañas del planeta que cuentan con más de 8.000 metros de altura, la última en 2016. Entre otros hitos, fueron los primeros andaluces en haber coronado el Everest.

Hasta el momento han podido pisar once de ellas, habiendo hecho cumbre en seis. Un balance positivo que esperan aumentar en los próximos años, gracias al Proyecto 8.000, que les llevará a intentar el Nanga Parbat este año, el Shishapangma (China) el año que viene y el Kangchejunga (Nepal) en 2023. Si los pronósticos se cumplen, habrán intentado ascender a todas las cimas de este selecto club de cordilleras asiáticas.

Al frente de la aventura estarán Enrique Osiel, Íñigo Delgado, Sergio Carrascoso, Carlos M. Santafé y Manuel González, 'Lolo', que explica que entrenarán, durante las próximas semanas, en las cimas de Sierra Nevada para preparar la expedición, de 50 días, que arrancará el próximo 29 de mayo, con dos días de vuelo hasta la capital de Pakistán. Desde ahí, dos días de camino hasta la base de la montaña para transportar la logística -cuentan con una empresa local que organiza rutas y les ofrece apoyo con material y personal para establecer el campamento base.

«Estaremos entre 35 y 40 días en el campamento base para hacer todo el trabajo de exploración, equipamiento para la ruta y aclimatación a la altitud, para intentar la cumbre entre los últimos días de junio y la primera semana de julio», afirma González, que asegura que supondrá cinco o seis jornadas de travesía subir y volver al campamento. Para lograr la hazaña, atravesarán el glacial de Diama, intentando rediseñar las rutas ya exploradas con anterioridad, estableciendo un nuevo trayecto con el que buscarán «más seguridad y una rápida ascensión, que pueda convertirse en la ruta habitual de subida en el futuro cercano». El riesgo será importante. No en vano, el Nanga Parbat acumula la segunda mayor siniestralidad de todos los ochomiles en la historia.

Por suerte para los alpinistas sampedreños, las expediciones han cambiado mucho en las últimas décadas. «Para que te hagas una idea, en 1998, cuando fuimos por primera vez al Annapurna, en Nepal, el sistema que teníamos para comunicarnos con Andalucía era un hombre correo, un sherpa contratado para subir hasta el campamento base con nosotros y volver con cartas que escribimos, para enviarlas desde la agencia y esperar las respuestas de nuestras familias para subirlas de nuevo hasta nosotros. Un trayecto que hizo dos veces durante aquella expedición», recuerda Lolo González.

Para el desafío al Nanga Parbat, contarán con tecnología satélite de última generación. «Vamos a tener hasta wifi en el campamento base y podremos enviar crónicas, fotografías y vídeos. Es un cambio brutal en cuanto a comunicación», valora. Una evolución a mejor que también ha hecho ganar en seguridad en los últimos años.

Los alpinistas del Ama Dablam afrontan este reto con ilusión, entre otras cosas, por la presencia y apoyo de patrocinadores, por primera vez desde 2009.

«Estamos muy contentos, a parte de por volver a los ochomiles, por hacerlo de esta manera», subraya González. El Ayuntamiento de Marbella, a través de la Marca 'San Pedro Alcántara' ha mostrado su apoyo a la aventura. Apoyo que se ha escenificado durante esta semana en la presentación de la expedición en la que también contarán, por primera vez, con el patrocinio de una empresa privada, Línea Vertical. Máximo apoyo para un desafío que deparará emociones intensas no solo para sus protagonistas, sino también para los que los sigan a través de los perfiles en redes de este club que tratará de clavar, de nuevo, las banderas marbellí y andaluza en una de las cumbres más altas del mundo.