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Desde hace ya un lustro, la pradera del hotel Guadalmina es el escenario de la visita estival del ‘Pop up chic Jorge Rey
Elegancia nómada en Guadalmina

Elegancia nómada en Guadalmina

El mercadillo ‘Pop up chic’ regresa por quinto año y se consolida como un imprescindible del verano marbellí

HUGO SIMÓN

Lunes, 21 de agosto 2017, 01:03

El prestigioso diseñador Lorenzo Caprile lo visita siempre que coincide con su estancia en Marbella. La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, también. De hecho, acudió el sábado acompañada por la exalcaldesa de Madrid Ana Botella. Fueron de las más madrugadoras y no se marcharon con las manos vacías. Adquirieron dos caftanes de seda después de recorrer la treintena de expositores que conformaban el ‘Pop up chic’, el elegante mercadillo instalado durante el fin de semana en el hotel Guadalmina. Tras cinco años asentándose en la pradera que desemboca en la playa del resort cuatro estrellas, el evento se ha consolidado como un imprescindible del verano marbellí.

Con sede invernal en Madrid, al llegar la temporada estival el mercadillo se convierte en una actividad nómada e inicia una ruta itinerante por diversos puntos de España. Marbella es una cita obligada y este verano, además de celebrarse en Guadalmina, han ampliado su presencia con el desarrollo del evento también en el hotel Puente Romano. Nacido hace siete años, en plena época de crisis económica, el ‘Pop up chic’ surge como iniciativa en la que ofrecer diseños exclusivos a precios asequibles y abría además una puerta a creadores emergentes o profesionales de otros campos reconvertidos en artesanos. Viajan con 30 ó 40 puestos pero su cartera de expositores ronda ya el millar, según explica Rocío Padura, promotora, junto a María Eugenia Fernández y Rocío Galatas, de la actividad. Su secreto, según explica, reside en seleccionar con mimo el producto para que, además de calidad, guarde armonía con el concepto y la estética de ‘Pop up chic’.

Ana Botella y Dolores de Cospedal visitaron el evento y no se fueron con las manos vacías

«Siempre tenemos cosas muy diferentes, muy especiales», afirma Padura. La base primordial es la moda femenina, tanto prendas como complementos, pero entre los puestos también se exhibe decoración, ropa infantil e, incluso, libros. Las novelas del escritor Plácido W. Díez Gansert, presente en el mercadillo para poner rúbrica a sus obras. Es habitual además contar en el mercadillo con creaciones de rostros conocidos, como los bolsos de Mar Flores o joyas de Laura Ponte, y en esta ocasión estaban presentes los diseños de Virginia Valenti. Entre los artículos más demandados durante el fin de semana, los vestidos largos, bailarinas y sandalias de piel, diseños mexicanos y jerséis ligeros y ‘pashminas’ para las noches más frescas. También los complementos en pitón de Lidia Faro, cuyas creaciones suele exhibir la Reina Letizia, y especialmente las creaciones de ‘The cool cactus’, una firma de calzoncillos unisex que en apenas nueve meses han revolucionado el mercado de la moda íntima.

La decoración, también presente. A la izquierda, Díez firma una de sus novelas. Al lado, los calzoncillos más ‘cool’. Jorge Rey
Imagen principal - La decoración, también presente. A la izquierda, Díez firma una de sus novelas. Al lado, los calzoncillos más ‘cool’.
Imagen secundaria 1 - La decoración, también presente. A la izquierda, Díez firma una de sus novelas. Al lado, los calzoncillos más ‘cool’.
Imagen secundaria 2 - La decoración, también presente. A la izquierda, Díez firma una de sus novelas. Al lado, los calzoncillos más ‘cool’.

«La idea surgió entre un grupo de amigos cuando tomábamos unas cañas y pensamos que faltaban calzoncillos atractivos y divertidos», explica Roberto Herranz, uno de los socios fundadores de una empresa que, efectivamente, han encontrado un nicho de mercado. Apostaron por un concepto de «calzoncillo joya», que fuera una prenda de calidad y que lo utilizaran tanto hombres como mujeres. Y ha sido un éxito sobre todo entre el sector femenino, que los adquiere para regalar a sus parejas o amigos, para estar en casa e, incluso, para ir a la piscina o la playa. Sus diseños resultan llamativos y cada modelo, algunos de los cuales tienen ya versión infantil, tiene una historia. «Es verdad que hemos dado un pelotazo y nos ha pillado un poco por sorpresa», confiesa Herranz, que añade que su presencia en el ‘Pop up chic’ ha servido de ayuda en su proyecto de expansión internacional.

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