Cristina Maruri, la escritora que se enamoró de Estepona

«El ser humano es maravilloso». De una manera u otra, Cristina Maruri siempre acaba expresando esta fe inquebrantable cuando habla de sus viajes al Tercer Mundo. Abogada, escritora, fotógrafa, aventurera sin poderlo remediar, Maruri lucha contra la injusticia con su pluma y su cámara. Vasca de nacimiento, el destino le deparó Estepona como refugio, pero uno podría encontrársela en Kenia, Vietnam o Uganda, donde colabora con proyectos humanitarios y recibe «lecciones de vida y humildad». En tiempos de zozobra, sus palabras se oyen dignas, pugnaces, apasionadas, como Milena, la sirena protagonista del primer relato de 'Cuéntame un cuento y llévame a otro lugar', el último libro que ha publicado Maruri.

«Deberíamos viajar más. Si fuera gratis, animaría a la gente , porque hemos perdido la noción de las cosas. Por eso somos infelices. Nos estamos alejando de la verdad», explica, mientras desgrana cómo ha sido la construcción de un orfanato en Uganda, donde viven más de 50 niños. «Ya estamos haciendo una segunda casa. Y vamos a comprar una máquina de coser de segunda mano para una chica sordomuda a la que le gusta coser», añade.

«Como mi familia»

Maruri se sorprende a sí misma y suelta: «Tienes una vida en tus manos por una tontería de dinero y ella podrá tener un medio de vida que le puede hacer feliz. Eso nosotros nos lo gastamos en un noche de verbena». Maruri no lo dice como reproche a los esteponeros, «que son como mi familia».

Unos esteponeros que ayer, junto a los visitantes y turistas que pasan estas vacaciones en la ciudad, disfrutaron de una estupenda jornada de la feria del reencuentro tras dos años de ausencia a consecuencia de la pandemia. Las familias y amigos compartieron almuerzo y risas; las mujeres lucieron sus mejores galas paseando por la calle Real, mientras los niños jugaban y los jóvenes recobraban el tiempo perdido.

Cristina Maruri no estuvo ayer en la feria. Vendrá en agosto a presentar su última obra, un libro de relatos que tiene un poco de 'Las mil y una noches', pero que evoca también la intrépida vitalidad de Karen Blixen. Mientras habla, va mostrando fotos por whatsapp de sus viajes. Lugares como el Castillo de Gondar en Etiopía o el cementerio de la ciudad bearnesa de Lescar, donde reposan los reyes de Navarra, sitúan la acción de sus relatos, que atraviesan también Irán, Filipinas, Egipto y, claro, Estepona. «Cuando yo llegué a Estepona, sentí un gran arrope y una calidez en las gentes, con independencia de la belleza de la ciudad», destaca la autora vasca, mientras soñaba con un mundo mejor.