Benahavís, un rincón para el descanso de los poderosos

En plena revuelta en su país por el desabastecimiento de suministros básicos, el primer ministro inglés ha pasado unos días en esta finca en la que ha estado prácticamente recluido. Dentro se le ha visto pintar, caballete incluido, cual Winston Churchill. Entretanto, Dominic Cummings, considerado el ideólogo del Brexit, se descolgaba con la afirmación de que Johnson ya sabía durante la fase final de las negociaciones que no cumpliría lo firmado con la Unión Europea. Quizás las paredes de Torre Tramores conozcan la respuesta a la nueva postura de Londres sobre el Protocolo de Irlanda del Norte.

Las mismas paredes que han visto pasar a la duquesa de Kent, esposa del príncipe Eduardo, conocida por ser la encargada de presentar el trofeo de tenis de Wimbledon, donde coincidió hace más de cinco décadas con Manolo Santana, con quien comparte una divertida anécdota cuando este, tras ganar la competición quiso besarle la mano y ella intentaba esquivarlo. «Nadie me había dicho que a la familia real no se le besa la mano», contaba el tenista a este periódico en el 50 aniversario de su triunfo.

Sin embargo, si Torre Tramores ha tenido algún huésped ilustre, este ha sido Lady Di convertida en mito tras su precoz fallecimiento en un accidente de tráfico en París. Fuen en mayo de 1994 y parece que la princesa eligió este lugar para huir junto a sus hijos de la presión mediática tras la separación del príncipe Carlos en 1992. Esta casa de ocho habitaciones, seis cuartos de baño, terrazas, casa de huéspedes y un gran jardín, tres piscinas, helipuerto y pista de tenis se convirtió en su refugio en uno de sus momentos más complicados aunque no pudo escapar del seguimiento mediático.

La villa tiene un poderoso atractivo para los premieres británicos entre los que también se cuenta Tony Blair que vistió la costa en 2014 y se le pudo ver acudiendo a misa en San Pedro y paseando por Marbella. Su propietario, Zac Goldsmith, es el actual secretario de Estado de Medio Ambiente, hijo del millonario James Goldsmith que fue director del 'The Ecologist', y amigo personal de Boris Johnson quien lo propuso reciente para el título de lord.

Más allá de esta finca, que toma su nombre de una antigua torre vigía nazarí que hay en la parcela, Benahavís cuenta con otros enclaves discretos donde acuden políticos de primera fila. Este es el caso de Alcuzcuz, destino elegido por David Cameron y su mujer mientras ocupaban el número 10 de Downing Street para sus vacaciones.

Ya retirada de la política, Margaret Tatcher también ha visitado en varias ocasiones el municipio de Benahavís, donde su hijo Mark tiene una casa por la zona de El Madroñal. El hijo de la dama de hierro se trasladó a Sudáfrica donde tuvo graves problemas al ser acusado de participar en un intento de golpe de Estado en Guinea Ecuatorial. Desde que dejó el continente africano vive con su segunda mujer a caballo entre Mónaco, Gibraltar y la Costa del Sol, donde recibía a su madre.

Del otro lado del Atlántico llegó otra poderosa mujer, Michelle Obama, siendo primera dama de Estados Unidos. Fue en el verano de 2010 junto a su hija Sasha y eligió para alojarse el exclusivo hotel Villa Padierna. Durante su estancia, llamó la atención que solo pidiera «normalidad». Aprovechó su viaje para conocer el entorno del hotel en el que se alojaba y para pasear por el Casco Antiguo de Marbella. Su recorrido por las calles del centro de la ciudad todavía se recuerda como un hito para el municipio y aun alguna tienda exhibe la fotografía de su paso. Una proyección internacional difícilmente de conseguir mediante campañas de promoción al uso.

Entre las estrellas que han pasado por Benahavís y sus exclusivas residencias, el actor Hugh Grant, que a semejanza de sus compatriotas políticos, eligió Torre Tramores; la actriz Eva Longoria, que se alojó en La Zagaleta, donde también estuvieron el futbolista Cristiano Ronaldo y su pareja, Georgina Rodríguez, o Rod Steward. En un rumor se quedó la posible visita de Vladímir Putin del que se dijo que incluso había adquirido una vivienda con sala de tiro y bolera que el propio Kremlin desmintió, aunque sí está confirmada la presencia de alguno de sus ministros de confianza.