Secciones
Servicios
Destacamos
En la orilla de la playa un hombre mira al mar con la melena al viento, los brazos musculados en jarras, gemelos en tensión, tableta en el abdomen. No es el vigilante de la playa, es José María Aznar que no quita ojo a dos de sus nietos que nadan en el agua.
El matrimonio formado por el expresidente del Gobierno José María Aznar y la exalcaldesa de Madrid Ana Botella ejerce de canguro en Marbella. Los Aznar pasan, como cada año, parte de sus vacaciones en la vivienda que adquirieron en la exclusiva urbanización de Guadalmina, en la zona oeste de Marbella. Y parece que este año no estarán tan tranquilos como en periodos estivales anteriores porque están a cargo de algunos de sus nietos, dos de los hijos de Ana Aznar y Alejandro Agag, que tienen cuatro hombrecitos, pero solo dos compartieron baño con los abuelos.
Los Aznar bajan a la playa, que tienen cerquita de casa, como cualquier otra familia: con ropa fresquita, Aznar con bañador clásico y camiseta; Ana con vestido blanco largo y bordes coloridos, y ambos con sombrero de paja. Tras colocar el vestido en el bolso de Louis Vouitton, ella extiende la toalla en la arena, nada de hamacas, y eso que esta parte de la playa marbellí es bastante empedrada. Ana luce un bañador a rayas con trenzado a la espalda.
Los nietos se lanzan al agua sin pensar, pero los abuelos esperan a ver cómo está de temperatura. El ex presidente, el último en meterse en el mar, finalmente lo hace tirándose de cabeza como un jovenzuelo. Y es que llama la atención la fantástica forma física y tipazo que luce Aznar, con 66 años. ¡Que ya quisieran algunos jovencitos y por supuesto, sus contemporáneos!. Los brazos tienen marcados los bíceps, lo que revela que son resultado de ejercicio diario, quizás levantado pesas. José María suele correr todos los días por la urbanización marbellí, pero ese cuerpazo, no se consigue sólo haciendo 'running', una de sus aficiones.
El rejuvenecido presidente de honor del PP no falla en su cita diaria con las carreras. También las practica en Semana Santa, cuando la pareja se refugia en Marbella. Es habitual verlo correr durante más de una hora por las arboladas calles de la discreta urbanización, seguido, muy de cerca por sus guardaespaldas y algún coche camuflado. Todo indica que detrás de esta excelente figura hay un entrenador personal o un deportista exigente y concienzudo.
La familia no estuvo mucho tiempo en la playa. Tras remojarse, lo primero que hizo Aznar fue calzarse los náuticos –será por lo de las piedras en la playa–; se secó de pie en la orilla, observado por su mujer, y se lió la toalla a la cintura, para evitar el bañador mojado. El grupo no subió andando a la villa, una mansión valorada en unos dos millones de euros, sino que lo hizo en un buggy. Aznar practica golf en el club situado junto al chalé. Todo les queda a mano. El cochecito de golf iba sobrecargado: Aznar conduciendo, a su izquierda su nieto mayor, al lado de este Ana y agarrado, de pie, con el cuerpo fuera del vehículo, el más pequeño de los nietos. Presumimos que la rutina de José María Aznar estas vacaciones será: ejercicio, playa, cenas y algún que otro evento. Luciendo palmito allá donde vaya. Ya lo miraremos con otros ojos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.