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Aparcar para ir a la playa de El Pinillo es desde hace semanas misión imposible. La empresa que ostenta la concesión de esta parcela situada entre la autovía A7 y la playa, de 40.000 metros cuadrados, solicitó licencia para vallado, desbroce y limpieza. Cerró el acceso y las máquinas comenzaron a trabajar.
Las excavadoras actuaron con diligencia y en unos días limpiaron el terreno retirando gran cantidad de material arbustivo. La delegación municipal de Parques y Jardines realizó varias visitas y comprobó que se estaban cumpliendo las condiciones de la licencia.
El aspecto del terreno tras el paso de la maquinaria provocó que algunos ciudadanos alertaran de supuestos delitos medioambientales. Pero los técnicos municipales comprobaron in situ que se habían retirado cañas, mimosas arbustivas y una palmera muerta. No se han tocado ni cipreses, ni yucas protegidas.
Sin embargo, una inspección del departamento de Urbanismo arrojó un informe contrario. Los técnicos detectaron que se había realizado un camino que no estaba contemplado en la licencia y se procedió a su suspensión.
El problema está en que mientras se resuelve este tema la parcela sigue cerrada al acceso de los vehículos. Antes del cierre el terreno tenía capacidad para unos 200 coches, tras la limpieza, ha ganado espacio y la capacidad es superior, lo que aliviaría enormemente los problemas de aparcamiento para acceder a esta playa.
Tampoco está claro si la actual concesionaria va a poder ejecutar algún proyecto sobre el terreno o si la concesión va a revertir al Ayuntamiento pues hay dudas sobre si está al día del abono del canon.
Esta parcela de El Pinillo arrastra una larga historia en el desarrollo urbanístico de la ciudad. En 2004, bajo el gobierno del GIL, se concedió la parcela a la empresa Kriptonita SA, a pesar de que el suelo estaba declarado como zona verde pública. Se proyecto incluso un parque de atracciones.
No fue hasta mayo de 2011, con el gobierno popular, cuando el Ayuntamiento inició la recuperación del espacio natural, pero para ello tuvo que reconocer una deuda al empresario Villarroya de 574.085 euros y se anunció la construcción de un gran auditorio frente al mar y se llegaron a celebrar conciertos.
Pero un empresario libanés presentó una querella contra Villarroya al entender que tenía derechos de propiedad sobre la parcela y la Junta de Gobierno Local dejó sin efecto la concesión.
En 2012, el también Gobierno municipal del PP autorizó a la empresa Proconsol Investment Corporation SL la construcción de un helipuerto, que contaba con el informe favorable del Ministerio de Medio Ambiente, pese a la oposición de IU que consideraron que el helipuerto dañaba medioambientalmente este espacio y además perturbaría el tráfico de la A7. Las denuncias de IU y del propietario libanés provocaron que el Ayuntamiento rescindiera el contrato en septiembre de 2014.
El gobierno tripartito trató de incluir esta parcela en la Reserva Ecológica Dunas de Marbella con el objetivo de destinar el espacio a un parque litoral. Además aprobó iniciar la revisión de oficio del acuerdo adoptado por el Ayuntamiento en 2011 bajo el mandato del PP para rescatar la parcela. A ello se sumó que gracias al decreto andaluz de protección del litoral, se anulaba cualquier proyecto que se pretendiera acometer en la zona.
El futuro de la parcela de El Pinillo sigue en el aire, pero mientras tanto los vecinos quieren poder aparcar.
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